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Comparación de Genes Culturales entre China-AL
Serpiente emplumada americana y dragón chino (II)
por Song Baozhong, Liu Xiulan y Wang Dayou*

En los sistemas sociales chinos primitivos, el dragón se caracterizaba por su fuerza sobrenatural y simbolizaba la riqueza moral de la sociedad. Con posterioridad, en los primeros periodos de la sociedad china, en que la posesión de los medios materiales y los recursos humanos quedaba en manos de unos pocos, los poderosos hicieron del dragón uno de sus ancestros, idea que evolucionó durante la época feudal, en la que el dragón devino símbolo del poder político de los emperadores.

Poco antes de la fundación de la dinastía Han del Oeste (206 a.n.e. - 25 n.e.), circuló la historia de que Liu Bang (256 - 195 a.n.e.), el que sería el emperador Han Gaozu, era hijo de un dragón, ya que su madre quedó embarazada de él tras un sueño en el que copulaba con una de estas bestias. Más tarde, aparecerían muchos términos que incluían la referencia a los dragones para describir a los emperadores y a sus objetos personales: cara de dragón, cuerpo de dragón, trono de dragón, túnica de dragón, hijo de dragón, nieto de dragón, etc. En una túnica de la dinastía Ming (1368 - 1644) se bordaron 192 dragones grandes y pequeños; en la Sala de la Armonía Suprema del Palacio Imperial de Beijing, se hallan tres columnas a cada lado del trono, cada una con un majestuoso dragón enroscado a su alrededor; en el mismo trono imperial podemos ver 17 dragones en barniz dorado… En total, como muestra del espléndido poder imperial, podemos encontrar en la Sala 12.654 dragones: es un auténtico universo de dragones.

También circuló popularmente el dicho “cuando pasa por ‘la puerta del dragón’1, la carpa se convierte en uno de ellos”, cuya moraleja es que siempre existe la posibilidad de que lo mundano se transforme en algo divino, o sea, de que algo que parece poco importante, pueda acabar siendo algo grandioso; con este dicho se trata, pues, de estimular a la gente a luchar por su futuro con optimismo.

He aquí un objeto que resulta muy interesante en cuanto a las relaciones entre la antigua China y el México precolombino: en las excavaciones de Teotihuacan, se descubrió un dije de jade que, según las descripciones que de él se han hecho, debe corresponder a la época de la dinastía Han (206 a.n.e. - 220 n.e.); en su parte frontal figura un dicho clásico: 明[ming]月[yue]照[zhao]松[song]柏[bai], que puede leerse a partir de cualquier carácter de los cinco, por ejemplo: “la brillante luna ilumina pinos y cipreses”; “la luna ilumina en forma brillante pinos y cipreses”; “quien ilumina pinos y cipreses, es la luna brillante”; “pinos y cipreses son iluminados por la brillante luna” o “siendo los cipreses brillantes, la luna ilumina los pinos”. En su reverso, los dos caracteres 月(luna) y门(pórtico), hacen alusión al dicho antes mencionado: la carpa dorada atraviesa la puerta del dragón (lámina VI.).

Lámina VI. Dije de jade, descubierto en Teotihuacan y tomado del libro Fusang, Chinos en América antes de Colón, cuyo autor es Gustavo Vargas Martínez.

¿Cómo llegó ese dije a Teotihuacan? El licenciado Ramón Mena, jefe del Departamento de Arqueología del Museo Nacional hacia 1930, aseguraba que “fue traído a México cuando los chinos llegaron a este continente” (véase el libro: Fusang, Chinos en América antes de Colón, editorial Trillas, 1991, escrito por Gustavo Vargas Martínez).

Como al dragón se le atribuyen numerosas virtudes, rasgos morales, características e ideales humanos, es habitual encontrarse con representaciones suyas en las más diversas manifestaciones culturales, entre las que destacan las competiciones de barcas en forma de dragón o la danza del dragón, frecuentes no sólo en China, sino también en Japón, las dos Coreas o los países del sudeste asiático, pero también en los países latinoamericanos; por ejemplo, es muy revelador que en Teotihuacan también encontrásemos muestras de la danza del dragón (láminas VII. a. y b., VIII. a., b. y c. y IX.a.,b., c. y d.).

Lámina VII. a. Danza del dragón de la dinastía Han del Oeste, Chinese Rubbings, Art Department China Publications Centre.

b. Danza del dragón en Teotihuacan, Tenochtitlan en una isla, Ignacio Bernal.

Lámina VIII. a y b. Dragones japoneses, Obras completas de viejos templos de Japón.

c. Selección de dibujos decorativos de Japón.

