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Reportaje Exclusivo
Relaciones comerciales sino-latinoamericanas en el próximo lustro
Por LU GUOZHENG*
Las relaciones comerciales entre China y América Latina en los próximos cinco años merecen una atención especial, ya que este período coincidirá con el XII Plan Quinquenal de China, de 2011 a 2015. Por ello, vamos a realizar un recorrido de las mismas en los últimos 10 años, analizándolas y describiendo sus perspectivas para el futuro.

Retrospectiva

A principios del siglo XXI, y espoleada por el ímpetu de la economía estadounidense, la economía global presentó un buen ritmo de crecimiento. En cuanto a la economía de América Latina, ésta comenzó su recuperación a finales de 2002. Por su parte, China puso en marcha durante este mismo periodo el X y el XI Plan Quinquenal, obteniendo buenos resultados y convirtiéndose en 2010 en la segunda economía más importante por volumen total del mundo.

En nueve de los últimos diez años (es decir, exceptuando 2009), el comercio entre China y América Latina ha mantenido un crecimiento acelerado constante. Incluso teniendo en cuenta el retroceso registrado en 2009, el comercio bilateral ha crecido a un promedio anual del 32,4% en este periodo. Las exportaciones chinas a Latinoamérica aumentaron de 8.200 a 91.800 millones de dólares (es decir, un incremento anual del 31,3%), y sus importaciones crecieron de 6.700 a 91.200 millones de dólares, (incremento anual del 34,5%).

El porcentaje que representa el comercio con América Latina respecto al volumen total del comercio exterior de China ha ascendido desde menos del 3% al 6% en los últimos 10 años; al mismo tiempo, China se ha convertido en un socio comercial muy importante para los países latinoamericanos. Las relaciones económicas y comerciales entre China y los países latinoamericanos se han ido estrechando de una manera que no tiene precedentes, conformando relaciones de complementariedad y beneficio mutuo.

Por razones de índole histórica, la cooperación económica e inversora entre China y Latinoamérica se ha iniciado relativamente tarde. Al entrar en el nuevo siglo, los pasos en este campo aún no se habían acelerado lo suficiente. Según estadísticas del Ministerio de Comercio chino, hasta finales de 2007 las inversiones de carácter no financiero realizadas por China en América Latina y el Caribe sólo llegaban a 1.890 millones de dólares.

A pesar de los reveses que sufrió el comercio bilateral en 2009 a causa de la crisis financiera, ésta ofreció al mismo tiempo una oportunidad inesperada para la cooperación económica. Las estadísticas del Ministerio de Comercio muestran que, en 2010, las inversiones de tipo no financiero aumentaron hasta los 11.087 millones de dólares, lo que representó un incremento del 24% respecto al año anterior, y se firmaron 879 contratos de obras entre ambas partes, por un valor de 15.800 millones de dólares, lo que supuso un aumento del 21%.

Chongqing. Inauguración del XI Foro Mundial sobre el Desarrollo de las Exportaciones, co-auspiciado por el Centro de Comercio Internacional de la ONU, el Ministerio de Comercio de China y el Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional. 

Desafíos

Las exportaciones chinas a América Latina consisten fundamentalmente en productos industriales acabados, mientras importa principalmente materias primas. En 2006, entre los productos acabados exportados a Latinoamérica, los diez con mayor volumen de negocio representaron conjuntamente el 36,4% del volumen total de las exportaciones hacia esta región, mientras que las materias primas importadas desde Latinoamérica constituían para China el 67% de las compras totales a esta región. Esta configuración del comercio exterior la determina la estructura económica de los países latinoamericanos y la demanda de China, pero también revela que aún existe mucho territorio por explorar en el comercio bilateral.

Sin embargo, a pesar del espectacular desarrollo que ha experimentado el comercio bilateral en estos diez años, y del aumento de la proporción que representa en el comercio exterior total de cada parte, ésta sigue teniendo mucho margen para el crecimiento. Según estadísticas de la Aduana de China, el volumen de las exportaciones a América Latina supuso únicamente el 5,8% de las exportaciones totales del país, mientras que las importaciones desde esta región ocuparon tan sólo el 6,5%. Pero, desde el punto de vista del poderío económico, el comercio bilateral aún tiene un enorme potencial y espacio para desarrollarse en el futuro.

Tomada en su conjunto, en la última década la balanza comercial entre China y América Latina ha estado prácticamente en equilibrio; sin embargo, si analizamos país por país, no siempre ha sido así; por ejemplo, con Brasil, Argentina y México, siempre han existido desequilibrios comerciales.

Cabe resaltar que el comercio con América Latina se centra en estos tres países y en Chile; así, en 2008, el volumen del comercio con estos cuatro Estados representó el 68,3% del total con la región, ocupando las exportaciones el 61,3%, y las importaciones, el 75,4%. China tuvo un déficit comercial de 10.400 millones de dólares con estas cuatro naciones, mientras que éste sólo llegaba a 432 millones de dólares en el comercio con toda la región, lo que pone de manifiesto el desequilibrio comercial con la mayor parte de las naciones latinoamericanas.

