中文 | English | عربي | Español | Deutsch
China y el Mundo Iberoamericano
Tong Sheng Xiang Ying,Las voces de un mismo sentir hacen eco
Por WU YONGHENG Y GABRIELA CEDILLO PÉREZ

 

El Reloj Chino, símbolo de unión y fraternidad entre China y México
 

Tras cinco meses de ardua labor, el Reloj Chino muestra por fin su nueva cara. El día 18 de octubre, en la glorieta del Paseo Bucareli, en el centro de la Ciudad de México, culminaron las obras de rehabilitación del histórico Reloj Chino.

La obra fue realizada conjuntamente por el Gobierno del Distrito Federal de México y la revista China Hoy con motivo del Bicentenario de la Independencia de México. El Reloj Chino fue obsequiado por el Gobierno chino al pueblo mexicano hace cien años, al cumplirse el primer centenario de la Independencia de México.

En 1910, residentes chinos en México recaudaron fondos para construir una torre en la calle Bucareli que alojase al Reloj Chino, que de hecho consistía en tres campanas de bronce traídas desde China por el enviado especial del Gobierno de la dinastía Qing con ocasión de los festejos del centenario.

Durante la Revolución, que estalló en noviembre de ese mismo año, el Paseo Bucareli y, en particular, el lugar donde se ubica el Reloj Chino, fue escenario de cruentas batallas y la torre acabó siendo destruida en 1913 por cañonazos de las tropas huertistas.

Ocho años después, en septiembre de 1921, con motivo de las celebraciones del Centenario de la Proclamación de la Independencia de México, la colonia china volvió a recolectar fondos para restaurar la torre destruida. Esta vez, el Reloj Chino tomó forma de auténtico reloj, pues, además de ubicar las campanas en el interior del monumento, se colocaron en los cuatro lados de la torre relojes de manecillas,

En esta reparación, se grabaron frases conmemorativas en la base de la torre, cuyo texto reza: “Construida por los chinos residentes en México para conmemorar el Centenario de la Independencia de México, 1821-1921”. Además, lleva una inscripción de cuatro caracteres chinos Tong Sheng Xiang Ying, que en español viene a decir “las voces de un mismo sentir hacen eco”.

Tong Sheng Xiang Ying, es una cita textual que se recoge de un párrafo del libro Zhou Yi (Yi Jing) que data de los tiempos de la dinastía Zhou del Oeste de China (1046-771 a.e.c.). La frase completa dice: “Las voces de un mismo sentir hacen eco, las voluntades con un mismo criterio responden, el agua corre hacia donde está más mojado, el fuego va hacia donde está más seco, el dragón asoma tras la nube y el tigre aparece con el viento”.

Se supone que al inscribir Tong Sheng Xiang Ying en el Reloj Chino, los chinos residentes en México quieren manifestar su agradecimiento al pueblo mexicano que tuvo la bondad de abrirles su pecho para acogerlos y también expresar su deseo y disposición para compartir penas y glorias con el hermano pueblo de México.

Pero, dejando de lado lo acertado o no de dicha suposición, la coincidencia, similitud e identificación de los acontecimientos y eventos más transcendentales en la historia moderna de China y México han corroborado que los dos pueblos son de verdad Tong Sheng Xiang Ying.

Sin necesidad de remontarnos a épocas remotas, o de cotejar la cultura o las tradiciones, sólo enfocándonos en los aspectos socioeconómicos ya podemos ver cómo, en este sentido, los dos pueblos han compartido vicisitudes y movimientos revolucionarios semejantes y tanto China como México fueron objeto de invasión y agresión por las grandes potencias.

Recordemos como en el año 1840 Gran Bretaña inició en China la Guerra del Opio; entre 1856 y 1860, tropas anglofrancesas invadieron China en la segunda Guerra del Opio; en 1894, Japón, en la guerra del mar de Huanghai, aniquiló la flota china; y, en 1900, la alianza de las ocho potencias ocupó China.

A su vez, un México recién independizado tuvo que resistir la invasión norteamericana en 1847, por la que perdió casi la mitad de su territorio. En 1862 y 1867, sufrió la agresión de las tropas francesas, que impusieron al pueblo mexicano un emperador espurio de origen austriaco. Además, fue posteriormente víctima de otras intervenciones foráneas.

Más adelante, en noviembre del año 1900, estalló la Revolución Mexicana y, paralelamente, en octubre de 1911, lo hacía la Revolución Democrática China. La Revolución Mexicana acabó con la dictadura porfiriana que dominó el país durante tres décadas, y la Revolución China derrocó a la dinastía Qing y acabó con un sistema feudal que había estado vigente durante 2.000 años.

El desenlace de ambas revoluciones también tiene algo afín. La Revolución Mexicana marcó un hito en la asignatura del México moderno, pero “acabó reducida a un retrato de anhelos y conspiraciones, de traiciones y muerte, de ambiciones e intrigas de todo signo” (revista Proceso, edición especial n.º 31).

La Revolución China echó al último emperador de su trono; sin embargo, sus frutos los usurparían los caudillos militares, que sumieron al país en el caos. Los grandes señores, apoyados por las potencias occidentales, llevaron a la nación a una guerra civil, que sirvió de pretexto para más intervenciones externas, en particular para la invasión japonesa, que arrasaría con la mitad del territorio chino.

