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Economía
Cuando la crisis golpea el bienestar
Por JIAO FENG
 

La playa de Mytilene, uno de los lugares de interés turístico más concurridos de Grecia, permaneció vacía en mayo de 2010.

El 5 de mayo pasado se celebró una huelga a escala nacional en Grecia, a la que se sumaron más de dos millones y medio de trabajadores, es decir, más de la mitad de la práctica totalidad de las personas con empleo en el país, de los cuales, al menos 100.000 saltaron a las calles para manifestarse. El Gobierno griego, necesitado de la ayuda exterior para reducir su colosal déficit, se ha visto obligado a aplicar políticas fiscales restrictivas: bajar salarios, aumentar impuestos y adelgazar el estado del bienestar; políticas, en suma, inaceptables por el pueblo heleno, acostumbrado a un alto nivel de protección social por parte del Estado, lo que se ha traducido en graves protestas que se han sucedido desde comienzos de año.

Los países europeos siempre han estado orgullosos de su modelo de crecimiento, compatible con desarrollados sistemas de protección social, pero esto implica que el Estado debe invertir cada año cantidades ingentes de fondos para mantener estos últimos, lo que se ha ido convirtiendo en una carga, agravada de manera insoportable, en algunos casos, al estallar la crisis financiera, que ha puesto a prueba al modelo europeo.

Déficit fiscal provocado por un elevado nivel de protección social

La causa directa de la crisis de la deuda soberana griega reside en que el Gobierno tomó prestado dinero en demasía, debido al exceso de gasto en que incurría para poder mantener su particular sistema de protección social.

En Grecia, los funcionarios pueden obtener mensualmente una serie de pluses salariales que van desde los cinco hasta los 1.300 euros, por conceptos tales como saber utilizar equipos informáticos, conocimientos de idiomas o puntualidad; por otro lado, los funcionarios helenos disfrutan de un nivel de protección extraordinario, que impide que sean despedidos y que les permite jubilarse a partir de los 40 años con una pensión considerable, que, además, pueden heredar sus hijas si son solteras o divorciadas al fallecer ellos.

Debemos tener en cuenta que el número de funcionarios en Grecia es muy elevado, llegando al 10% de la población laboral del país, y entre ellos se incluyen también los trabajadores portuarios, que pueden cobrar 14 meses de salario anualmente.

Profundas motivaciones políticas y sociales están detrás del desarrollo particular del estado del bienestar griego. Según estadísticas fidedignas, el gasto en el sistema de pensiones alcanza el 15,9% del PIB nacional, la proporción más elevada de toda Europa. “Los gastos del sistema de pensiones aumentan cada día, convirtiéndose en una carga insostenible para el Estado -afirma Yin Zhongli, subdirector de la Oficina de Investigación del Mercado Financiero, del Instituto Financiero de la Academia de Ciencias Sociales de China-. En estos últimos 50 años, el envejecimiento de la población ha hecho bajar la competitividad del país, pero el modo de vida y los hábitos de consumo de los griegos no han cambiado de manera acorde. Y bajo su sistema democrático, los distintos partidos compiten por los votos ofreciendo más y más beneficios sociales, aumentando de forma insostenible los gastos del Estado”, dice Yin. Grecia es una de las economías más débiles de la Unión Europea (UE) y su Gobierno no tiene capacidad de generar los ingresos suficientes para hacer frente a todos sus gastos, por lo que ha actuado vaciando un vaso para llenar otro, hasta llegar prácticamente a la insolvencia.

La elevada protección social del sistema griego también está en el origen de actitudes poco éticas. La tasa de desempleo del país se ha situado en torno al 10% durante varios años, alcanzando el 11,3% en enero de 2010, según datos de la Administración Nacional de Estadística que la Federación Nacional de Sindicatos discute, fijándola en un 17,5%, con cerca de 800.000 personas viviendo sin trabajo, la mayoría de ellas jóvenes y mujeres. Muchos quieren vivir sin trabajar, únicamente de las prestaciones por desempleo, una actitud perezosa que no sólo no aligera la carga de gasto estatal, sino que obstaculiza el desarrollo de la economía del país. Según los datos publicados por el Gobierno griego en 2009, el crecimiento del PIB ese año fue negativo, del -1,2%.

La dependencia económica de pocas industrias dificulta la recuperación

El turismo y el transporte aéreo y marítimo, los dos sectores pilares de la economía helénica, se han visto seriamente perjudicados por la crisis.

