¿Cuál es el “primer dragón” de la civilización china? En 1978, arqueólogos chinos descubrieron un plato de cerámica pintada en Taosi, en el distrito de Xiangfen de la provincia de Shanxi, en uno de los yacimientos de la cultura de Longshan1. El plato es de fondo plano y pulida pared interior, en la cual se ve un dragón de color rojo y blanco enroscado, con la cola en la parte interior del círculo que forma. Como reptil, el cuerpo del animal está cubierto de escamas y se observa en él cierto parecido con cocodrilos y serpientes. Su gran boca posee dientes afilados y su lengua es muy alargada. Si lo comparamos con los dragones tallados en objetos de jade de la dinastía Shang (1600 - 1046 a.e.c.) resulta más simple y tosco, de rasgos más primitivos. Según las dataciones arqueológicas, se trata de un objeto producido hace más de 4.500 años, por lo que se consideró en su momento que se trataba del “primer dragón” de nuestro país.

En 1971, en la aldea de Sanxingtala, en la bandera de Wongniute, de la región autónoma de Mongolia Interior (en Mongolia Interior el territorio se organiza administrativamente en “banderas”) se descubrió un dragón de jade verde y negro de poco más de 50 cm de altura y 26 cm de longitud (lámina XII.). Su cuerpo se curva en forma de “C”, la boca está cerrada, con los labios, sinuosos, apuntando hacia arriba y su hocico, con orificios redondos y simétricos, es plano; carece de patas, cuernos y orejas, pero posee una larga crin y su cola, fina y prolongada, también se orienta hacia la parte superior. Al igual que el dragón de Taosi, sus rasgos son más simples y primitivos que los de los dragones de jade de la dinastía Shang. Algunos arqueólogos sostienen que fue elaborado hace más de 5.000 años, en el periodo de la cultura de Hongshan2, por lo que, de confirmarse esta teoría, hubiese sido en realidad el “primer dragón” de China.

El descubrimiento de este dragón de jade hizo que se planteasen de nuevo cuestiones sobre el origen de la figura del dragón en la cultura china, ya que se observan en su cabeza rasgos comunes con los de la cabeza del cerdo, por lo que se le conoce también como el “dragón-cerdo”.

Sin embargo, el título de “primer dragón” chino parece corresponder, al menos por el momento, a otro ejemplar. En junio de 1987, arqueólogos chinos descubrieron una de estas bestias en Xishuipo, en la ciudad de Puyang, de la provincia de Henan. En una tumba, a ambos lados del cadáver, cuya cabeza apunta hacia el Sur y sus pies al Norte, se encontraron un dragón y un tigre respectivamente; la cabeza del dragón, situado a la derecha del fallecido, está orientada hacia el Norte, mientras que su lomo lo está hacia el Oeste; el tigre, a la izquierda del cuerpo, dirige también su cabeza hacia el Norte, si bien su lomo se orienta hacia el Este (lámina XIII.). Los dos animales están cuidadosamente modelados con conchas de moluscos y su longitud es de 1,78 m en el caso del dragón y 1,39 m en el del tigre. Pertenecen a la primera etapa de la cultura de Yangshao3, es decir, fueron realizados hace más de 6.000 años, por lo que se trata del ejemplar más antiguo hallado hasta el momento.

*Song Baozhong, también conocido como Yao Song, es profesor asociado del semanario Beijing Informa; Wang Dayou, también llamado Shao Hua, es redactor en la Casa Editorial Huaxia, y Liu Xiulan es miembro del equipo de asistencia del Hospital de Amistad Chino-Japonesa.

1 La cultura de Longshan toma su nombre del poblado homónimo del distrito de Zhangqiu, en la provincia de Shandong, donde por primera vez se hallaron sus vestigios. Se desarrolló aproximadamente entre los años 2800 y 2000 a.e.c. (antes de la era común) en la zona de los cursos inferior y medio del río Amarillo, en un área que correspondería actualmente a las provincias de Shandong, Henan, Shanxi y Shaanxi; su economía, centrada en la agricultura, la ganadería y la cerámica, ya se organizaba mediante la especialización y división del trabajo, por lo que existían diferentes clases sociales.

2 Los primeros hallazgos de la cultura de Hongshan, que se producen en 1935, se localizan en Hongshanhou, de donde toma su nombre esta civilización, en la ciudad de Chifeng, de la región autónoma de Mongolia Interior. Su ámbito de influencia, que se remonta más de 5.000 años atrás, comprende los territorios que hoy son parte de dicha región autónoma, además de áreas de las provincias de Liaoning y de Hebei. Aunque entre sus actividades económicas se cuentan también la ganadería, la caza y la pesca, se trataba de una cultura fundamentalmente agraria. Los expertos consideran que es en esta civilización donde se halla el embrión del Estado chino.