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Economía
Nueva primavera para el noreste de China

Por LAN XINZHEN

Los astilleros de Dalian.

Abriendo un mapamundi, en Oriente se distingue la silueta de un país semejante a un gallo cantando al amanecer. Si el territorio de China presenta esta figura, las tres provincias ubicadas en el noreste del país serían, pues, la cabeza del ave.

Esta región ocupa una superficie de cerca de 810.000 km2, algo mayor que la de Chile y dos veces la de Paraguay. Su población es de unos 100 millones de habitantes, igual a la de México, cantidad que, si se tratase de un país, lo colocaría en el undécimo puesto del mundo.

La zona económica de Shenyang ha sido seleccionada para llevar a cabo las pruebas piloto de la reforma integral para la adopción de un nuevo modelo de industrialización a nivel estatal. CFP

Recorriendo unos 300 km hacia el noreste desde Beijing, se llega al paso de Shanhaiguan, el punto de partida oriental de la Gran Muralla. A partir de aquí, continuando en la misma dirección, entramos en la región del noreste de China.

Esta zona comprende tres provincias: Heilongjiang, Jilin y Liaoning. En Heilongjiang se encuentran el extremo oriental del país, que marca la desembocadura de los ríos Heilong y Usuli, y el extremo septentrional, situado en la línea central del río Heilong, al norte del distrito de Mohe.

Aquí son abundantes el carbón, el hierro y el petróleo. Dos quintas partes de la producción nacional de petróleo y la mitad de la provisión nacional de madera proceden de esta región. Gracias a sus yacimientos minerales, se desarrolló en el noreste, ya en los años 30, la industria pesada, lo que convertiría a esta región, tras la fundación de la República Popular, en el pilar del crecimiento de esta industria en China. En las provincias del noreste se producirían el primer barril de petróleo, el primer automóvil y el primer submarino del país.

Sin embargo, tras la aplicación de la política de reforma y apertura, la región comenzó a quedar rezagada respecto al resto del país y algunas ciudades cuya economía dependía de los recursos naturales, al empezar estos a agotarse, se tuvieron que enfrentar al problema de la consecución de un desarrollo sostenible.

Pero, desde 2003, el Gobierno chino puso en marcha una estrategia de desarrollo basada en la revitalización de las antiguas bases industriales del noreste del país, con el objetivo de que la región, que había sido el sostén económico de China tras la fundación de la República Popular, encontrase una nueva ruta para impulsar su crecimiento en esta nueva etapa de desarrollo.

Ahora, la metamorfosis de la industria se ha convertido en una de las claves para el desarrollo económico regional. Los capitales internacionales, especialmente los de los países del noreste asiático, se han interesado por esta zona, que ven como una potencial fuente de suculentas ganancias, aprovechando este periodo de revitalización de su industria. Las estadísticas del Ministerio de Comercio muestran que, en 2010, la provincia de Liaoning se benefició de inversiones foráneas por un valor de 20.750 millones de dólares, cifra que sobrepasó a la de Guangdong, colocándola en el segundo puesto entre las provincias del país.

Nueva estrategia, nuevos bríos

Tras estos años de esfuerzo, la provincia de Liaoning presenta un crecimiento muy elevado que la está llevando a reducir la brecha con las provincias costeras desarrolladas, como Guangdong. “Si aprovechamos y mantenemos esta buena tendencia de desarrollo y prestamos atención a la mejora de la calidad y la eficiencia del crecimiento económico, Liaoning se podrá colocar entre las provincias más fuertes durante el período del XII Plan Quinquenal”, afirma Chen Zhenggao, gobernador de Liaoning.

Wang Rulin, gobernador de Jilin, es de la misma opinión en cuanto a su provincia. De hecho, la estrategia planteada por el Gobierno Central sobre la revitalización de las antiguas bases industriales, servirá para impulsar el desarrollo de las tres provincias.

