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Economía
Un tercer polo de desarrollo económico en crecimiento
Por LIU QIONG
 

Distrito Central de Negocios (CBD, siglas en inglés) de Beijing.
 
Zhang Yang, un estudiante universitario que se graduará en julio de este año, decidió, tras pensarlo mucho, que Beijing sería su primera opción de futuro para buscar trabajo. Oriundo de Zhengzhou, una ciudad del centro del país, actualmente Zhang se encuentra haciendo prácticas en una agencia de publicidad de la capital, con la esperanza de encontrar un buen empleo.

Aunque trabajar en Beijing significa que sus ingresos serán seguramente de entre 500 y 600 yuanes mensuales menos que los de sus compañeros en el delta del río de la Perla, para él “Beijing y las regiones litorales del mar de Bohai son muy dinámicas económicamente y su potencial de desarrollo es enorme”, algo que confirma el rápido crecimiento de las operaciones de la compañía donde lleva medio año haciendo prácticas.

Beijing y las regiones del litoral del mar de Bohai forman una de las zonas económicas más importantes de China. Se encuentra al norte del país, en la costa del océano Pacífico, y de ella forman parte todas las ciudades entorno al mar de Bohai y parte de las urbes y regiones de la costa del mar Amarillo.

Esta región, con forma de “C” circundando el mar, abarca los municipios de jurisdicción central de Beijing y Tianjin, en su punto central, y parte de las provincias de Liaoning, Hebei y Shandong; en un sentido más amplio, también se podrían incluir la provincia de Shanxi y el centro de la región autónoma de Mongolia Interior. Con una superficie total de 1.120.000 km2, y una población de 260 millones de personas, la zona está considerada como el tercer polo de desarrollo de la economía china (los otros dos son el delta del río de la Perla y el delta del río Yangtsé).

Todavía en la primera fase

El concepto del anillo de crecimiento económico entorno al mar de Bohai se propuso a mediados de la década de los 80. Fan Jie, director del Centro de Estudios sobre el Desarrollo Sostenible de la Academia de Ciencias de China, quien siempre ha seguido con interés el desarrollo regional del país, ha participado en la planificación estatal del anillo.

Según él, originalmente se pensaba que iban a surgir tres zonas principales de desarrollo económico durante el proceso de la reforma y apertura del país, que serían el delta del río de la Perla, el delta del río Yangtsé y la zona que circunda al mar de Bohai, que debería ser el núcleo del desarrollo moderno de los recursos energéticos y también un centro económico orientado a la exportación.

En los últimos 20 años, tanto la zona del delta del río de la Perla, como la del delta del río Yangtsé se han desarrollado enormemente. Sin embargo, la zona del mar de Bohai ha crecido a un ritmo lento. Fan Jie afirma que es necesario que se cumplan tres condiciones para la formación de un anillo de desarrollo económico: en primer lugar, una buena distribución de los sectores industriales en el territorio y una buena coordinación de los mismos; en segundo lugar, el uso compartido de la infraestructura; y por el último, uno o varios objetivos comunes de desarrollo.

En la actualidad, el anillo de desarrollo económico del mar de Bohai todavía está en su primera fase, sin que haya aún una distribución industrial y una coordinación sólida entre las regiones y ciudades que lo componen; no hay una integración económica ni una cooperación interior tan estrecha como en las regiones de los deltas. Por su condición de capital, Beijing está en el eje del anillo, pero económicamente, le falta reforzar los vínculos con otras localidades de la región.

En el caso del delta del río Yangtsé, cuya capital económica es Shanghai, la cooperación industrial y tecnológica entre las diversas ciudades es más estrecha. Por su parte, en el delta del río de la Perla, Guangzhou y Shenzhen siempre han mantenido una ventaja por su innovación estructural, que influye fuertemente en la región circundante.

Sin embargo, la zona del mar de Bohai no cuenta con una metrópoli que actúe de locomotora económica. En 2009, el PIB de Beijing y Tianjin representó el 14% y el 8% respectivamente del total del anillo, porcentajes muy inferiores a los de Shanghai y Guangzhou en sus propias zonas económicas, que fueron del 25% y el 28% respectivamente, lo que les permitió liderar el desarrollo económico regional.

