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Cultura
Los niños de los pastizales
Por CHENG WENJUN

Los alumnos disfrutan del aprendizaje del idioma mongol.

Has Uyanga es una alumna de la Escuela Mongola de Hohhot, capital de la región autónoma de Mongolia Interior. Además de hablar mongol, su lengua materna, en la escuela también aprende chino e inglés: “Mi nombre significa jade en mongol -dice la niña-. En nuestra escuela, muchas de las actividades que practicamos pertenecen a nuestra cultura tradicional”, nos cuenta; cada mañana, por ejemplo, las chicas ensayan la danza andai, mientras los niños practican el boke, la lucha tradicional de Mongolia. Tras las clases de la tarde, Has Uyanga recibe lecciones de Morinhuur - el violín con cabeza de caballo típico de la etnia mongola.

¡Quiero aprender mongol!

En Hohhot, todas las señales de tráfico y los rótulos de las tiendas son bilingües: están escritos tanto en mongol como en chino. Yang Huiliang, jefe de la Oficina de Educación Étnica, del Departamento de Educación de la Región Autónoma de Mongolia Interior, explica que, para los estudiantes del grupo étnico mongol, tener un perfecto dominio de su lengua materna es un requisito esencial, y la capacidad de ser bilingües, unida al dominio de otros idiomas, como el inglés o el japonés, supone para ellos una enorme ventaja, tanto pensando en su futura vida laboral, como a nivel de desarrollo personal.

La región autónoma de Mongolia Interior fue la primera de las cinco zonas habitadas por minorías donde se aplicó la política de autonomía regional para sus grupos étnicos. En ella conviven, de hecho, varios grupos étnicos: con una población total de 24 millones de personas, el pueblo han es el mayoritario, constituyendo alrededor del 77%, seguido por los mongoles, que forman el 18%, más un 5% compuesto por otros grupos minoritarios. Actualmente, el sistema escolar bilingüe se aplica desde preescolar hasta la universidad: las escuelas mongolas, además del mongol, deben ofrecer cursos en chino y en lenguas extranjeras y, a su vez, las escuelas chinas también deben ofrecer cursos en mongol. De esta manera, los niños mongoles tienen la oportunidad de aprender dos lenguas al mismo tiempo, y los estudiantes hanes y de otros grupos étnicos tienen, asimismo, la oportunidad de aprender mongol.

Situado a los pies de la montaña Daqing, a 100 kilómetros al oeste de Hohhot, la bandera izquierda de Tumd (tradicionalmente, los mongoles organizan su territorio por “banderas”) fue siempre una de las comarcas preferidas de los nómadas, donde encontraban extensos prados. Sin embargo, el progreso y los cambios en la estructura económica que ha traído a la sociedad mongola, han hecho que muchos de los pastores nómadas hayan pasado a ser agricultores sedentarios y que las nuevas generaciones de la zona aprendan únicamente el mandarín, con lo que el mongol corre peligro de desaparecer.

Para preservar la lengua, las escuelas de la bandera izquierda de Tumd han organizado clases de mongol de diferentes niveles para todos los alumnos, ya sean chinos o mongoles, algo que llena de orgullo a muchos chicos, como a Tsetsegee, cuyo nombre mongol significa “flor”, una niña de siete años que estudia en una de dichas clases: “Soy de Mongolia, así que estoy deseando aprender la lengua de mis antepasados. Y mi profesor es excelente”.

“¿Cómo vamos a preservar nuestra cultura si ni siquiera podemos hablar en nuestra lengua materna?”, se pregunta Yang Wensuo, rector de la Escuela Secundaria Étnica de la Bandera Izquierda de Tumd. Cuando echó a rodar esta iniciativa, muchos padres mongoles se mostraron reacios, preocupados por la habilidad de sus hijos para aprender dos lenguas simultáneamente. Sin embargo, tan sólo un semestre después, ante el éxito obtenido, son cada vez más los que desean inscribir a sus hijos en el programa; según Yang Wensuo, incluso los estudiantes de la etnia han muestran ahora un gran interés por el aprendizaje del mongol.

El apoyo económico del gobierno regional a la enseñanza del mongol también ha aumentado progresivamente en los últimos años. A los alumnos de escuelas primarias en las que se enseña esa lengua, se les concede una ayuda de 1.080 yuanes al año, que asciende a 1.350 yuanes si son de secundaria. El gobierno regional gastó en total 272 millones de yuanes en estas ayudas en 2009.

