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Cuentos de Ellas
Matrimonio a cambio de la paz
Por LIU QIONG

 

Representación de Wang Zhaojun en la ópera Kunqu.

Wang Zhaojun es reconocida como una de las cuatro mujeres más bellas en la historia de China. Vivió durante el reinado de la dinastía Han del Oeste (202 a.n.e. - 9 a.n.e.) y para ilustrar su belleza, la gente recordaba la anécdota del día en que iba a casarse y por el camino se cruzó con un grupo de gansos. Las aves, impresionadas por la hermosura de la muchacha, que iba a caballo, quedaron estupefactas, olvidaron agitar sus alas y cayeron a tierra.

Para que se unieran y convivieran bien los pueblos de la dinastía Han y los hunos, la hermosura joven pidió por su propia voluntad casarse con el rey huno, aunque ello implicara dejar su pueblo natal y vivir en una tierra desconocida y aislada.

Admitida en el palacio imperial

Esta belleza ingénita nació en Zigui, un conocido poblado a la orilla del curso medio del río Yangtsé, alrededor del año 52 a.n.e. Dicen que desde niña mostró una gran inteligencia y, aparte de aprender a coser con su madre, también se dedicaba a leer y practicar la caligrafía, estimulada por su padre, por lo que era sensata y se comportaba como si perteneciera a una familia influyente, cuando en realidad creció en el medio rural pobre.

En el reinado de Yuandi (48 a.n.e. - 33 a.n.e.), de la dinastía Han, el emperador ordenó reclutar a las mujeres más bellas y traerlas al palacio imperial. Wang Zhaojun fue una de las chicas elegidas y se convirtió así en candidata a concubina del monarca.

Como eran muchas las mujeres hermosas, el soberano no tuvo tiempo de verlas personalmente una tras otra y dejó que los pintores imperiales hicieran un retrato de cada una.

Mirando las imágenes, el emperador escogió aquellas muchachas que le parecieron lo suficientemente bonitas para ser concubinas suyas y el resto quedaron como damas de compañía de la corte. Con el fin de ganar la preferencia de Yuandi, muchas candidatas sobornaron a los pintores con fuertes sumas de dinero para que las pintaran más bellas. Pero, debido a su pobreza, Wang no pudo hacer lo mismo y, por otra parte, tampoco quería engañar al emperador. Sin procurar beneficio alguno, el artista que se encargó de pintarla la reflejó de una manera muy ordinaria sobre el lienzo y la joven pasó cinco años como dama de compañía en el palacio imperial.

Al norte de la Gran Muralla

En aquel entonces, a menudo estallaban guerras y conflictos entre las fuerzas de la dinastía Han y los hunos del norte de la Gran Muralla y, para conseguir la convivencia en armonía de ambas nacionalidades, los emperadores de la dinastía Han solían casar a sus hijas o a las hijas de parientes de la familia real con los gobernantes hunos. Esta costumbre es conocida en la historia china como Heqin (Casamiento por la paz).

El emperador Yuandi decidió escoger una dama para Heqin y anunció públicamente en la corte que “a la mujer que decidiese casarse con el rey huno le conferiría la dignidad de ser princesa Han”. Aunque todas las damas aspiraban a ese título, ninguna deseaba salir de la corte y vivir en un lugar desértico, lejano y solitario.

Wang Zhaojun se levantó y dijo que estaba dispuesta a contraer matrimonio con el rey huno. En un principio, el emperador se mostró muy contento porque alguien llevaría a cabo el Heqin por su propia voluntad y no tardó en arreglar la ceremonia nupcial en Chang´an, la entonces capital de la dinastía Han. Sin embargo, cuando el rey huno tomó la mano de Wang Zhaojun y ambos acudieron juntos en agredecimiento a Yuandi, el soberano Han se sintió arrepentido, porque la belleza de la recién casada superaba a la de todas las mujeres de la corte. Pero no podía echarse atrás y no tuvo más remedio que despedirse a regañadientes de la bella esposa, a la que contempló mientras tomaba el carruaje y partía junto al rey huno hacia el norte.

El estado de los hunos estaba al norte del de Han y la mayor parte de sus tierras eran desérticas. Los hanes lo llamaban “Saiwai” y hasta allí se fue a vivir Wang Zhaojun para mantener la paz entre los dos países.

Fusión de dos culturas

Después de convertirse en la mujer del rey huno, Wang Zhaojun empezó a aprender a montar a caballo y a disparar el arco y se esforzaba por acostumbrarse al modo de vida de su nuevo pueblo. También participó con iniciativa en los asuntos políticos, ayudando a su marido a gobernar. Trajo las avanzadas técnicas de labranza y tejeduría de su pueblo y enseñó a sus súbditos a conocer mejor la cultura han, desvaneciendo las dudas y recelos que los hunos mostraban hacia su país de origen.

Gracias al casamiento de Wang, los pueblos de los dos países vivieron en paz por cerca de 50 años. Convivían armoniosamente y mantenían intercambios, tanto de carácter comercial como cultural. Por la influencia de su reina, los hunos empezaron a tener costumbres populares cada día más similares a las de los hanes y de esta forma se aceleró el proceso de fusión integral de las nacionalidades que componen el actual pueblo chino.

Wang dio a luz un hijo que a la postre se convirtió en el líder de los hunos. Pero, a pesar de todos sus méritos como soberana, fue una mujer ordinaria sobre la que no existen más registros históricos que una gran variedad de leyendas e historias populares. No pocas novelas, obras de teatro y óperas la toman como tema central, e incluso, su historia también ha sido adaptada a la televisión y el cine, por lo que se puede percibir la gran influencia que tuvo el Heqin de Wang Zhaojun.

La reina de los hunos murió en la tierra que la acogió tras contraer matrimonio y, hasta hoy se han encontrado varias tumbas de ella en lo que es actualmente el territorio de la región autónoma de Mongolia Interior. Pero la más reconocida es la que se localiza a orillas del río Dahei, en las afueras de la ciudad de Hohhot, a donde vienen visitantes en una peregrinación ininterrumpida.

Jian Bozan, conocido historiador de China, escribió en uno de sus artículos, Visita Histórica a Mongolia Interior, que “Wang Zhaojun no sólo es un personaje histórico, sino un símbolo de la amistad entre las distintas nacionalidades. Su tumba tampoco es un mero sepulcro de cemento, sino un monumento en memoria de las amistosas relaciones interétnicas”.

 
China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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