Mayor concentración de recursos

Durante el período de realización de sus prácticas en Beijing, Zhang Yang asistió a varias conferencias internacionales junto con colegas de su compañía y tuvo la oportunidad de conocer a algunas de las grandes firmas del sector. Esto le ha llevado a pensar que Beijing no es sólo el centro político y cultural del país, sino también el eje del anillo de desarrollo económico entorno al mar de Bohai, por lo que trabajar en la capital le ofrece muchas oportunidades para su desarrollo profesional.

En efecto, Beijing desempeña un papel central en el anillo. Y las ciudades entorno a la capital, también cuentan con sus propias ventajas competitivas. Por ejemplo, Tianjin, junto a Beijing, disfruta de una sólida base industrial, además de tecnología y equipamiento moderno y superioridad competitiva en los sectores de recursos energéticos, materias primas, industria ligera y turismo.

Con la entrada en funcionamiento del ferrocarril interurbano Beijing-Tianjin, se ha formado un “anillo de desarrollo económico de media hora” entre las dos ciudades, lo que ha reforzado su integración.

“Las ventajas en cuanto a recursos de la zona del mar de Bohai son obvias”, opina Li Jingyu, profesor del Centro de Estudios de Economía Marítima y Desarrollo Sostenible de la Universidad Pedagógica de Liaoning. Por ejemplo, la abundante mano de obra y su costo, la mitad o una tercera parte del que supone en el delta del río Yangtsé o en el delta del río de la Perla, respectivamente, atrae a muchos inversores.

En el campo financiero, el volumen de ahorro y crédito regional ocupa más de la cuarta parte del total de China. En Beijing tienen su sede central la mayor parte de las instituciones financieras del país. Tianjin, Qingdao y Dalian, que forman parte del grupo de las 14 ciudades costeras abiertas al exterior, albergan una gran cantidad de instituciones financieras de capital extranjero, lo cual les otorga una posición aventajada en este terreno.

Por otro lado, la ubicación privilegiada del anillo, justo donde se halla el poder político de China, le permite gozar de las políticas preferenciales del Estado y ser uno de los destinos preferidos por las inversiones internacionales.

El modelo de desarrollo de la zona se centra en la industria pesada y en las manufacturas, con las grandes empresas estatales en posiciones dominantes en la economía regional. Sin embargo, en cuanto a la estructura industrial, debido precisamente a que las empresas de mayor envergadura son más numerosas que las medianas y pequeñas, el desarrollo económico en conjunto carece de dinamismo.

El Grupo de Estudios de la Economía de la Zona del Mar de Bohai, de la Universidad Nankai de Tianjin, considera, asimismo, que debido al intervencionismo estatal relativamente intenso en la economía de la región, el papel del mercado en la distribución de recursos se ha debilitado, constituyendo la principal deficiencia estructural del anillo en comparación con las regiones del delta del río Yangtsé y del río de la Perla.

Por otro lado, Beijing y Tianjin, como núcleos de la zona, gozan de grandes ventajas en cuanto a capacidad creativa, innovación tecnológica y profesionales cualificados, ya que cuentan con más de 100 centros docentes superiores, incluyendo 21 pertenecientes al Proyecto 211, y varios centenares de institutos de investigación. Una gran parte de sus exportaciones corresponde a teléfonos celulares, productos aeronáuticos y de tecnología aeroespacial y circuitos integrados, es decir, se trata de artículos de alta tecnología y alto valor añadido. Así consiguieron amortiguar el impacto de la crisis financiera internacional en 2008.

Abierto al mar

El anillo del mar de Bohai se caracteriza por una economía mucho más enfocada a los puertos que la de otras zonas. Sus muelles están entre los principales del país. En total cuenta con más de 60 puertos distribuidos en una franja costera de 5.800 km de longitud, cinco de los cuales -Dalian, Tianjin, Qingdao, Qinhuangdao y Rizhao- están entre los diez puertos chinos con capacidad para gestionar más de 100 millones de toneladas de carga; esto beneficia de manera especial el desarrollo industrial y los intercambios y cooperación con el exterior.

A través de grandes proyectos de infraestructura, los puertos han mejorado sus instalaciones y reforzado su potencial, con un aumento constante de la capacidad de carga y descarga. Aún durante la crisis financiera, siguieron incrementando su capacidad de carga y descarga de contenedores.

