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Economía
Automóviles ecológicos: ideal y realidad
 Por LI RUIJIE*

Roewe E1, modelo de auto eléctrico lanzado por la marca del Grupo SAIC, en el Salón del Automóvil de Beijing de este año.

En un momento en el que, a nivel global, se han destinado alrededor de 44.000 millones de dólares y creado planes para estimular la investigación y el desarrollo de vehículos de energías renovables, el Gobierno chino, siguiendo esta estela, presentó en junio un programa de subvenciones para la compra de automóviles ecológicos, estableciendo al mismo tiempo pruebas piloto en varias ciudades.

“Las subvenciones, de hasta 60.000 yuanes por vehículo, han supuesto un importante empujón para la venta de automóviles de marcas nacionales y también servirán para impulsar el mercado de vehículos basados en las renovables”, señala Xu Changming, director del departamento de Desarrollo de Recursos del Centro Estatal de Información, quien se ha dedicado al análisis y previsión del mercado automovilístico durante muchos años. Su actitud cauta nos lleva a preguntarnos por el futuro real de los automóviles ecológicos.

¿Cuáles son los automóviles basados en energías renovables?

Se habla mucho sobre este tipo de vehículos, pero, ¿sabemos realmente a qué clase de automóvil nos referimos? ¿Qué se puede entender por un automóvil que funciona con energías renovables?

Según la regulación sobre esta materia que entró en vigor en China el pasado año, se define a este tipo de vehículos como aquellos que, para su funcionamiento, consumen energías alternativas a los combustibles fósiles -o que, utilizando estos combustibles, cuentan con nuevos tipos de motor- y en los que se apliquen tecnologías, conceptos y estructuras innovadoras. Se incluyen entre ellos a los vehículos eléctricos (BEV, siglas en inglés), que abarcan a los que utilizan energía solar, los híbridos (HEV), los de baterías de combustible (FCEV) y los de hidrógeno, entre otros.

En el mercado chino ya se comercializan vehículos incluidos en esta definición. Toyota, la compañía japonesa, desarrolló en 1997 el primer automóvil híbrido, el Prius, prototipo destinado en un principio a salones del automóvil, donde fue objeto de una gran acogida por parte de los medios, y que más tarde se comenzaría a fabricar en serie. Poco después comenzarían a producirse también en China automóviles híbridos, como los de la compañía privada Chery, así como los de algunos fabricantes de autobuses y vehículos de transporte público.

En la Expo de Shanghai, los más de 1.000 autobuses del Parque funcionan con baterías de combustible, sustituyendo a los tradicionales de gasolina o gasoil, y hacen posible que el transporte público en el recinto de la Expo funcione sin emitir dióxido de carbono.

Entre los 1.017 vehículos que funcionan con energías alternativas en la Expo de Shanghai, 196 son de baterías de combustible, 321 eléctricos y 500 híbridos. Con el objetivo de garantizar su servicio, los organizadores de la Expo construyeron una estación de recarga y de cambio rápido de baterías.

Se calcula que, durante los seis meses de duración de la muestra, los vehículos que utilizan energías renovables podrán ahorrar hasta 10.000 toneladas de gasolina y reducirán las emisiones contaminantes en otras 118 y las de gases de efecto invernadero en 30.000 más.

Obstáculos para el desarrollo de los automóviles ecológicos

A pesar de los prometedores esfuerzos iniciales, las ventas en el mercado de los vehículos basados en energías renovables no han despegado. Toyota, por ejemplo, sólo vendió 3.500 unidades del Prius en tres años, una cifra que no llega ni a la de las ventas mensuales de cualquier modelo popular. ¿Qué es lo que impide que el mercado de estos vehículos arranque?

Un vendedor de vehículos, que prefiere mantenerse en el anonimato, opina que “ahora mismo, tanto el precio, como la tecnología y el servicio posventa, entre otros, son los factores que dificultan el desarrollo de la industria de los automóviles ecológicos”.

En cierto sentido, fabricantes y consumidores comparten dificultades: al no poderse fabricar en masa, su precio se mantiene demasiado alto. Un vehículo tradicional de gama media puede costar del orden de 160.000 yuanes, mientras que el mismo modelo, fabricado con motor híbrido, puede alcanzar un precio de un millón de yuanes, y la cantidad de gente que puede pagar semejante cifra en China es muy limitada.