Enseñar es un placer

Al oír la campana de las 5 de la tarde que marca el fin de las clases, los alumnos de la Escuela Primaria Mongola n.o 2 de la Bandera Oeste de Ujimqin, salen corriendo alegremente de sus aulas: no es para menos, ya que les espera un auténtico festín en el comedor del colegio. En la puerta principal, la abuela Mergenma, mientras aguarda para recoger a su nieto, comenta que “a los niños les gusta esta escuela por sus buenas condiciones. Además, el Gobierno cubre los gastos de matrícula y les proporciona gratuitamente comida muy saludable”.

Al igual que otros pastores, Mergenma y su familia solían llevar una vida nómada en las praderas. Tras el nacimiento de su nieto, ella y su esposo dejaron el pastoreo en manos de su hijo y nuera y se dedicaron en cuerpo y alma al cuidado del bebé. Cuando el chico alcanzó la edad de escolarización, la pareja dejó los pastizales y alquiló un apartamento en la zona urbana de la bandera oeste de Ujimqin, para que el niño pudiese recibir una mejor educación.

En el pasado, las escuelas no eran geográficamente accesibles para los niños nómadas: los profesores tenían que viajar a caballo a las yurtas dispersas en los pastizales, donde daban sus lecciones. Es lo que se conocía como “la escuela a caballo”.

Desde 2004, el gobierno regional está integrando las escuelas de aldeas y poblados (gatsaa y sum respectivamente en mongol) en las banderas. Así, actualmente, los estudiantes pueden disfrutar de educación obligatoria gratuita (sin pagar ni gastos de matrícula ni de alojamiento) durante nueve años. En las mejores zonas, como Xilin Gol u Ordos, se llega hasta los 15 años de educación gratuita en las escuelas que enseñan en mongol. No es raro, pues, que en vez de las “escuelas a caballo”, cada vez más y más niños nómadas prefieran asistir a clase en las banderas y ciudades.

Suyaltu vino a enseñar matemáticas a la Escuela Primaria Mongola n.o 2 de la Bandera Oeste de Ujimqin en 2004. Suyaltu piensa que esta escuela ofrece condiciones mucho mejores a sus estudiantes que el colegio donde solía trabajar. “Las aulas son espaciosas y luminosas y están limpias; además, el patio está muy bien equipado, con una gran variedad de instalaciones para la práctica del deporte. Por si fuera poco, ahora podemos utilizar ordenadores y otros servicios multimedia que nos ayudan en nuestra tarea educativa”. Suyaltu siente que el trabajo aquí es un placer. Además, ha podido perfeccionar sus conocimientos tras recibir formación específica en Shanghai sobre la educación orientada a la calidad. “Gracias a la escuela, tuve la oportunidad de visitar Shanghai por primera vez el año pasado -dice-.La capacitación me permite mejorar mis métodos de enseñanza, y me mantiene al día de los últimos avances en educación orientada a la calidad”.

Atención personal

Según Yang Huiliang, si bien el número de escuelas como resultado de la reorganización es menor, la calidad de la enseñanza y el número de estudiantes van en aumento.

Los maestros tienen ahora una mayor responsabilidad para con los alumnos. “Mis alumnos tienen todos más o menos la misma edad que mi hijo, así que los veo como si fueran mis propios chicos”, dice Ulan, profesor de la Escuela Secundaria Mongola de la Ciudad de Tongliao. “Aparte de inculcarles los conocimientos necesarios, los adolescentes requieren una atención psicológica más profunda, especialmente aquellos que están lejos de sus padres”, piensa. Ulan y sus colegas se ofrecen a sus alumnos para conversar con ellos personalmente cada vez que se sienten frustrados o confundidos. La escuela también abre para los padres durante los días específicos de visita y les proporciona alojamiento gratuito.

El colegio le otorga una gran importancia a la educación ética de los estudiantes: en los pasillos de aulas y dormitorios se cuelgan rótulos sobre cortesía y buen comportamiento y a los alumnos se les instruye en el respeto a los ancianos, la atención a los pequeños y se les enseña a ser modestos.

En la actualidad, hay una gama cada vez más amplia de materiales didácticos disponible en mongol. Cada año se publican en la región autónoma de Mongolia Interior más de 220 títulos de libros de texto y libros de referencia, y muchos de los que se utilizan habitualmente en el resto del país en las escuelas primarias y secundarias son traducidos al mongol; de hecho, los estudiantes mongoles pueden disponer de los mismos recursos de aprendizaje que sus compañeros del resto de China.

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