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Sociedad
Mexicali, testigo de las relaciones sino-mexicanas
Por ZENG PING y AN XINZHU

El profesor Eduardo Auyón Gerardo mostrando una de sus obras.
 

Aún

hoy podemos encontrar muchas huellas dejadas por los chinos que contribuyeron a la exploración de las tierras latinoamericanas. Por ejemplo, la ciudad de Mexicali, en el noroeste de México, es testigo de las relaciones sino-mexicanas, ya que es una “ciudad oasis” que fue construida por los chinos en el desierto del Estado de Baja California.

A principios de la década de los años 60, Eduardo Auyón Gerardo se trasladó con su familia a Mexicali. En aquel entonces era una ciudad pequeña, con una precipitación anual de menos de 250 mm y una temperatura que podía alcanzar los 50 ºC en el verano. Las condiciones en las que se vivía no eran las más favorables.

Actualmente, Eduardo Auyón Gerardo es el presidente de la mayor comunidad de chinos en México. Muchas veces se ha preguntado por qué los chinos vivían en condiciones tan difíciles. Tratando de resolver esta incógnita, visitó a muchos ancianos chinos de la localidad y, tiempo después, publicó el libro El dragón en el desierto que relata cómo los chinos participaron en la exploración de Mexicali.

El reflejo del éxito de los chinos

A comienzos del siglo XX, la Colorado River Land Company obtuvo un permiso del Gobierno para construir un canal de regadío para que el río Colorado fuese dirigido hacia el valle de Mexicali.

Fueron los braceros chinos quienes abrieron el canal de regadío. Las chozas en las que vivían formaban un pequeño poblado. El 14 de marzo de 1903, el Gobierno mexicano denominó a este poblado como Mexicali, nombre proveniente de la unión de “México” y “California”, pues se encontraba en la frontera entre México y EE.UU.

Con la llegada del agua, muchos trabajadores de origen chino empezaron a roturar y cultivar esta tierra, incluso a costa de sus vidas. Hace algunos años, el profesor Auyón entrevistó al señor Chan Fuk Yau, uno de estos trabajadores chinos, que en ese momento tenía 103 años de edad. “En 1908, un grupo de braceros chinos desembarcó en la costa oriental del Estado de Baja California. Tras unos días de caminar por el desierto, se perdieron, y fueron muriendo uno por uno a causa del hambre y la sed. Los muertos fueron enterrados bajo la arena del desierto”. Hoy en día, la Sierra Cucapá, donde se dio sepultura a muchos de estos braceros chinos, es conocida como la “Sierra de los chinos”. Chan Fuk Yau fue uno de los sobrevivientes.

Al llegar a Mexicali, él y otros compañeros empezaron a plantar algodón. Vivían en condiciones deplorables. No contaban con un albergue, y la mayoría de ellos tenían que pernoctar en cuevas subterráneas.

Según investigaciones del profesor Auyón, por cada 100.000 m2 de terreno que se roturaba, un bracero chino perdía la vida. Sin embargo, gracias al clima seco, el algodón plantado por los chinos era de muy buena calidad. Así, el algodón se convirtió en el símbolo de la ciudad de Mexicali.

La diligencia trae respeto

A principios del siglo XX, Mexicali era prácticamente una “ciudad china” en la que vivían 35.000 personas de origen chino y existían 26 asociaciones chinas. Por su parte, los habitantes de origen mexicano sólo llegaban a 3.000 personas.

Según el señor Ángel Zhen, presidente de la Cámara de Empresarios Chinos del Noroeste de México, a mediados de la década de los años 30, los chinos habían alcanzado una importante posición social. Los nombres de las tiendas se escribían en chino, los cheques circulantes también eran usados en idioma chino. Pero, en 1937 se emitió un decreto que declaraba que las tierras y las empresas extranjeras pasaban a ser propiedades estatales. Debido a esto, los chinos tuvieron que dejar de lado la actividad agrícola y dedicarse a otros tipos de negocios como restaurantes y zapaterías.

La exhibición de la historia de Mexicali, que tuvo lugar en el Museo de la Universidad Autónoma de Baja California, dispuso una sección de fotografía. Aquí pudimos encontrar muchísimas fotos que muestran a los chinos de la época. En dicha exhibición se reconstruyeron las escenas de las pulperías chinas y de los braceros chinos cultivando el algodón. Asimismo, se expusieron una gran cantidad de documentos que mostraron el aporte de los chinos a la historia de esta ciudad.

Según la empleada del museo Elma Correa, “la historia de la ciudad es muy conocida para los habitantes locales. Todos saben que los chinos han jugado un papel importante en su construcción”.

“Muchísimos chinos han dado su vida por esta ciudad y por eso merecen tener un reconocimiento”, afirmó el profesor Auyón. Con el objetivo de organizar una exposición especial llamada Historia de la exploración de los braceros chinos, el profesor Auyón donó a dicho museo todos los objetos históricos de los braceros chinos que había coleccionado durante décadas.

“Los chinos son honestos y diligentes, y gozan del apoyo del Gobierno local. Actualmente, casi todos los chinos de la localidad viven en paz”, señaló Ángel Zhen.

Zhen opina que debido a que los chinos no hablaban español y no habían recibido una instrucción de alto nivel, la primera generación de los chinos inmigrantes tuvo mayores dificultades, al pertenecer al estrato social más bajo. La situación de la segunda y tercera generación ha mejorado mucho. Muchos de ellos han recibido una educación de calidad en México o en EE.UU.

Tradiciones chinas enraizadas en Mexicali

Hoy en día, la comida china se ha convertido en parte de la comida tradicional de Mexicali y ha impulsado el desarrollo de la industria turística de la localidad. Existen más de 20 restaurantes de comida china. “Visitar Mexicali y no probar la comida china, es como no haber estado en Mexicali” y “vamos a Mexicali por la comida china” son algunos de los dichos que se han hecho populares entre las ciudades vecinas.

El director general del Comité de Turismo y Convenciones de Mexicali, David Rojas Rojas, afirmó: “Los diligentes chinos se han esforzado muchísimo para que esta tierra progrese. Esto no será olvidado por los habitantes locales. Nos han mostrado cómo conquistar a la naturaleza en el desierto”.

Rojas explica que, debido al clima seco y caliente de Mexicali, cada año 50.000 viajeros estadounidenses y canadienses vienen para tratar sus problemas de reumatismo. “Siempre invitamos al Centro de la Cultura China a representar la danza del león para dar la bienvenida a los turistas extranjeros. Cuando participamos en ferias turísticas europeas, siempre mencionamos la situación de las asociaciones chinas y la importancia de la comida china dentro del turismo de esta ciudad”, añadió.

Para que los mexicanos se acerquen y entiendan la cultura china, el profesor Auyón también abrió el Centro de Investigación de la Cultura China, donde se enseña Kongfu, Taiji, pintura tradicional china, caligrafía y se imparten otros cursos de cultura china. El profesor Auyón es muy hábil pintando y, gracias a esta habilidad, ha sido invitado a ser rector de la Escuela de Bellas Artes de Mexicali y el Correo de México ha emitido una serie de postales de sus pinturas.

En Mexicali hay cuatro escuelas de Kongfu y se está gestando una quinta. El profesor Auyón nos llevó a una de estas escuelas, donde la edad de los estudiantes va desde la infancia hasta la adultez. Los alumnos vestían ropa tradicional china y ejecutaban hábilmente los movimientos de Kongfu. Además, no sólo practican Kongfu, sino también la danza del dragón y la danza del león. “Me sorprende cómo la cultura china se ha enraizado en esta ciudad”, concluyó Auyón.

 
China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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