En los inicios de la República Popular, el noreste fue la cuna de la industrialización china, realizando una enorme contribución a la configuración industrial del Estado y al establecimiento de su estructura económica. En aquel momento, el noreste era la región que registraba el mayor crecimiento económico del Estado: en los años 50, la economía regional en su conjunto representaba más de la quinta parte de la de toda China.

Pero, transcurridos los años 90, la brecha entre el noreste y las regiones costeras desarrolladas se ampliaba debido a su falta de integración en la nueva estructura económica nacional, sus anticuados equipos y desfasada tecnología y el retroceso de sus industrias pilares, basadas en la explotación de los recursos naturales, todo lo cual se manifestaba en su débil competitividad, elevados índices de desempleo, y un relativamente lento desarrollo económico. Si, cuando empezó a aplicarse la política de reforma y apertura, el PIB de Liaoning doblaba al de Guangdong, en los 90 era sólo la mitad que el de la provincia del sur. A su vez, en 1980, el PIB de Heilongjiang era igual al PIB promedio de las seis provincias y ciudades orientales más desarrolladas, pero, durante los 90, su importancia se redujo, hasta representar tan sólo el 46,2% del de éstas y su PIB per cápita llegó a suponer únicamente la cuarta parte del de Shanghai.

Para revitalizar las antiguas bases industriales de la región, el Comité Central del Partido Comunista de China y el Consejo de Estado publicaron en octubre de 2003 las Opiniones sobre la Estrategia de Revitalización de las Antiguas Bases Industriales del Noreste de País, por las que se decidía otorgar apoyos políticos, fiscales y financieros para el desarrollo socioeconómico de la región.

Para atraer inversión foránea, las tres provincias crearon una feria anual para inversión y negocios, en la que los empresarios chinos y extranjeros pudiesen establecer contacto. Además, se impulsó la cooperación con Corea del Sur, Japón y Rusia, con la meta de establecer una franja de alto desarrollo económico en el noreste de Asia.

Las estadísticas regionales muestran que, tras la puesta en marcha de esta estrategia, gradualmente se ha reducido la distancia con el nivel promedio de crecimiento económico nacional y se ha acelerado el desarrollo regional. En 2008, el porcentaje que el PIB conjunto de las tres provincias ocupaba en el total del país subió hasta el 8,62%, 0,14 puntos porcentuales más que la cifra de 2007. Se trata del primer aumento de esta cifra en el siglo XXI.

Sin embargo, el desarrollo socioeconómico de la región aún está a gran distancia del de las zonas más prósperas del país. Todavía queda mucho camino por recorrer en la tarea de la reestructuración económica, sobre todo en las zonas con mayor densidad de empresas estatales, donde las dificultades para profundizar la reforma son múltiples, a lo que hay que añadir la presión por conseguir un mayor bienestar social y el desarrollo sostenible de las ciudades cuya economía se basa en la explotación de los recursos naturales. “La revitalización de las antiguas bases industriales, como las del noreste del país, constituye una labor duradera, complicada y ardua”, manifestó Wen Jiabao, primer ministro chino y jefe del grupo directivo del Consejo de Estado para la revitalización de las antiguas bases industriales del noreste del país, en la 2ª reunión del Consejo de Estado sobre este asunto, celebrada el 17 de agosto de 2010.

En dicha reunión, el Consejo de Estado señaló ocho tareas clave que se deben llevar a cabo, entre las que se incluían la aceleración del cambio de modelo de desarrollo, la mejora de la capacidad de autorenovación, la formación de grandes empresas competitivas a nivel internacional, el fortalecimiento de la cooperación con los países del noreste de Asia y la planificación de una apertura de zonas fronterizas.

2011 es el primer año del XII Plan Quinquenal; Chen Zhenggao, el gobernador de Liaoning, está convencido de que el noreste de China será un nuevo puntal para el crecimiento de la economía china durante este período.

