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Especial
Metas y logros de China en ahorro de energía y reducción de emisiones
Por LÜ WENBIN*L

Alumbrado público alimentado por energía solar en el barrio de Wubao, en Hami, en Xinjiang.

La preservación de los recursos y la protección del medio ambiente son estrategias fundamentales para el Estado chino. Fijar objetivos mesurables y evaluar los resultados son los criterios clave que deben regir la labor de ahorro de energía y disminución de emisiones.

Objetivos explícitos

En su XI Plan Quinquenal (2006-2010), China se comprometió a recortar en un 20% su consumo de energía por unidad de PIB y a rebajar las emanaciones de los principales contaminantes en un 10% para el final del periodo.

En 2009, China se ha autoimpuesto para 2020 la obligación de reducir entre un 40% y un 45% sus emisiones de CO2 con respecto a los niveles de 2005. Establecer objetivos claros de reducción de emisiones forma parte del afán de China por transformar su modelo de crecimiento económico y construir una sociedad respetuosa con el medio ambiente y que consuma eficientemente sus recursos, así como para combatir el cambio climático. Demuestra también la firme voluntad de su Gobierno de resolver sus problemas medioambientales y de escasez de recursos.

Primeros resultados

En los últimos años, China ha redoblado sus esfuerzos por rebajar sus emisiones y economizar recursos, con resultados notables. En 2009, el consumo de energía por unidad de PIB cayó un 15,61% en relación a 2005, las emisiones de dióxido de carbono disminuyeron en 1.130 millones de toneladas, la demanda química de oxígeno (COD, siglas en inglés) se redujo en un 9,66% y el total de emanaciones de dióxido de azufre bajó en un 13,14%, todo lo cual marca un punto de inflexión en el aumento del consumo energético por unidad de PIB y de las emisiones contaminantes de los años previos, atribuibles a la industrialización y la urbanización.

En 2007, China creó el Grupo Directivo Nacional sobre el Cambio Climático, encabezado por Wen Jiabao; al mismo tiempo, se han elaborado un gran número de documentos respecto al uso de la energía, las emisiones de CO2 y el cambio climático.

El XI Plan Quinquenal llega este año a su fin y, para garantizar el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones para el periodo, el Gobierno chino ha lanzado nuevas medidas; por ejemplo, en agosto el Ministerio de Industria y Tecnologías de la Información publicó una lista de 2.087 empresas cuyas instalaciones se habían quedado desfasadas o que utilizaban energía de forma intensiva, por lo que debían cerrar antes del fin de septiembre.

China ha concentrado durante estos años sus esfuerzos para la reducción de emisiones y el ahorro de energía en los aspectos siguientes:

1. Transformación de la estructura industrial. China ha frenado el crecimiento de las industrias de alto consumo energético a través de medidas como el aumento del ahorro energético y la protección medioambiental, los ajustes en las bonificaciones fiscales y las políticas tarifarias, aplicando la discriminación de precios de la electricidad y mediante castigos más severos para los infractores de las leyes de protección medioambiental. En los primeros cuatro años del XI Plan Quinquenal, China ha eliminado pequeños generadores alimentados por carbón que tenían una capacidad conjunta de 60,06 millones de kW y cerrado fábricas que utilizaban tecnologías y equipos obsoletos, cuya capacidad de producción totalizaba 81,72 millones de toneladas de hierro, 60,38 millones de toneladas de acero y 210 millones de toneladas de cemento. Su cierre ha ahorrado 110 millones de toneladas de carbón estándar. El pasado 15 de julio, fueron suprimidos aún más generadores obsoletos de energía alimentados por carbón, sumando una capacidad de 10,71 millones de kW.

2. Lanzamiento de proyectos clave. Durante los primeros cuatro años del XI Plan Quinquenal, China destinó 128.500 millones de yuanes a financiar diez proyectos líderes en ahorro de energías, plantas para el tratamiento de aguas residuales y sus conducciones, prevención de la contaminación de ríos e instalaciones de tratamiento de sus aguas y ampliación de las capacidades de ahorro de energía y protección medioambiental. Estos planes recortaron la demanda de carbón en 260 millones de toneladas y ampliaron la capacidad de tratamiento de aguas residuales en 45,6 millones de toneladas al día. Además, se pusieron en funcionamiento unidades de generación de energía sin sulfuro procedente del carbón con una capacidad conjunta de 461 millones de kW.

