
El F3DM, automóvil eléctrico mixto de BYD, en el día de su estreno.
Las empresas chinas, especialmente las estatales, han realizado en los últimos años esfuerzos considerables para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: según los datos publicados por la Administración Nacional de Estadística de China, el año pasado las empresas estatales invirtieron 87.840 millones de yuanes en iniciativas de ahorro energético y, en relación a 2005, su gasto en energía por cada 10.000 yuanes (a precios constantes) descendió en un 15,1%; además, consiguieron reducir las emisiones de dióxido de azufre en un 36,8% y la demanda de oxigeno químico en un 33,4%, cumpliendo así con antelación el objetivo de reducción en un 10% de los principales contaminantes incluido en el XI Plan Quinquenal.
Por otro lado, el 14 de julio de este año se suprimieron las tarifas preferenciales para las empresas de alto consumo energético en 22 provincias, regiones autónomas y ciudades, lo que se espera tenga un gran impacto en la reducción de emisiones contaminantes y, por ende, en la protección medioambiental.
Industrias de energía limpia
Hasta fines de 2008, el 75% de la energía generada en China se obtenía a partir del carbón, cifra que aún se estima llegue al 60% en 2020. O sea, durante un periodo relativamente largo, el carbón continuará siendo la principal fuente de emisión de CO2 del país, por lo que desarrollar métodos limpios de generación de energía a partir del carbón se convierte en una prioridad para la industria china.
La gasificación integrada en ciclo combinado (IGCC, siglas en inglés) es una nueva técnica que obtiene electricidad a partir del carbón de forma más eficiente y limpia mediante su gasificación, proceso en el que separa el dióxido de carbono y las impurezas, reutilizándolas o almacenándolas.
China comenzó a investigar y probar esta tecnología en los años 70 del último siglo; durante el periodo correspondiente al VIII Plan Quinquenal, el Instituto de Investigación de la Energía Térmica de Xi’an, encabezando el grupo de investigación de la IGCC, completó el estudio de viabilidad para los ensayos de esta tecnología en China. En 1994, en Yantai, provincia de Shandong, se iniciaron las preparaciones y estudios de viabilidad para el primer proyecto de una planta energética basada en esta tecnología, cuyo proyecto definitivo fue aprobado finalmente en 1999. En la Agenda para el Siglo XXI de China se incluyó como principal elemento del plan de desarrollo a medio y largo plazo de la energía en China la construcción de este tipo de plantas.
El Grupo Huaneng, cuya capacidad instalada de generación de energía es superior a los 100 millones de kW, o sea, un 12% de la total nacional, fue el primero en proponer en 2004 un plan de generación de energía limpia a partir del carbón. Según este plan, se prevé haber construido dentro de 15 años un modelo de central eléctrica cuyas emisiones de gases contaminantes serían prácticamente cero. El año 2005 se unieron al Grupo Huaneng varias grandes compañías energéticas chinas, como la Corporación Datang, la Corporación Huadian, la Corporación Guodian, la China Power Investment Corporation y el Grupo Shenhua, estableciendo una nueva compañía conjunta para la generación de energía limpia a partir del carbón, Greengen Corporation Limited y poniendo en marcha el mencionado plan. En 2008, se terminó de construir en Beijing la primera central eléctrica de China en la que se ensaya el almacenamiento de CO2, con una capacidad de almacenamiento anual de 3.000 toneladas; en 2009, se puso en funcionamiento en Shanghai, en la Central nº 2 de Shidongkou, de Huaneng, el sistema de almacenamiento de CO2 con mayor capacidad en el mundo, 120.000 toneladas anuales. En julio de ese mismo año, se iniciaron los trabajos de construcción de la primera planta de tecnología IGCC enteramente diseñada, construida y explotada por China, cuya entrada en funcionamiento se espera se produzca el año próximo.
Según palabras de Su Wenbin, gerente general de Greengen Corporation Limited, el objetivo es investigar y probar el modelo, que cuenta con patente independiente, hasta desarrollarlo plenamente, consiguiendo una mayor eficiencia y unas emisiones prácticamente nulas.