El granero de China

A diferencia de la industria, que ha registrado un lento crecimiento, la agricultura de la región logró desarrollarse rápidamente tras la aplicación de la política de reforma y apertura, haciendo del noreste un auténtico granero para el país y un destino ideal para la inversión en el desarrollo de alimentos ecológicos y la industria alimenticia en general.

Beidahuang, por ejemplo, una zona de esta región, dispone de más de 2,66 millones de hectáreas de tierras cultivables y la tasa de mecanización en la agricultura alcanza, aquí, el 95%. Como la zona de reserva estratégica de cereales de mayor escala, mayor grado de modernización y con mayor capacidad productiva del país, puede cubrir la demanda de hasta 100 millones de personas. La cantidad de cereales trasladados cada año desde Beidahuang representa la cuarta parte de la totalidad del excedente de todo el país.

La mayor parte del territorio de Beidahuang está cubierto por tierras fértiles, pocas de ellas son humedales o pantanos. Sus principales cultivos son el arroz, la soja, el trigo y el maíz. Todos los cereales que se cosechan aquí son ecológicos y también hay que destacar que se trata de la mayor zona de cultivo de sojas no transgenéticas.

Beidahuang dispone de la maquinaria agrícola más avanzada del mundo, incluyendo unos 500 tractores de 180-500 HP (caballo de fuerza) con GPS, control digital y sistema informático.

Gracias a estos controles digitales y al posicionamiento vía satélite, los tractores pueden avanzar a velocidades estables, ahorrando energía y contribuyendo a la protección del medio ambiente.

Además, hay más de 26.000 tractores de tamaño grande y medio dedicados a la producción agrícola y 11.065 segadoras, decenas de las cuales están equipadas con un sistema de análisis para examinar y determinar el estado de la tierra al cosechar en otoño.

También se emplean 40 aviones de uso agrícola, que se dedican a la supervisión del crecimiento de los cultivos, y se han elaborado una serie de normas para gestionar todo el proceso productivo, desde el arado de la tierra y la siembra, hasta la cosecha.

Las 15 instituciones de investigación científica, los nueve centros de promoción tecnológica, las 103 estaciones de tecnología agrícola y los 70.000 científicos y técnicos que trabajan en Beidahuang, conforman todo un sistema de apoyo tecnológico que sitúa la agricultura del noreste a la vanguardia del país.

La fuerte personalidad cultural del noreste

Para familiarizarse con la vida cultural del noreste del país, es imprescindible conocer el errenzhuan, un dueto cómico popular interpretado por un actor y una actriz que incluye canto, danza y narración.

La esencia de este género artístico está en la alegre atmósfera que crean los actores, ambos vestidos de brillantes colores, que cantan y bailan llevando un abanico y un pañuelo en la mano y cuya actuación suele desatar las carcajadas del público. Cada una de las capitales de las tres provincias dispone de más de diez teatros que ofrecen representaciones diarias. En ciudades más pequeñas, también suelen encontrarse uno o dos teatros de importancia que se dedican a este género.

El errenzhuan se incluyó en la lista del patrimonio cultural inmaterial publicada en 2006 por el Ministerio de Cultura, a la que también se incorporaron el dagu del noreste, las narraciones folclóricas de Tan Zhenshan y el pingju, la ópera típica de Shenyang.

El noreste de China disfruta de una rica diversidad cultural, que combina las tradiciones y costumbres de varias etnias, como los manchúes, mongoles, coreanos, oroqenes, evenkis (o tungúes), xibes y rusos.

De esta región procede también el vestido femenino chino por excelencia, el qipao, un vestido de cuello cerrado y aberturas laterales de origen manchú. El qipao fue abandonado por las damas tras la caída de la dinastía Qing de los manchúes, a principios del siglo XX, pero, ahora, se ha convertido en vestido habitual para las grandes ocasiones y despierta pasiones incluso entre las mujeres occidentales.

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