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Especial
Cambio climático, responsabi lidad común de la humanidad

Yin Hengmin, embajador de China en México.

 

 

 

Conferencia magistral sobre el cambio climático, ofrecida el pasado 26 de mayo por Yin Hengmin, embajador de China en México, en la Universidad Nacional Autónoma de México.

-La Redacción

El cambio climático es un gran desafío que influye en la supervivencia y desarrollo de la humanidad. Su solución requiere los esfuerzos mancomunados de todos los países. El tiempo nos apremia. Es urgente y necesario que todos muestren una actitud responsable y adopten medidas concretas al respecto.

I. Posición, meta y acciones de China respecto al cambio climático

China siempre ha concedido una gran importancia al cambio climático y realizado enormes esfuerzos en el reajuste de su estructura industrial, la optimización de su estructura energética y el uso eficiente de las energías. China ha aumentado la inversión en investigación científica y tecnológica para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incrementar la captura de carbono en los bosques y elevar su capacidad de adaptación.

Gracias a todos estos esfuerzos, vamos a cumplir hasta finales de este año las metas de reducir en un 20% el consumo energético por unidad de PIB en base al nivel de 2005 y elevar hasta el 10% el porcentaje que ocupan las energías renovables en el consumo energético total. Manteniendo el desarrollo económico, vamos a lograr emitir 1.500 millones de toneladas de dióxido de carbono menos. Se trata de una gran contribución a la lucha global contra el cambio climático.

Nuestro país aboga por hacer frente al cambio climático mediante una cooperación internacional efectiva. Persistimos en implementar cabalmente la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) y el Protocolo de Kioto y en observar el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, así como las autorizaciones de la Hoja de Ruta de Bali.

El 26 de noviembre pasado, China anunció sus metas para 2020. Las emisiones por unidad del PIB se reducirán en un 40~45% respecto a los niveles de 2005, el consumo de las energías no fósiles llegará al 15% del total de las energías primarias, la superficie de bosques aumentará en 40 millones de hectáreas y el volumen forestal acumulado se incrementará en 1.300 millones de metros cúbicos en comparación con 2005.

China cumple sus compromisos respecto al ahorro de energías y la reducción de emisiones de dióxido carbónico. Como resultado, la atmósfera de Beijing se vuelve cada día más agradable.

II. ¿Cómo vemos la responsabilidad de China y su meta de reducción de emisiones?

Algunos países desarrollados sólo se fijan en el gran volumen de emisiones que produce China, pero olvidan que tiene 1.300 millones de habitantes e ignoran el principio de que “todos los humanos nacemos iguales”. Según las estadísticas, en 2006, los 1.300 millones de chinos emitieron 5.600 millones de toneladas de dióxido carbónico, el 20% del volumen mundial, mientras que los menos de 1.000 millones de personas que viven en los países desarrollados produjeron 12.900 millones de toneladas, el 46% del volumen mundial. Considerando las necesidades básicas del desarrollo y de la vida del pueblo, precisamos mantener un cupo racional de emisiones.

Algunos opinan que las metas de China deben ser más ambiciosas. En realidad, durante 15 años, de 1990 a 2005, los países desarrollados disminuyeron en un 26% su intensidad de emisiones de dióxido carbónico por unidad del PIB, mientras que China lo hizo en un 46%. Cabe subrayar que China es todavía un país en desarrollo, con 150 millones de pobres, y su PIB per cápita apenas supera los 3.000 dólares. La reducción del 40~45% en 2020 será el tope para China. No podemos pagar la lucha contra el cambio climático con el sacrificio del desarrollo y la continuidad de la pobreza y el atraso.

III. Responsabilidad histórica de los países desarrollados y sus obligaciones de reducir emisiones

De 1850 a 2005, en el planeta se emitieron un total de 1,1 billones de toneladas de dióxido carbónico; de ellas, la cantidad correspondiente a los países desarrollados representa el 72%. En cuanto al nivel per cápita de emisiones, Inglaterra acumula 1.125 toneladas, Alemania 958 toneladas y China sólo 71 toneladas. El cambio climático es el resultado de emisiones ilimitadas por parte de los países desarrollados durante el largo proceso de su industrialización. Por eso, ellos deben asumir sus responsabilidades históricas. Según establece el Protocolo de Kioto, los países desarrollados deberían reducir sus emisiones y ofrecer a los países en desarrollo asistencia tecnológica y financiera, pero lamentablemente hemos visto muy pocas acciones al respecto. Si los países desarrollados desean hacer contribuciones para responder al cambio climático, deben tomar medidas efectivas de reducción y establecer un mecanismo eficiente de transferencia tecnológica que pueda beneficiar a toda la humanidad.