El 6 de diciembre de 2010, el puerto de Dalian empezó a cotizar en la Bolsa de Shanghai, convirtiéndose en el cuarto en cotizar en este mercado de valores, tras los de Tianjin, Yingkou y Tangshan. Los puertos de Qingdao y Qinhuangdao están planeando hacer lo mismo en 2011.

Las estadísticas muestran que entre las 35 ciudades más internacionales del mundo, 31 lo consiguieron gracias a sus puertos. De las diez ciudades más importantes del mundo, casi todas disponen de un puerto. Y lo más sorprendente es que el 50% de la fortuna mundial se concentra en ciudades portuarias.

Xie Siquan, subdirector del Instituto de Economía de la Universidad Nankai y uno de los editores en jefe del primer Libro azul de la zona del mar de Bohai, considera que la competencia entre los puertos de la zona se concentra entre los de Tianjin, Qingdao y Dalian. Los tres se apoyan en sus respectivas regiones interiores (Beijing-Tianjin-Hebei, la península de Shandong y la península de Liaodong, respectivamente) para desarrollar sus propias ventajas competitivas. Pero es necesario que mejoren su coordinación y establezcan relaciones de cooperación.

Paraíso para los emprendedores

Si bien se puede decir que la zona del mar de Bohai aún está relativamente atrasada, su potencial es enorme: no sólo ha conservado las ventajas competitivas de las industrias tradicionales, como la siderurgia y la explotación petrolífera, sino que también ha registrado un desarrollo rápido en sectores de alta tecnología, como la informática, la industria farmacéutica y la economía marítima.

Zong Guoying, jefe de la Nueva Área de Binhai, en Tianjin, expresó recientemente en Hong Kong su confianza en cumplir los objetivos marcados para los próximos cinco años. La Nueva Área de Binhai tiene una superficie de dos veces y media la de Hong Kong. Su PIB en 2010 llegó a los 500.000 millones de yuanes, sobrepasando por primera vez al de la Zona de Desarrollo Económico de Pudong, en Shanghai.

Las industrias de Binhai son responsables del 86% de la producción industrial total de Tianjin. Entre ellas están la aeronáutica y aeroespacial, la informática, la automotriz y de equipos para el automóvil, la petrolífera, la química, la siderurgia, la farmacéutica, la de nuevos materiales, y la de nuevas energías. Todas ellas están viviendo un crecimiento espectacular. Según Zong Guoying, en 2015 el PIB del área podría alcanzar el billón de yuanes.

“Para llevar a cabo un desarrollo sostenible, el país no puede depender únicamente de las provincias del Sur, relativamente más avanzadas. El Norte tiene que fortalecerse”, afirma Zong. En los años 80, Shenzhen lideró el desarrollo del delta del río de la Perla, y en la década de los 90, Pudong, en Shanghai, fue la locomotora del crecimiento del delta del río Yangtsé. De la misma manera, Tianjin encabezará el despegue económico del triángulo Beijing-Tianjin-Hebei y de la zona del mar de Bohai.

“En la actualidad, la Nueva Área de Binhai sólo ha utilizado una tercera parte de los recursos con los que potencialmente cuenta. Se espera que, una vez comience a explotar el resto, Binhai registrará un progreso más rápido, convirtiéndose en el tercer polo de desarrollo económico, capaz de hacer crecer la economía nacional”, comenta Zong.

Tianjin es más pequeña que Beijing, pero su crecimiento es muy rápido. Al igual que Tianjin, muchas ciudades de la zona del mar de Bohai han atraído cada vez a más inversionistas. Las inversiones extranjeras en Dalian también son cada vez más numerosas. El aumento de las inversiones impulsará la transformación de las viejas bases industriales del anillo de desarrollo económico entorno al mar de Bohai, y estimulará la creación de nuevos sectores, dinamizando cada vez más la economía regional.

Para ilustrar esta vitalidad, basta citar el ejemplo de la filial de la firma Novo Nordisk en China, empresa mundialmente reconocida en el campo de la prevención y tratamiento de la diabetes, que decidió, a principios de este año, invertir 100 millones de dólares durante los próximos cinco años para duplicar las operaciones de su centro de investigación y desarrollo en Beijing y que acaba de concluir la parte principal de su planta de insulina en Tianjin, con una inversión de 400 millones de dólares.

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