“Tanto el turismo como el transporte son industrias muy estacionales y que se ven fácilmente afectadas por las turbulencias económicas mundiales”, explica Bian Xiaoning, analista de estrategias de mercados exteriores de China Galaxy Securities. El sector del transporte sufrió las consecuencias directas de la crisis que estalló en 2008; en el Foro Internacional del Transporte celebrado en Shanghai este mismo año, los grandes protagonistas del sector aún no ven la salida del túnel y creen que los problemas de exceso de capacidad actual del sector no se verán resueltos hasta finales de 2011. “El turismo –dice Bian– es un servicio de gama alta: cuando la gente no tiene dinero, viajar se convierte en un lujo del que se puede prescindir. La estructura económica griega tan dependiente de estos dos sectores -opina- provoca que el país se quede atrás en la senda de la recuperación económica mundial”.

De acuerdo con las conclusiones de un estudio realizado por ICAP, más del 30% de las empresas griegas tuvieron pérdidas en 2009, situación que se prevé continúe este año. La Agrupación de Hoteleros de Grecia ha indicado que, como consecuencia de la crisis, más de 400 pequeños y medianos establecimientos del gremio se han visto obligados a cerrar y que los ingresos del sector turístico en general (que es responsable de una quinta parte del PIB nacional) se reducirán entre un 7% y un 9% en 2010. Ante esta situación, diferentes organizaciones turísticas helénicas han creado un comité de crisis para enfrentarse a sus problemas actuales. Llueve sobre mojado para la economía de un país ya agobiado por la crisis de su deuda soberana.

El déficit del Estado griego se situó en el 13,6% sobre su PIB en 2009 y la deuda presupuestada para 2010 es del 120,8% del PIB, superando ampliamente los límites del 3% y 60% respectivamente marcados por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. La deuda externa acumulada por Grecia hasta finales de marzo de 2010 era de 310.300 millones de euros, o lo que es lo mismo, 30.000 euros per cápita; según previsiones del Ministerio de Hacienda, llegará a su máximo en 2013, alcanzando un 149,2% del PIB.

¿El fin del estado del bienestar?

Los males que afectan a Grecia se están extendiendo también a otros países europeos. Según pronostica la UE, la deuda promedio de los Gobiernos de la Eurozona podría llegar al 85% del PIB en 2010 y al 88% en 2011, con un déficit de las cuentas públicas del 6,6% este año y el 6,1% el próximo, todavía por encima del 3% estipulado por la UE.

Para prevenir la extensión de la crisis de la deuda soberana, los 27 países de la UE acordaron el pasado 11 de mayo el establecimiento de mecanismos de ayuda y socorro y la creación de un fondo especial de 750.000 millones de euros. Para obtener la ayuda, Grecia debe aceptar rigurosas exigencias, de acuerdo a las cuales debe garantizar la reducción de su déficit fiscal para 2014 desde el 13,6% actual hasta el límite máximo del 3% sobre el PIB. El Gobierno griego se ha visto así obligado a aprobar un paquete de medidas para recortar el déficit en 30.000 millones de euros que incluyen un aumento del IVA, una rebaja de los beneficios de los funcionarios y elevar la edad de jubilación, entre otras.

En el proyecto de reforma de la seguridad social y las pensiones, las autoridades helénicas prolongan de 37 a 40 el número de años de cotización necesarios para percibir la pensión completa y reducen su importe progresivamente en un 6% anual. Los gastos en pensiones disminuirán en un promedio del 7% hasta 2030 y las pensiones más altas se verán rebajadas hasta en un 14%.

Los sistemas de elevada protección social no provocaron la crisis, pero necesitan del crecimiento económico como base para subsistir. Para enfrentarse a los retos que el nuevo escenario les plantea, los estados del bienestar europeos han comenzado a lanzar iniciativas para reestructurar sus sistemas económicos domésticos y han tomado medidas para rebajar su déficit fiscal. Muchos países, como España, Portugal, Irlanda o Hungría, han elaborado sus propios proyectos para reducir los salarios de los funcionarios gubernamentales, y Francia también ha publicado un plan para reducir sus gastos financieros. Es la acción de mayor envergadura de adelgazamiento del estado del bienestar en la historia europea.

Soportando una deuda cada día más elevada, se hace más y más difícil obtener beneficios con los que sostener el alto nivel de bienestar que los europeos han disfrutado hasta ahora, y que, quizás, está viviendo sus últimos momentos. Tal vez se cumplan los pronósticos del economista Xie Guozhong y resulte que la crisis financiera de Estados Unidos suponga el fin de la época del capitalismo desenfrenado y que la crisis de la deuda europea marque el epílogo del estado del bienestar sin límites.

China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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