El 21 de junio de 2000, el entonces primer ministro chino, Zhu Rongji, en su conversación con el director de la Agencia EFE, sostuvo que, como en América Latina, con la excepción de Brasil, muchos países hablan el español, debido a su posición peculiar, España no sólo puede contribuir al fortalecimiento de las relaciones entre China y la Unión Europea (UE), sino que también puede hacer mucho por estrechar los vínculos entre China y América Latina. China quiere establecer buenas relaciones de cooperación con España, un país que posee una amplia influencia internacional.
En julio de 2005, durante su visita a China, José Luís Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, manifestó que España estaba dispuesta a servir como “puente” entre China y América Latina. La predisposición de España para ayudar a China en sus relaciones con América Latina tiene un carácter doblemente positivo, dado que no sólo es compatible con los objetivos de la diplomacia española y la estrategia de expansión exterior de las empresas chinas, sino que también favorece al ulterior desarrollo de las relaciones chino-latinoamericanas y las chino-españolas.
España es capaz de desempeñar este papel de “puente” ya que, en primer lugar, sus vínculos con los países latinoamericanos son muy estrechos y ambas partes comparten puntos de vista comunes o similares en muchos asuntos de relevancia internacional. En segundo lugar, debido a las importantes relaciones económicas que existen entre ambas partes. Y en tercer lugar, porque las empresas españolas conocen muy bien las condiciones del mercado latinoamericano y han establecido ya en el subcontinente una completa red comercial, mientras que los empresarios chinos están muy lejos de conocer tan bien como sus homólogos españoles la situación y el ambiente de inversión en América Latina.
El “puente” español puede promover los vínculos chino-latinoamericanos en diferentes aspectos, como por ejemplo, mejorando el conocimiento mutuo entre China y los países latinoamericanos, aprovechando la ventaja del idioma; así mismo, las empresas españolas pueden colaborar con las chinas en el establecimiento de joint-ventures en América Latina y el Caribe; o pueden crear también una plataforma virtual de información del mercado que preste servicios a China, España y Latinoamérica. Además, la nación ibérica podría constituir con China un fondo de inversión cuyo objetivo sea América Latina.
La política exterior española ha incorporado como concepto y estrategia el triángulo China (Asia - Pacífico) - América Latina - España, poniendo especial énfasis en la evolución e intensificación de las relaciones diplomáticas, comerciales y culturales entre América Latina y China, con el objeto de identificar oportunidades que permitan un afianzamiento de sus lazos respectivos, incluyendo un aumento de su presencia y significación en ambos espacios geopolíticos.
Relaciones comerciales entre España y América Latina
Aunque los lazos económicos fueron muy fuertes en la época colonial, posteriormente la densidad de esa conexión fue declinando y, en las dos últimas décadas, se ha considerado importante revertir la situación para dotar de más contenido a las relaciones que, en el terreno económico, aún siguen caracterizadas por una estructura asimétrica que no es fácil rectificar.
Entre las características más significativas de dichas relaciones económicas están su escasa relevancia en el conjunto de las operaciones económicas con el exterior de ambas zonas, su fuerte concentración en pocos países y la condición asimétrica de los intercambios de productos.
El comercio exterior de España está extraordinariamente orientado hacia los países socios de la UE ( a los que se dirigen alrededor del 70% de las exportaciones y de los que provienen cerca del 60% de las importaciones), seguido por los intercambios con los países más desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre ellos, EE.UU., Japón, Noruega y Suiza; a continuación, se sitúa el comercio con diversos países emergentes o en desarrollo, con los que los vínculos comerciales son muy fuertes, debido, bien a su potencial económico (como Rusia, China o Corea del Sur),o a una mezcla de oportunidades económicas y proximidad geográfica (como sería el caso de Turquía, Argelia o Marruecos). Entre las regiones en desarrollo, América Latina sigue siendo la primera área comercial para España, si bien sobre el total de sus actividades comerciales en el exterior representa apenas un 5%, tanto de las exportaciones como de las importaciones. Desde la perspectiva inversa, para América Latina la importancia del comercio con España también es bastante marginal, aunque conviene resaltar que, en los últimos años, la nación europea se ha convertido en su segundo socio comercial de entre el conjunto de los países de la UE: en primer lugar se sitúa Alemania (22,5%), seguido de España (13,3%), Italia (13%), los Países Bajos (12,6%), Francia (9,7%) e Inglaterra (8,3%).
En la última década se aprecia un aumento constante del valor del comercio a precios corrientes, que se aceleró bastante en años recientes. Entre 1995 y 2007 las exportaciones se multiplicaron casi por 2,5 (desde los 3.600 millones de euros hasta los 8.800 millones) y las importaciones lo hicieron por 3,7 (desde los 3.500 millones de euros hasta los 13.000 millones).
Inversiones españolas en América Latina
A principios de la década de los 90, se produjo un auge de las inversiones españolas en América Latina gracias a dos factores: la apertura económica y las privatizaciones. Se formó así un entorno favorable a la expansión empresarial internacional mediante fusiones y adquisiciones, especialmente en sectores como la energía, el hídrico, las telecomunicaciones, la banca y los seguros, favorecido por un proceso de reorganización económica interna y la internacionalización de las empresas españolas hacia los mercados latinoamericanos.
El promedio anual de las inversiones españolas en América Latina entre 2001 y 2006 fue de 3.600 millones de euros, casi la mitad del promedio anual en el periodo comprendido entre 1993 y 2000.
En su conjunto, desde 1993 hasta septiembre de 2008, las inversiones españolas en América Latina alcanzaron la cifra de 115.100 millones de euros.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2009 los flujos de inversión extranjera a la región latinoamericana totalizaron 76.681 millones de dólares, un 42% menos que los 131.938 millones anotados en 2008 y que constituyeron un récord histórico. Los principales inversores son empresas de Estados Unidos, con el 37% del total de las inversiones, seguidos por los españoles (9%, 6.900 millones de dólares) y los de Canadá (7%).
Las inversiones españolas en América Latina se concentran en Brasil (32%), Argentina (28%), México (16%), Chile (10%), Perú (8%), Colombia (8%) y Venezuela (8%) y en los siguientes sectores: servicios (financieros, hídrico, electricidad, gas, telecomunicaciones), alimentación y bebidas, manufacturas, comercio, hostelería y turismo.
Características de las relaciones comerciales entre España y América Latina
El comercio por países se ha estructurado desde hace tiempo fundamentalmente alrededor de unos pocos, generalmente los de tamaño mayor o medio, que, además, son los que cuentan con una economía más avanzada. En la actualidad, se trataría de seis, con dos gigantes, Brasil y México y luego una constelación variable de cuatro socios preferentes, entre los que siempre están Argentina y Chile.
En el terreno de las exportaciones, Brasil (36%) y México (15%) acaparan la mitad y, junto con Argentina (7,8%), Chile (7,2%), Cuba (7,6%)y Venezuela (6,5%), cubren el 80% de las ventas españolas en la zona. En cuanto a las importaciones, Brasil (23,3%) y México (22%) copan casi la mitad de las compras españolas, cifra que alcanza el 87% si sumamos las que se realizan a Argentina (14,8%), Venezuela (11,6%), Chile (8,2%) y Perú (6,5%).
España exporta principalmente a América Latina productos industriales: el 80% de sus ventas lo constituyen bienes de equipo, productos semiacabados, productos manufacturados de consumo y automóviles. A su vez, importa principalmente materias primas, productos energéticos y alimentos, que totalizan en conjunto un 80% de las compras.