3. Impulso a la investigación y desarrollo de tecnologías para el ahorro de energía y la reducción de emisiones y promoción de su uso. China ha publicado una guía de políticas sobre las tecnologías de ahorro energético y un catálogo de actividades clave para la reducción del consumo energético y de las emisiones, ha organizado campañas especiales de promoción de tecnologías y desarrollo científico al respecto y subsidiado productos eficientes energéticamente. Al mismo tiempo, el Gobierno ha promulgado políticas para el fomento de los contratos de rendimiento energético (EPC, siglas en inglés) e impulsado el desarrollo de la industria de servicios de ahorro energético.

4. Presión en las áreas de consumo energético más intenso. China ha obligado a 1.000 empresas de uso intensivo de recursos a realizar auditorías energéticas, elaborar planes de ahorro energético y llevar un registro de sus tasas de eficiencia energética. Como resultado, dichas empresas han ahorrado más de 130 millones de toneladas de carbón estándar. En las viviendas de las provincias del Norte, se han instalado reguladores en los sistemas de calefacción, cubriendo una superficie residencial de 100 millones de m2, y se han renovado, aumentando su eficiencia. Por otro lado, se han llevado a cabo pruebas de supervisión del consumo energético en oficinas gubernamentales y grandes edificios públicos, se ha puesto en marcha un proyecto piloto en el que participan compañías de transporte terrestre y fluvial y, finalmente, diversos organismos y oficinas del Gobierno central han tomado la iniciativa revisando y mejorando la eficiencia energética de sus edificios.

5. Desarrollo de la economía circular. Se han iniciado diversos ensayos de economía circular (o de reciclaje), junto con un sistema de índices para su evaluación. Se han tomado, en este sentido, medidas para hacer un mejor uso de los residuos sólidos industriales y agrícolas y se está fomentando el reciclaje de las piezas de automóvil, la obtención de recursos minerales de los residuos urbanos y la utilización de la basura orgánica para la generación de energía.

6. Implantación de un sistema de evaluación y responsabilidad. En 2007, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, la Administración Nacional de Estadística y el Ministerio de Protección Medioambiental elaboraron conjuntamente seis documentos sobre la recopilación de datos, supervisión y evaluación del ahorro energético y la reducción de las emisiones. Desde 2008, el Estado lleva a cabo evaluaciones anuales de los recortes de emisiones y disminución del consumo energético de los gobiernos provinciales. De la misma forma, los gobiernos locales fijan objetivos de ahorro y reducciones para sus entidades subordinadas, sancionándolas o premiándolas en función de sus resultados.

7. Uso del factor económico para fomentar el ahorro energético y la reducción de emisiones. Se han llevado a cabo reformas en los precios de los recursos, en las tarifas sobre las emisiones y en los precios e impuestos de los carburantes. Se han aplicado, asimismo, políticas preferenciales para la electricidad procedente de unidades de tratamientos de gases para la eliminación de los sulfuros, así como un mejor tratamiento fiscal para las instalaciones eficientes en el uso del agua y la energía y respetuosas con el medio ambiente, y para las empresas que hacen un uso racional de los recursos. Además, se han premiado los proyectos de renovación empresariales que tuviesen como objetivo mejorar la eficiencia energética.

8. Mejora de la legislación. Se han revisado diversas leyes, incluyendo la Ley para el Ahorro de Energía, la Ley para la Prevención y el Control de la Contaminación de las Aguas o la Ley para el Fomento de la Economía Circular. Asimismo, se han fijado estándares nacionales para una amplia gama de productos de alto consumo energético, de uso intensivo de energía y emisores de gases contaminantes.

9. Fortalecimiento de la aplicación y supervisión del cumplimiento de las regulaciones. Se están desarrollando campañas especiales de inspección en industrias intensivas en uso de energía y en emisiones, así como controles puntuales en productos etiquetados como energéticamente eficientes. Por otro lado, también se están emprendiendo acciones específicas para sancionar a las empresas que infringen las leyes sobre emisiones.

10. Fomentando la concienciación ciudadana. El Estado ha organizado a nivel nacional la campaña “Todos con el ahorro energético y la reducción de emisiones”, a la que se le dedicó una semana del pasado mes de junio; el Consejo de Estado, por su parte, ha propuesto diez ideas ecológicas, como dejar de conducir un día a la semana y evitar el aire acondicionado excesivo y aboga por unos hábitos de consumo y un modo de vida moderados.

*Lü Wenbin es director de división en el Departamento de Preservación de Recursos y Protección del Medio Ambiente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma.

 

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