En cuanto a las inversiones, hasta la fecha también se ha registrado un desarrollo desequilibrado. Las inversiones chinas en América Latina no son significativas, y las empresas chinas no consideran que el ambiente de inversión en la región sea suficientemente bueno. Aunque los países latinoamericanos estimulan las inversiones extranjeras directas, es difícil acceder al mercado; si a esto se le suman las deficiencias en infraestructura y la brecha cultural, las dificultadas para la entrada de las empresas chinas en el mercado inversor latinoamericano se multiplican. Por otro lado, estas empresas aún no son lo suficientemente sólidas en cuanto a capacidad inversora a nivel internacional y deben reforzarse.

Perspectivas

Tras el dinámico crecimiento de estos diez años, las relaciones económicas y comerciales entre China y Latinoamérica tienen ante sí un buen número de problemas y desafíos. Desde el punto de vista global, las economías emergentes se han recuperado rápidamente de la crisis financiera, mientras que a los países desarrollados les está costando más superarla. En general, el desarrollo económico mundial no es estable y es difícil de prever el comportamiento futuro de varios factores, por lo que difícilmente se podrá mantener un ritmo de crecimiento anual del 32% en los próximos cinco años en el comercio con Latinoamérica, como el que se registró en los últimos 10 años.

Hay que tener en cuenta que el comercio exterior de China crece a un ritmo que prácticamente dobla al del crecimiento de su PIB, y que la tasa de incremento del comercio con América Latina es, a su vez, dos veces la del comercio exterior del país, y más de tres veces la de su PIB. Partiendo de la estabilidad que ha registrado el crecimiento del comercio bilateral entre 2001 y 2010, podemos estimar, siendo optimistas, que en los próximos cinco años se seguirá manteniendo una progresión de tres veces la del PIB. En ese caso, como el XII Plan Quinquenal establece que el PIB debe mantener un desarrollo estable y relativamente rápido, creciendo a un ritmo del 7% anual, entonces se puede esperar que el comercio con América Latina crezca a un ritmo del 21% anual, es decir, 11 puntos porcentuales menos que el incremento promedio del último decenio. Si bien estas estimaciones tienen su lógica, se trata de una proyección optimista: la situación real quizás no sea tan positiva.

Desde la perspectiva de la economía global, las relaciones comerciales bilaterales están en una etapa de reajuste, por lo que, durante este periodo, se mantendrá un desarrollo relativamente rápido, si bien inferior al de la primera década del nuevo siglo.

En el próximo lustro, China planea aumentar las importaciones y el consumo interior, lo cual servirá para fortalecer aún más las relaciones comerciales bilaterales. Es posible que mediante el desarrollo del comercio de servicios, se pueda conseguir un desarrollo más equilibrado si tomamos conjuntamente este comercio y el de bienes.

En noviembre de 2008, el Gobierno chino promulgó el Documento sobre la Política hacia América Latina y el Caribe. En este documento, China anima a diversas empresas nacionales en buena posición y de reconocido prestigio, a que exploren el mercado latinoamericano, cooperando en sectores como la manufactura, la agricultura y pesca, la silvicultura, la energía, la explotación de recursos minerales, la construcción de infraestructura, los servicios financieros, y otros, con el fin de contribuir al desarrollo socioeconómico de ambas partes. Al mismo tiempo, da la bienvenida a las empresas latinoamericanas a invertir en China.

El documento también señala que el Gobierno chino sigue ofreciendo apoyo económico y tecnológico, sin ninguna condición política, a los países latinoamericanos, de acuerdo a sus propias condiciones financieras y a su nivel de desarrollo socioeconómico, apoyo que va aumentando según la necesidad de los países latinoamericanos y de acuerdo con la capacidad de China.

Como se puede ver, aún hay mucho margen para ampliar la cooperación económica entre ambas partes, si bien hay que reconocer que las dificultades también van en aumento. Será necesario que la confianza bilateral se refuerce y que se alcancen consensos para llegar a construir progresivamente un nuevo modelo de cooperación Sur-Sur de beneficio mutuo que sea capaz de contribuir, al mismo tiempo, a la comunidad internacional y al desarrollo armonioso de la economía mundial.

Volumen del comercio sino-latinoamericano entre 2001 y 2010 (en millones de dólares)

Exp.

Variación (%)

Imp.

Variación (%)

Exp. + Imp.

Variación (%)

2001

8.237

14,6%

6.702

23,9%

14.939

18,6%

2002

9.489

15,2%

8.336

24,4%

17.826

19,3%

2003

11.879

25,2%

14.927

79,1%

26.806

50,4%

2004

18.242

53,6%

21.787

46,0%

40.027

49,3%

2005

23.682

29,8%

26.775

22,9%

50.457

26,1%

2006

36.029

52,1%

34.189

27,7%

70.218

39,2%

2007

51.543

43,1%

51.068

49,4%

102.611

46,1%

2008

71.477

38,7%

71.910

40,8%

143.387

39,7%

2009

57.096

-20,1%

64.440

-10,4%

121.536

-15,2%

2010

91.800

60,8%

91.200

41,6%

183.000

50,6%

Promedio anual

37.947

31,3%

39.133

34,5%

77.081

32,4%

Fuente: Estadísticas de la Aduana de China

*Lu Guozheng es redactor jefe del Foro de Comercio Internacional y asesor de China Hoy.
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