Queridos amigos Teresa y Pérez:
¿Cómo están Uds.?
En la carta sobre la Fiesta de la Primavera no les comenté acerca del Día de las Linternas, por lo que ahora les cuento los detalles. Esa noche (el día 15 del primer mes del año lunar), en la antesala del apartamento n.o 2, se podían leer centenares de enigmas escritos en tiras de papel rojo o verde colgadas de varias cuerdas. Algunos de ellos eran fáciles de resolver, otros no tanto. Durante media hora participé en aquella ronda de adivinanzas. Acerté cuatro veces y, como premio, gané un frutero de plástico. Además, había tres tipos de diversión que atraían a muchos vecinos, quienes esperaban en fila su turno.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el Asilo Huichen nos obsequió un pañuelo de seda. Con motivo del centenario de esa efeméride, cantamos y bailamos jubilosamente. Luo, una vecina de más de sesenta años, ejecutó una danza siria. Aprovecho para darles a conocer la situación actual de las chinas. Los datos demuestran que casi la mitad de los universitarios son del sexo femenino, el cual constituye el 36% de la fuerza laboral del país y aporta el 50% de los ingresos familiares. En China hay numerosas mujeres ricas y 14 de ellas son sumamente opulentas.
Cocinando juntos el zongzi, una actividad muy interesante de los días festivos.
La Sra. Luo se graduó de la especialidad de Gimnasia Artística en la Universidad Pedagógica de la Capital y ejerció como profesora en esa propia casa de estudios hasta su jubilación. Desde hace más de medio año vive en el asilo con su marido y dos horas a la semana nos enseña cómo hacer la calistenia. Empezamos por aprender los movimientos corporales. En una ocasión ella nos demostró cómo deben realizarse los ejercicios y ejecutó los movimientos tan suavemente y con tanta gracia que más bien parecía una joven practicando ballet. De vez en cuando algunas entidades urbanas la invitan a impartir clases a jóvenes bailarines, lo que demuestra su alto nivel artístico.
Dos días después del Día de los Derechos de los Consumidores (el 15 de marzo), un abogado nos ofreció una conferencia sobre cómo los consumidores pueden defender sus derechos. Una hora más tarde, el hombre brindó asesoría particular.
El asilo ha organizado diversos cursos de estudio. Fui varias veces a la clase de computación. Un día vinieron diez estudiantes voluntarios y cada uno enseñó a un anciano. A mí me tocó una muchacha risueña que contestó con paciencia mis dudas y me enseñó a manipular el ordenador. Todos aprendíamos concienzudamente.
La tarde del viernes pertenece a las aficionadas a la manufactura artesanal. Visité a las “artesanas”, quienes bajo la guía de Wang Jiuhui, nuestra mayordoma, estaban confeccionando flores artificiales y muñecas con medias de nylon de distintos colores. Como pronto llegaría el Día de la Claridad, la Sra. Wang pensaba ir a honrar a su difunto marido, en cuya tumba depositaría aquellas flores de lana. Me mostró fotos de sus obras: chaquetas, chalecos, qipao (vestido típico para las mujeres chinas) y ropas infantiles con dibujos de flores o aves.
Ella es una persona idónea para su puesto, pues reúne muchas virtudes: paciencia, responsabilidad y espíritu de abnegación para el trabajo, así como amor y respeto hacia los ancianos. Como lo indica su nombre, Jiuhui (que quiere decir “inteligente para siempre”), es talentosa y domina casi todas las labores femeninas: el arte culinario, la técnica del bordado, la confección de trajes con hilos de lana, la elaboración de flores artificiales y muñecas, el trenzado de nudos chinos y el baile. Los ancianos la queremos mucho y confiamos en ella. Muchas veces, nos comportamos como niños, y la Sra. Wang tiene que desempeñar también el papel de puericultora.
Recientemente, en una mañana de sábado, vinieron al asilo 37 estudiantes que cursan el doctorado en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Tsinghua y 11 empleados de una compañía de seguros, la cual le trajo un banderín de seda al asilo y regalos para los ancianos. Primero se efectuó una reunión de confraternidad y luego sostuvimos una charla. Los empleados de la compañía y varios ancianos cantaron a coro la canción titulada El sol poniente rojo, bajo la batuta de una anciana sesentona, que fue cantante profesional de un conjunto de cantos y danzas. Una pareja de septuagenarios tocó un instrumento musical étnico llamado hulusi (con forma de calabaza) y su melodiosa música cosechó prolongados aplausos. Los estudiantes de Tsinghua ofrecieron una danza xinjianesa, una niña tocó el acordeón y un joven cantó haciéndose acompañar por la guitarra. La anciana Chen recitó un poema conmovedor y lleno de filosofía que reza: “la vejez constituye un poema del otoño”.
En otra oportunidad, por la mañana, una compañía de desarrollo tecnológico de alimentos para los diabéticos dictó una conferencia sobre esta enfermedad, examinó el nivel de azúcar en la sangre de los presentes y les invitó a probar algunos de sus productos alimenticios sin azúcar.
El día 5 del quinto mes del año lunar es el Festival de los Botes de Dragón. Según la leyenda, el gran poeta Qu Yuan (340-278 a.n.e.), oriundo del Estado de Chu, del periodo de los Reinos Combatientes, muy afligido por el destino de su nación, se suicidó lanzándose al río Miluo. Para honrar a este gran patriota, cada año el pueblo prepara ese día el zongzi (arroz glutinoso envuelto en hojas de bambú, atado en forma de cono triangular y cocido) y lo arroja a los ríos, para que los peces lo coman y no devoren el cuerpo de Qu Yuan. Además, en esa fecha se realizan las regatas de botes de dragón. El asilo nos proporcionará gratis arroz glutinoso y hojas, para que preparemos el zongzi con nuestras propias manos.
Se despide de ustedes, su amiga para siempre, Feng.
*Feng Zhiying, revisora de traducción de español de Beijing Informa y miembro de la Asociación de Traductores de China, se jubiló hace veinte años.