Lámina IX. a. Dragón del Perú, coleccionado por Fernando de Trazegnies y publicado en el diario “Comercio de Perú” el 1 de mayo de 2009.
 

 

Lámina IX. b. Rey Moche en barcos en forma de dragón, tomado de Selección de dibujos de materiales cerámicos pintados de Perú.

Lámina IX. c. Dragones en objetos de cerámica, Panamá.
 
 
Lámina IX.d. Dragón pintado en objeto cerámico, Costa Rica.
 

En China se usa el ciclo sexagesimal para elaborar el calendario lunar, combinando 10 troncos celestes (jia, yi, bing, ding, wu, ji, geng, xin, ren, gui) con 12 ramas terrestres (zi, chou, yin, mou, chen, si, wu, wei, shen, you, xu y hai). Tras la dinastía Qin, se añadieron a las ramas terrestres los 12 animales del horóscopo chino (rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo); entre ellos, al dragón y a la serpiente se les llama respectivamente “gran dragón” y “pequeño dragón”. Hoy en día, todavía durante las celebraciones de la Fiesta de la Primavera (el Año Nuevo chino) es habitual que se utilicen como adornos imágenes de los 12 animales celestes recortadas en papel, entre las que, por supuesto, se incluyen grandes y pequeños dragones (lámina X.).

Lámina X. Figuras de papel de los doce animales del horóscopo chino (rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente -o pequeño dragón-, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo).

En el terreno literario, en Peregrinación al Oeste, de Wu Cheng’en (1500 - 1582), una de las grandes novelas clásicas, en la que figuran numerosos personajes de carácter mitológico y que narra el viaje del monje Xuanzang en busca de las escrituras sagradas del budismo en compañía del célebre Sun Wukong, el intrépido Rey Mono que llevó el caos a los palacios celestiales, una de las figuras más relevantes es el caballo blanco que cabalga Xuanzang y que no es sino un dragón blanco transfigurado.

Además de en novelas, numerosos proverbios también hacen referencia a los dragones, por ejemplo, el que dice “A Shegong le gustan los dragones”. Este proverbio tiene origen en el cuento de Shegong, quien está obsesionado con su amor por los dragones: sus ropas y sombreros están adornados con dragones, las paredes de su casa están llenas de pinturas de este animal, las columnas también están talladas con la forma de la bestia fantástica… figuras a cual más magnífica, todas volando o corriendo, en poses y acciones siempre espléndidas. Al enterarse, el rey dragón, satisfecho, quiere agradecérselo personalmente, pero, apenas asoma su cabeza por la ventana, Shegong palidece y huye aterrorizado. La moraleja es que, a pesar de lo mucho que pretendan querer algo algunas personas, no se trata de un sentimiento auténtico: que se hiciese realidad su deseo, en el fondo les asusta.

También son incontables las referencias al dragón, “long” en chino, en los topónimos. Por ejemplo, solamente en Beijing, se encuentran la laguna del dragón negro, la colina de los dos dragones, el puente del dragón azul, el quiosco de los cinco dragones, la pared de los nueve dragones, el árbol de los nueve dragones, etc.

En el vocabulario chino hay, por otro lado, muchos dichos ligados al dragón. Se dice, por ejemplo, el “vuelo del dragón y la danza del fénix”, en referencia al estilo vivo y vigoroso en la caligrafía, o “un dragón que se enrosca y un tigre agazapado”, hablando de un punto estratégico importante, y “estanque del dragón y cueva del tigre” para indicar que se trata de un sitio peligroso, entre otros. La palabra “dragón” sirve a menudo, además, como metáfora para describir escenarios naturales, como cuando se habla de la Gran Muralla después de la nieve como de un enorme dragón de color plateado, o como cuando al río Amarillo se le identifica con un dragón amarillo volando. Por no hablar de los vivos motivos de dragones tallados, fundidos o pintados en muebles, edificios, juguetes, vestidos, monedas, cerámicas… La lista de referencias al dragón en las más diversas expresiones de la cultura china podría ser interminable.(Continuará...)

*Song Baozhong, también conocido como Yao Song, es profesor asociado del semanario Beijing Informa; Wang Dayou, también llamado Shao Hua, es redactor en la Casa Editorial Huaxia, y Liu Xiulan es miembro del equipo de asistencia del Hospital de Amistad Chino-Japonesa.
1. “La puerta del dragón” es una garganta del río Amarillo que se encuentra entre el distrito de Hancheng , en la provincia de Shaanxi, y el de Hejin, en Shanxi.

 

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