El Perú es el segundo país de Sudamérica en tener un TLC con la República Popular China, además de Chile, pero con mejores condiciones, incluso, que ese país. Esto supone un paso adelante en el mundo para las industrias y los trabajadores peruanos.

Este Tratado de Libre Comercio no modifica ningún impuesto ni tributo. En él, sólo se acuerda aplicar preferencias arancelarias al comercio entre ambos países. Con este tratado, el Perú espera lograr consolidar su imagen positiva en el este asiático. Asimismo, este logro contribuye sustancialmente al objetivo del Perú de convertirse en el líder del Pacífico Sur y ser el “Centro de negocios de América del Sur”. Este acuerdo brinda una señal positiva que elevará el interés de capitales procedentes de China y de otros países para invertir activamente en el Perú.

Del mismo modo, este acuerdo representa una gran oportunidad para los exportadores peruanos, al poder ingresar con condiciones favorables al gran mercado chino, compuesto por más de 1.300 millones de habitantes, que debido al sostenido crecimiento de las últimas décadas, ha permitido incrementar el poder adquisitivo de su población y, con ello, su consumo.

Un aspecto importante que contiene este Tratado de Libre Comercio es que las autoridades aduaneras competentes podrán intercambiar información sobre el origen del producto y el valor declarado. Así, será posible contar con herramientas para investigar situaciones donde se presuma de la existencia de un delito aduanero, como por ejemplo la subvaluación del producto.

Otro dato importante es que el acuerdo toma en cuenta las sensibilidades de ambos países. El Perú ha logrado excluir del proceso de desgravación arancelaria a los productos más sensibles. En este sentido, el Perú no eliminará aranceles para un grupo significativo de productos textiles, confecciones, calzado y algunos productos de metal y mecánicos, ya que estos generan muchos puestos de trabajo en el Perú. Estos productos son alrededor de 592 en total, pero suponen únicamente el 10% del valor importado desde China. Como contraparte, la República Popular China excluye de la desgravación arancelaria productos de madera y papel, así como algunos productos agrícolas. Estos productos suponen únicamente el 1% de lo importado desde el Perú.

En el tratado se incluye un capítulo de Coo-peración, donde se establecen el marco y objetivos para efectuar actividades de cooperación en varias áreas: ciencia y tecnología, tecnologías de la información, pequeña y mediana empresa, pesca, agricultura, medicina tradicional, turismo, minería e industria, entre otros.

Actualmente, la República Popular China es el segundo socio comercial del Perú, con un comercio bilateral entre los dos países que en el año 2009 llegó a 7.093 millones de dólares estadounidenses, de los cuales 4.079 millones correspondieron a las exportaciones peruanas. Con la entrada en vigencia del tratado se espera que, para el año 2010, se incrementen nuestras exportaciones hacia China en no menos de 800 millones de dólares. Y que, para el año 2012, pase a ser el primer socio comercial del Perú.

Considero que el tratado firmado es posiblemente el acuerdo comercial más completo de este tipo que la República Popular China haya negociado con otros países. Esto marcará un hito importante en las auspiciosas relaciones bilaterales entre ambos países.

*Luis A. Giampietri Rojas, primer vicepresidente de la República del Perú