El Boletín de la Industria Eléctrica del Año 2009, publicado por el Consejo de la Electricidad de China (China Electricity Council), revela que cada día más empresas invierten en el sector de las energías limpias, lo que está llevando a una optimización de la estructura de inversiones en esta industria. En la capacidad instalada de generación anual de energía aumentada en los últimos tiempos, un 32,2% corresponde a las energías limpias, con un fuerte aumento de la inversión en centrales hidroeléctricas, nucleares y eólicas, con una tasa interanual de crecimiento de la inversión del 2,33%, 74,91% y 43,9% respectivamente, mientras la inversión en termoeléctricas descendía como contrapartida en un 11,11%. En el mercado de valores, las acciones de las empresas de renovables cotizan al alza, siendo una de las primeras opciones para los inversores.
En 2009, la energía hidroeléctrica de China alcanzó una potencia instalada de 197 millones de kW, ocupando el primer lugar en el mundo; la energía generada por paneles solares fotovoltaicos alcanzó los 4 millones de kW, un 40% de toda la producida en el planeta y los paneles solares para el calentamiento de agua se utilizaron por más de 145 millones de m2, un 60% del total global. En suma, el consumo de energías renovables en China totalizó el equivalente a 225 millones de toneladas de carbón estándar, lo que representa el 7,3% del consumo global de energía.
Y no cesan los proyectos de renovables. El pasado mes de julio, se inauguró el primer campo eólico marino de China y de toda Asia, junto al Puente del Mar Donghai, en Shanghai, con 34 turbinas que ya funcionan en fase de pruebas y que deben suministrar primeramente energía limpia al Parque de la Expo. Se estima que este campo eólico generará anualmente 267 millones de kWh, cantidad que podría satisfacer la demanda de un año entero para más de 200.000 familias de Shanghai, además de economizar cada año 100.000 toneladas de carbón, reduciendo las emisiones de CO2 en 200.000 toneladas.
La capacidad instalada de este campo eólico es de 102.000 kW y disfruta de patente independiente. También se ha autorizado ya el comienzo de las obras de la segunda fase del proyecto, por las que se instalarán nuevas turbinas más avanzadas tecnológicamente y de mayor capacidad. Por otro lado, Shanghai está planeando construir cuatro campos eólicos marinos adicionales: en Fengxian, con 100.000 kW de capacidad instalada y Pudong, con 400.000 kW, cuyas obras ya han comenzado, y otros dos que están todavía en fase de diseño, uno más en Fengxian, con 300.000 kW de capacidad instalada y otro en Hengsha, con 200.000 kW. Una vez se hayan completado los cuatro proyectos, la capacidad instalada total de Shanghai alcanzará 1,1 millones de kW.
Según el mencionado Boletín de la Industria Eléctrica del Año 2009, la capacidad instalada de generación de energía eólica del país en ese mismo año era de 16,13 millones de kW, registrando un incremento del 92,5% respecto al año anterior, lo que supone el mayor crecimiento en el mundo en cuanto a parques eólicos. Por otro lado, la producción de energía eólica alcanzó los 27.000 millones de kWh, lo que representó un aumento del 106%. Se espera que, este año, la capacidad instalada total en cuanto a este tipo de energía alcance los 30 millones de kW.
Desarrollo de tecnologías verdes
Si bien en el pasado las tecnologías de ahorro de energía brillaban por su ausencia en las empresas chinas, con el nuevo siglo se han realizado grandes esfuerzos en investigación y desarrollo y se han comenzado a obtener ya diversas patentes, proporcionando al mercado una mayor variedad de productos de ahorro energético e iniciándose la creación de marcas independientes.
Sinopec es uno de los gigantes del sector petroquímico chino. Tanto su producción de crudo como el volumen del mismo procesado no han dejado de aumentar año tras año, pero, al mismo tiempo, se ha conseguido que tanto el consumo de energía como de insumos materiales se vaya reduciendo anualmente. En 2009, la compañía tenía en marcha 40 proyectos propios de innovación tecnológica relacionados con el ahorro de energía y la protección medioambiental, lo que supone un significativo 42,5% más que en 2007. Entre 2005 y 2009, la reducción de emisiones acumulada totalizó 33,15 millones de toneladas, lo que equivale a las emisiones producidas en un año por cuatro millones de vehículos; se han invertido, asimismo, 14.500 millones de yuanes en ahorro de energía, resultando en que el consumo energético descienda hasta las 0,77 toneladas por cada 10.000 yuanes de producción, o sea un 15,38% de reducción acumulada, que equivale, en términos absolutos, a 14 millones de toneladas de carbón estándar.