Respecto a los vínculos que enlazan a los dos países, no se puede dejar de mencionar a la Nao de China, gracias a la que se entablaron los primeros contactos comerciales y culturales entre los dos pueblos, tan distantes entre sí, manteniendo una Ruta de la Seda Marítima durante 250 años (1565-1815). Y la inauguración del vuelo directo entre China y México de Aeroméxico, en 2008, que abrió a su vez la Ruta de la Seda Aérea entre China y el continente latinoamericano.

En tiempos más recientes, los dos países se han mantenido fieles a la inscripción Tong Sheng Xiang Ying en el escenario internacional y en asuntos de interés vital para cada nación. México dio su apoyo decisivo a China para restaurar sus derechos legítimos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y estableció relaciones diplomáticas con el país asiático el 14 de febrero de 1972. China, por su parte, se adhirió al Protocolo II del Tratado de Tlatelolco en agosto de 1973, brindando su apoyo a la iniciativa mexicana sobre la desnuclearización de los países de América Latina y el Caribe.

Ante los desastres naturales, como el sismo de 1976 en China, el terremoto de 1985 en México, las inundaciones en el sur de China y las inundaciones en Tabasco y, en particular, frente la influenza H1N1 que azotó al mundo en 2009, ambos pueblos se solidarizan tendiendo sus manos uno al otro. Siempre Tong Sheng Xiang Ying.

Hoy en día, China y México son dos economías emergentes de gran importancia en el mundo. Ambos países han logrado establecer una relación intensa y madura y comparten la voluntad de profundizarla en el siglo XXI. En julio pasado, ambos Gobiernos elaboraron el Programa de Acción Conjunta 2011-2015, que servirá de guía a la cooperación multisectorial entre los dos países dentro del marco de la Asociación Estratégica

Además de tener posiciones idénticas o semejantes en temas como la consecución de la paz mundial, la seguridad, el cambio climático o la crisis financiera internacionales y la cooperación para el desarrollo, China y México colaboran en el G5, el G20 y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) propugnando la construcción de una arquitectura internacional más justa y favorable para el desarrollo sustentable en todo el mundo.

De igual modo, ambos países mantienen estrechos contactos y colaboración para alcanzar el éxito de la próxima Cumbre sobre el Cambio Climático que se celebrará en noviembre de este año en Cancún, México.

La Lic. Lourdes Aranda Bezaury, subsecretaria de Relaciones Exteriores de México, señala que México y China son ya socios estratégicos, firmemente comprometidos con el impulso de una relación más dinámica y de beneficio mutuo. Su estrecha colaboración, así como su preocupación por los grandes temas globales, han permitido que ambas naciones trabajen no sólo a favor de sus propios intereses, sino también por los del mundo en vías de desarrollo.

Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Li Jinzhang, subraya que el Gobierno chino siempre procura que China y México sean un modelo de cooperación amistosa para los países en vías de desarrollo. Indica que, como dos de los países emergentes más influyentes, China y México comparten tanto responsabilidades como intereses, léase el mantenimiento de la paz en el mundo o la promoción de un desarrollo coordinado y solidario.

Todos los hechos demuestran que, a pesar de la gran distancia que los separa, son tantas sus similitudes, tan semejantes los sentimientos de su gente, que sus pueblos se pueden comprender íntimamente. No hay mejor ejemplo que la historia reciente y la actualidad viva que comparten China y México para entender a la perfección el auténtico significado de la frase Tong Sheng Xiang Ying.

A lo largo de los últimos 100 años, tanto el Reloj como ambos países, han visto y han pasado por mucho, pero se han mantenido siempre en pie. Como reza un dicho chino “a pesar de la oscuridad del cielo y de la inclemencia de las tormentas, el gallo no deja de cantar por la mañana”; el Reloj Chino ha pasado por tempestades y, no obstante, siempre se ha mantenido erguido allí, en medio de Bucareli, dando la hora a la vecindad y observando el fluir de la historia.

El Sr. Wu Yongheng, director de la filial latinoamericana de China Hoy, afirmó en el acto de culminación de las obras de restauración del Reloj Chino que “lo que se restaura y lo que se ha renovado es su aspecto físico, y lo que se conserva y lo que perdura es el significado que conlleva en sí. La esencia de todo el significado de este monumento se manifiesta en los cuatro caracteres chinos Tong Sheng Xiang Ying”.

Subrayó, asimismo, que en la placa conmemorativa de la restauración, no sólo están escritos los nombres del Gobierno del Distrito Federal y de la revista China Hoy, sino que están grabados los nombres de México y de China, como reafirmación del sentido emblemático de amistad y unión entre los dos pueblos. Los caracteres Tong Sheng Xing Ying, no sólo están forjados en el bronce, sino que están arraigados en el corazón de todos los que pasan y pasarán por este monumento.

El Lic. Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de Gobierno del Distrito Federal, dirigió una carta, fechada el 18 de octubre de 2010, al Sr. Wu Yongheng, diciendo que la colaboración de China Hoy en la restauración del monumento ha sido transcendental para llevar a cabo con éxito las obras. Y manifestó que monumentos como el Reloj Chino, permiten a los capitalinos conocer más sobre la historia de su Ciudad y sobre los lazos de amistad que la unen con la República Popular China, así como también les permite conocer e interesarse más por la cultura china.

 
 
China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
Comuníquen con nosotros:
Dirección: Calle Baiwanzhuang No. 24, Beijing, 100037, China
Tel: 86-10-68996374
Fax: 86-10-68328338
E-mail: chinahoyes@yahoo.es
Derechos Reservados