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Especial
Los argumentos de los escépticos
Por LI WUZHOU

El calentamiento global ha provocado que se reduzca el número de las aves migratorias que llegan desde Siberia y Asia Central a la región de Cachemira.

El calentamiento global ha pasado de ser un mero rumor a centrar las negociaciones internacionales de alto nivel, pero las voces que lo ponen en duda no se apagan. La cuarta evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, siglas en inglés), fue atacada por su supuesta falta de rigurosidad y porque intencionadamente se habían obviado o eliminado algunos datos. Hay quienes piensan que la metodología actual de investigación sobre el calentamiento global deja lugar para muchas dudas en cuanto a las conclusiones: ¿hasta que punto influirían en el mismo las actividades humanas? ¿Son las emisiones de CO2 las principales culpables? Están quienes van hasta el extremo de calificarlo de falso, mientras que muchos escépticos, simplemente quieren más pruebas.

Conclusiones del IPCC

Creado en 1988, el IPCC reúne a miles de los científicos más destacados del mundo. Emite valoraciones y sugerencias sobre políticas a aplicar en base a la recopilación, organización y resumen de los logros en la investigación del cambio climático. Los informes que publica tienen un amplio reconocimiento y constituyen el punto de vista mayoritario.

El IPCC ha publicado hasta ahora cuatro Informes de Evaluación (IE). El IE1, publicado en 1990, señalaba los peligros de un aumento de las temperaturas y certificaba la base científica del cambio climático; el IE2, de 1996, indicaba que “hay evidencias que prueban claramente la influencia de las actividades humanas en el clima”; el IE3, de 2001, ahondaba en esta línea con “nuevas y más específicas evidencias” que probaban la influencia humana “con un 66% de probabilidad”.

El IE4 subrayaba que todavía más pruebas concretas apoyaban la realidad del calentamiento global. Las observaciones realizadas en todos los continentes y océanos han aportado datos que establecen los sistemas naturales que están resultando afectados por los cambios regionales en el clima. Los últimos estudios resaltaban un aumento de la concentración de CO2 y metano en la atmósfera tras la revolución industrial que se disparaba en relación con cualquier otra época anterior. Además, las simulaciones indicaban la alta probabilidad de que el aumento de las temperaturas medias de los últimos 50 años fuese atribuible a los gases de efecto invernadero, producto de la actividad humana. Se estimó que estas conclusiones tenían una fiabilidad del 90%.

En febrero de 2010, los ministros de medio ambiente de varios países asistieron al Consejo de Administración/Foro Ambiental Mundial de UNEP (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) en Bali, Indonesia. Los firmantes de la Declaración de Nusa Dua reiteraron su reconocimiento y apoyo a las conclusiones del IPCC sobre la influencia de la actividad humana en el cambio climático.

Muchas voces críticas

Aunque recabó un amplio apoyo, el IE4 del IPCC también encontró críticos entre expertos y profesionales. Según modelos perfeccionados, se indica ahora, por ejemplo, que la afirmación de que los glaciares del Himalaya habrán desaparecido en el 2035 es incorrecta. Además, algunos mensajes de correo electrónico de expertos de la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia mostraban que algunos científicos habían intentado manipular los datos para que coincidiesen con sus argumentos.

Ding Zhongli, vicepresidente de la Academia China de Ciencias, criticó que el IPCC desestimase casi toda la información aportada por investigadores chinos. “El territorio de China se extiende por diversas zonas climáticas, incluyendo el Himalaya. Me gustaría mucho saber cómo influirían en las conclusiones del IPCC los datos de China”, dice.

Cheng Jicheng, profesor en el Instituto de Sensores Remotos y GIS (sistema de información geográfica), de la Universidad de Beijing, piensa que el dióxido de carbono, como parte importante del ciclo del carbono en el sistema terrestre, existe no sólo en la atmósfera, sino también en la corteza, manto y en los subsistemas biológico y oceánico. Estos subsistemas actúan tanto emitiendo como absorbiendo carbono, un hecho que fue pasado por alto por el IPCC.

El meteorólogo Antony Watt solía ser un defensor acérrimo de la teoría del calentamiento global, pero cambió de opinión tras realizar un estudio en 534 estaciones meteorológicas. Según los estándares que aplican las autoridades norteamericanas, el 56% de las estaciones analizadas cometían errores graves (más de 5ºC) y el 87% no aprobaban por errores superiores a 1ºC.