Linuo Paradigma New Energy Co. Ltd., de Shandong, empresa que se dedica a la producción de energía solar térmica y fotovoltaica, es una de las mayores de Asia en este sector. La compañía promueve la integración de la energía solar en los edificios, para lo que destina numerosos recursos tanto a la investigación y desarrollo, como a la realización de ensayos, y ha contribuido de manera fundamental a que se produzcan grandes avances en esta materia. A finales del pasado mes de julio, Linuo Paradigma inauguró en Jinan, la capital de Shandong, el Salón de Bajo Consumo Energético, con un área de 174 m2, que cuenta con un café, una pequeña sala de convenciones y donde todas sus instalaciones funcionan gracias a la energía solar. Los muros exteriores disponen de un aislante de polietileno de 5 cm de espesor, las ventanas son de doble acristalamiento y la iluminación la proporcionan una amplia variedad de lámparas LED. Se trata, en suma, de un excelente modelo para el desarrollo de edificaciones de bajo carbono.
BYD se dedica tanto a la investigación y desarrollo de alta tecnología para su producción y venta como al sector del automóvil. Desde que entró en esta última industria, en 2003, su objetivo ha sido la explotación de vehículos ecológicos. El F3DM, lanzado en marzo de este año, es el primer automóvil eléctrico mixto del mundo que no depende de las estaciones de recarga profesionales, reduciendo tanto la emisión de gases como el consumo de combustible. El e6 es otro modelo eléctrico de BYD, diseñado especialmente para el sector del taxi: consume tan sólo 21,5 kWh cada 100 km, puede pasar de 0 a 100 km/h en tan sólo 10 segundos y ha reducido significativamente el tiempo de recarga, pudiendo obtener el 80% de su carga total en 15 minutos, con lo que alcanza una autonomía de 300 km. El material químico de sus baterías es reciclable y no contaminante cuando el auto deja de utilizarse por largos periodos de tiempo. El pasado mes de mayo, BYD y Daimler-Benz firmaron un acuerdo para la creación de una compañía conjunta con el objeto de desarrollar una nueva marca de coches eléctricos en China, para los que BYD proporcionaría la tecnología esencial de las baterías.
Responsabilidad social
Las compañías chinas son cada vez más conscientes de sus responsabilidades frente a la sociedad y siguen sumando avances en el camino de la reducción de emisiones. Durante la celebración de la Cumbre sobre el Cambio Climático en Copenhague, las delegaciones empresariales chinas publicaron una declaración comprometiéndose a responder y cooperar con el compromiso hecho por el Gobierno chino ante el mundo en cuanto a perseguir un crecimiento económico sostenible.
Como la mayor inmobiliaria del país, a Vanke, le preocupa el ahorro energético en la edificación y apuesta por la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías verdes tanto en la construcción como en el uso de los edificios residenciales.
En comparación con las viviendas tradicionales, las nuevas viviendas construidas utilizando dichas tecnologías, pueden reducir el consumo energético en un 20% por m2 y el de agua en un 63%. Así mismo, se puede ahorrar un 87% de madera en los encofrados y disminuir los residuos constructivos en un 91%. Ya en 2003, Vanke emprendió una estandarización en las viviendas que construía, utilizando nuevas tecnologías de ahorro energético. En 2008, la superficie de viviendas acabadas según estos estándares llegó a los 74.000 m2, a los que hay que sumar otros 600.000 m2 correspondientes a los pisos que se empezaron a construir ese mismo año. En 2010, la previsión de superficie construida según dichos estándares llegaría al millón de m2.
Son muchos los ejemplos que se podrían citar de empresas y sectores que se adhieren a las practicas, investigación y desarrollo de ahorro de energía, como Tencent, que junto a la mencionada Vanke pusieron en marcha la “acción kilómetro cero”, para concienciar sobre la clasificación de basuras, o la compañía del sector lácteo Mengniu Dairy, que será la primera del sector en utilizar envases ecológicos y que va a aplicar un nuevo estándar de industrias verdes, o las empresas de medios, que no sólo ayudan a difundir estas ideas, sino que las aplican ellos mismos, como las editoriales Hongwen y Xianzhi Xianxing, que se han comprometido a editar todos sus libros en papel reciclado dentro de tres años… Parece, pues, que la industria china ha emprendido un avance con paso decidido por la senda de la economía sostenible.