IV. ¿Cómo debemos evaluar los resultados de la Cumbre de Copenhague?

La Conferencia de Copenhague sobre el cambio climático fue una cumbre que llamó la atención de todo el planeta. 194 países enviaron delegaciones al evento, entre las que figuraban 119 jefes de Estado y de Gobierno. Consideramos que la Cumbre de Copenhague obtuvo dos resultados importantes.

Primero, persistió en implementar cabalmente la Convención Marco, el Protocolo de Kioto y las autorizaciones de la Hoja de Ruta de Bali, y señaló muy claramente el rumbo de las negociaciones posteriores. Los dos grupos de trabajo de la Convención Marco y del Protocolo de Kioto respectivamente, lograron avances en sus negociaciones adhiriéndose al principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” y sentaron las bases para alcanzar las metas a través de la Hoja de Ruta de Bali.

Segundo, la cumbre llegó al Acuerdo de Copenhague, que identificó la voluntad política de las partes involucradas. Aunque el documento no obtuvo el consenso de todos los países participantes, hubo avances en la reducción obligatoria de emisión de los países desarrollados y en la adopción de medidas voluntarias de los países en desarrollo y las partes llegaron a pactos importantes en cuanto a las metas a largo plazo, fondos y transparencia de las acciones.

La delegación china participó con una actitud activa y constructiva en las negociaciones y contribuyó de manera importante al logro de los resultados de la cumbre. Nuestro primer ministro, Wen Jiabao, se reunió con líderes de EE.UU., Gran Bretaña, Alemania, Japón, India, Brasil, Dinamarca, Etiopía, Bangladesh, Granada, Maldivas y con el Secretario General de la ONU, coordinando posiciones al respecto. En víspera de la clausura de la cita, y también en el momento más difícil, China convocó una reunión de los países básicos que integran además Brasil, India y Sudáfrica para coordinar y plantear el borrador de una resolución, que luego logró el apoyo de EE.UU. y la mayoría de los países participantes. Así evitamos una eventual ruptura de las negociaciones y salvamos la cumbre de la situación embarazosa de que las delegaciones regresaran a sus países con las manos vacías.

V. ¿Qué esperamos de la Conferencia de Cancún?

La Conferencia de Cancún será un nuevo e importante encuentro global para discutir el problema del cambio climático. Su tarea central es seguir las autorizaciones de la Hoja de Ruta de Bali y fortalecer una implementación integral, eficiente y constante del Protocolo de Kioto. Para que la Conferencia de Cancún sea coronada con frutos positivos, la comunidad internacional debe hacer lo siguiente:

1. Persistir en el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” y conseguir un desarrollo justo en el ámbito global. La gran cantidad de emisiones de gases invernaderos generada por los países desarrollados en su proceso de industrialización de más de 200 años es la causa principal de los efectos del cambio climático. Por lo tanto, ellos deben asumir la responsabilidad histórica de reducir en mayor medida sus emisiones y apoyar con fondos y tecnología a los países en desarrollo en su adaptación y reducción.

2. Todos los países deben cooperar para ganar la lucha contra el cambio climático. Antes y después de la Cumbre de Copenhague, muchos países desarrollados plantearon metas de reducción de emisiones a medio plazo y prometieron la donación de fondos específicos. Al mismo tiempo, muchos países en desarrollo presentaron programas de acción para contener las emisiones. Ahora, la clave es convertir la voluntad política y las promesas en acciones reales. Los países desarrollados han acumulado muchas tecnologías no perjudiciales para el medio ambiente; si comparten esas tecnologías con los países en desarrollo, podremos reducir la emisión a bajo costo y abrir el nuevo camino de una economía verde y de bajo carbono.

3. Promover activamente las negociaciones internacionales del cambio climático. Estamos convencidos de que siempre que las partes involucradas mantengan la Convención Marco y el Protocolo de Kioto como su base jurídica y que desarrollen sus negociaciones bajo los principios de apertura, transparencia y participación masiva, podremos materializar los consensos de la Cumbre de Copenhague, encontrar soluciones prácticas y la Conferencia de Cancún podrá cosechar los frutos esperados.

Como anfitrión de la Conferencia de Cancún, México desempeña un papel clave. Esperamos que sea un buen organizador y que ofrezca al mundo una plataforma de discusión abierta, transparente y justa. México contará con el apoyo total de China para buscar el éxito de este encuentro.

 

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