Como quiera que las conclusiones del IE4 estuvieran siendo puestas en duda por muchos expertos, Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, encargó una investigación independiente al InterAcademy Council (IAC), con sede en Ámsterdam. El equipo investigador revisó las estructuras administrativas y los procedimientos de trabajo del IPCC y los resultados de su estudio, hechos públicos a finales de agosto, proclamaban que el IE4 era un éxito y que las conclusiones sobre la influencia humana en el cambio climático eran fundadas.

Deducir correctamente

Una de las evidencias que habitualmente se menciona para probar la realidad del cambio climático es el deshielo de los polos, pero puede que le estemos dando mayor importancia a lo que inferimos que a los hechos mismos. Se ha predicho, asimismo, que el nivel de los mares va a subir, desencadenando una serie de catástrofes. Sin embargo, muchos académicos sostienen que el derretimiento del hielo polar no implica necesariamente el calentamiento de todo el planeta.

Los científicos de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina y Terrestre (JAMSTEC, siglas en inglés) han descubierto que la rápida desaparición de los glaciares del Polo Norte se produce principalmente a causa de fuertes vientos árticos y que el efecto del calentamiento global no será tan decisivo como todo el mundo cree.

Por otro lado, Mojib Latif, científico alemán adjunto del IPCC y profesor del Instituto Leibniz de Ciencias del Mar de la Universidad de Kiel, ha observado que la temperatura media de la Tierra se elevó en 0,7ºC entre 1970 y finales de 1990, estabilizándose a continuación. Pero no hay registros de un mayor incremento de las temperaturas desde 1998.

Claude Allègre es un eminente geólogo que fue ministro de Educación Nacional en Francia entre 1997 y 2000. A principios de este año, publicó el libro La impostura del clima, en el que acusaba al IPCC de elaborar teorías seudocientíficas respecto al cambio climático. Pero muchos han respondido airados a su opinión: más de 400 expertos franceses en el clima escribieron una carta abierta en la que refutaban la afirmación de Allègre y confirmaban la realidad indudable del calentamiento global.

El CO2, ¿inocente?

La relación causa-efecto entre las emisiones de CO2 y el calentamiento global es algo que está siendo puesto en duda ampliamente por los científicos.

Qian Weihong, profesor de la Facultad de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas del Instituto de Física de la Universidad de Beijing, ha comparado la densidad de dióxido de carbono con todos los datos de temperaturas disponibles de los últimos cuatro siglos. Descubrió que el ascenso de las temperaturas comenzó 100 años antes de las primeras emisiones a gran escala de CO2. Qian llegó a otra conclusión tras más investigaciones: el fuerte incremento de las temperaturas experimentado en los últimos 20 años se debe a causas naturales: los océanos y las radiaciones solares.

Según Liu Zhonghui, profesor adjunto de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Hong Kong, la opinión mayoritaria de la población se sustenta sobre los registros meteorológicos del último siglo, pero “si observamos un periodo más largo, la densidad del dióxido de carbono era de 2.000 ppm (partes por millón) hace 40 millones de años, mientras que ahora es sólo de 380 ppm. La vida sobre la Tierra no desapareció en aquel entonces, sino que evolucionó y se adaptó”. Las investigaciones realizadas en el lago Qinghai han revelado, asimismo, que la Tierra era más cálida hace 1.000 años, cuando no existía ningún tipo de contaminación industrial.

Kirill Kondratyev, un académico de la Academia Rusa de Ciencias, insiste en que el agua es la que determina los cambios climáticos de la Tierra, de tres formas: como vapor, en la hidrosfera, y como hielo o nieve. Sostiene que el dióxido de carbono tiene poca incidencia en el clima y que su impacto es una centésima parte del que tiene el agua.

Kondratyev no es el único que absuelve a los gases de efecto invernadero. Sus compañeros Vladimir Bashkircev y Galina Mashnich, como último ejemplo, piensan que los cambios en el sistema solar son la principal causa de los males del clima. Según ellos, las etapas de calentamiento y enfriamiento se producen como reacción a la fuerza y cantidad de las manchas solares. Cuando el Sol entre en un periodo de descenso de manchas solares (el próximo se prevé que ocurrirá en algunas décadas), la temperatura de la Tierra descenderá de nuevo.

 

China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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