“El costo es una de las principales dificultades para el desarrollo de los vehículos que utilizan energías renovables, pero que sea tan elevado es debido sobre todo a problemas tecnológicos”, opina Gao Wei, el gerente de ventas del Centro de Comercio de Automóviles de Changchun. Gao piensa que, a esto, hay que añadir la poca fiabilidad y duración de estos automóviles en la actualidad. Los consumidores prefieren comprar productos ya maduros y los vehículos ecológicos aún no lo son.

“Me compro un coche eléctrico, lo empiezo a conducir y todo va como la seda, pero… ¿Qué hago yo cuando de repente me quede sin batería en plena calle?”. Esta es, seguramente, la pregunta que más se hacen los compradores potenciales de estos automóviles; lógico, teniendo en cuenta la gran inversión económica y la gran cantidad de tiempo necesarios para crear una red de estaciones de recarga similar a la de las gasolineras actuales, junto con puntos de carga en las comunidades residenciales.

Subvenciones gubernamentales

Para apoyar a la industria de los automóviles ecológicos, el Gobierno chino no sólo ayuda a los fabricantes a llevar adelante programas de investigación y desarrollo, sino que también ofrece subvenciones con el objetivo de impulsar las ventas.

Miao Yu, viceministro de Industria y Tecnología Informática, quien ha respaldado de forma repetida el desarrollo de los automóviles impulsados por energías renovables, sostiene que estos “en primer lugar, son el corazón de la innovación técnica. El valor comercial de sus tecnologías de producción, especialmente las de los vehículos eléctricos, es inmenso. Por otro lado, representan también nuestro respeto por el medio ambiente en un momento en que todos queremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: China se ha comprometido a reducir la intensidad de las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB entre un 40% y un 45% respecto a los niveles de 2005 para el año 2020 y, en las zonas urbanas, la forma más eficaz de llevar a cabo esta reducción es mediante la disminución de las emanaciones de los tubos de escape de los automóviles, por lo que impulsar los vehículos que utilizan energías alternativas está en sintonía con este objetivo. Finalmente, el hecho de que el petróleo sea una fuente de energía perecedera, provocará sin duda una revolución en el sector del automóvil: por una parte, el precio de la gasolina mantendrá una tendencia al alza ininterrumpida a largo plazo, y, por otra parte, los precios de los nuevos modelos basados en energías alternativas llegarán a estar muy por debajo de los de los vehículos tradicionales”.

Desde febrero de 2009, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Comisión Nacional del Desarrollo y Reforma y el Ministerio de Industria y Tecnología Informática, entre otros, han celebrado regularmente sesiones para lanzar medidas conjuntas que impulsen el ahorro energético y el uso de vehículos basados en energías renovables. Si bien sólo se creó inicialmente una subvención para los autobuses de más de 10 m, desde ese momento el Gobierno ha ido anunciando claramente su intención de impulsar la producción y desarrollo de vehículos basados en energías alternativas al petróleo y, este mes de junio, se presentaron nuevas medidas que incluían más subvenciones de entre las cuales las más sustanciosas se otorgan, contra lo que vaticinaba la opinión popular, a los vehículos eléctricos. Los analistas lo interpretan como un estímulo a la producción nacional de este tipo de automóviles. Por otro lado, la nueva regulación estipula que las subvenciones se concretarán en forma de descuentos sobre el precio de mercado, en vez de en dinero en efectivo para la compra.

Dosis de paciencia

Tras ponerse en práctica las nuevas medidas surgen, sin embargo, algunos interrogantes: ¿Impulsarán de veras la investigación en nuevos modelos de automóvil? ¿Evitarán la duplicación de inversiones en el sector? ¿Serán bien recibidos por el mercado la calidad y precio de estos automóviles?

Wang, un ciudadano de Beijing que ha seguido la evolución del mercado de vehículos ecológicos, no es optimista al respecto: “En el fondo, se trata una cuestión de diseño y precio. Las subvenciones estatales benefician a quien vende, los consumidores no obtenemos apenas ventajas, por no mencionar -añade- la cuestión del elevado coste de mantenimiento de los vehículos híbridos, así que no creo que ahora mismo puedan tener éxito entre los compradores”.

Shen Li, directora de marca de Nissan China, es de similar opinión y augura que “aunque se apliquen los estándares tecnológicos y las subvenciones de forma inmediata, dado que se trata de un mercado todavía en pañales, es poco probable que los automóviles basados en energías renovables se popularicen y que su uso se extienda rápidamente por todo el país. La adaptación de los modelos de vehículo a los estándares locales no será difícil, pero el proceso hasta que los consumidores se lancen de buen grado a su compra, será largo”.

*Li Ruijie, redactor del rotativo China Ethnic News.

 

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