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Economía
Evolución positiva del entorno de la inversión extranjera

Por LIU QIONG

Un cuadro macroeconómico estable y la mejoría en el entorno de la inversión son los principales motivos del alza en la inversión directa en China.

Tras las primeras señales de desvanecimiento de la crisis financiera, Microsoft tomó una decisión que venía considerando desde hacía tiempo: invertir casi 700 millones de yuanes en la construcción de un Parque de Ciencia y Tecnología en Shanghai. Es la primera inversión de la compañía de Seattle fuera de Estados Unidos en la construcción de un área de I+D y asistencia técnica.
Una semana antes de producirse esta noticia, Google, uno de los mayores rivales de Microsoft, anunciaba que no deseaba continuar ateniéndose a la censura sobre Internet estipulada en la legislación china y trasladaba sus servidores a Hong Kong, retirándose así del mercado de la parte continental de China y suscitando con ello serias dudas entre los medios occidentales sobre el clima de inversión en China para las compañías foráneas.

Bill Gates, fundador de Microsoft, preguntado al respecto en el programa Good Morning America, de la cadena estadounidense ABC, respondió que “se trata de decidir si se cumplen o no las leyes de los países donde uno trabaja. De no querer obedecerlas, uno puede terminar sin negocios allí”. Gates cree que se pueden o no aceptar las leyes chinas, pero que en casi todos los países existen normas y políticas controvertidas, incluido Estados Unidos: “¿Qué es lo que nos quieren decir? – se preguntó-. Si deciden abandonar también Estados Unidos, entonces contarán con mi admiración”.

China: un destino atractivo para la inversión

El caso de Google no ha sido el único detonante de este debate en Occidente: las vicisitudes de la empresa australiana Rio Tinto también han sido seguidas con mucha atención.

El 29 de marzo de este año, el Tribunal Popular Intermedio N.° 1 de Shanghai condenó al alto ejecutivo Stern Hu y a otros tres empleados de la oficina de Rio Tinto en Shanghai a entre 7 y 14 años de cárcel por la aceptación de sobornos y el robo de secretos comerciales.

El escándalo de sobornos de Rio Tinto ha implicado a muchas partes y afectado a muchos intereses en la industria de la minería del hierro. Algunos medios foráneos, aprovechando la coincidencia de este incidente con el caso de Google, han vinculado ambos sucesos sin ningún fundamento jurídico para cuestionar el clima de inversión en China para las empresas extranjeras, generando un intenso debate sobre su posible empeoramiento.
“Los casos de Google y Rio Tinto son dos asuntos comerciales particulares y no van a afectar al entorno global de la inversión en China”, dijo a China Hoy Chen Jian, viceministro chino de Comercio, en la conferencia de prensa de la VI Exposición de Comercio e Inversión del Noreste de Asia-Jilin de China.

En su opinión, Google ha roto con la promesa de cumplir con la legislación vigente, hecha al entrar en el país, y su abandono del mercado chino es una decisión unilateral de la compañía que no tiene nada que ver con un posible empeoramiento del entorno de la inversión directa en China; asimismo, en cuanto a Rio Tinto, Chen afirmó que se trata de un caso criminal que afectará aún menos al clima de inversiones en su conjunto.

 
 “La estrategia de apertura al exterior de China no ha cambiado, pero hay que tener en cuenta que el Gobierno debe administrar la economía con arreglo a la Ley. Las empresas que respetan las leyes de China tienen un gran futuro por delante”, enfatizó Chen.

 
Sin embargo, tal vez sean las cifras las que resulten más clarificadoras en este debate sobre el entorno de la inversión directa en China: el año pasado, por ejemplo, el volumen de las ventas de L’Oreal en el país alcanzó los 8.180 millones de yuanes, con un incremento del 17,6% respecto al año anterior, logrando obtener así un crecimiento de dos dígitos durante nueve años consecutivos; las ventas y la cantidad de pedidos de Siemens AG mantuvieron durante varios años consecutivos un crecimiento vertiginoso de alrededor del 20% e, incluso en el 2009, a pesar de la crisis financiera, las ventas de este gigante en China aumentaron en un 7%; en el mismo año, todavía mayor fue el éxito alcanzado por Nissan Motor, con unos datos de venta para sus marcas Nissan e Infiniti que reflejaron un alza del 39% respecto al año anterior.

“En 2009 el rendimiento de Nissan en China fue muy satisfactorio. Constituyó una gran alegría mantenerse en tan buen estado en este mercado a pesar del desafío que representa la crisis financiera global”, dijo Yasuaki Hashimoto, presidente y gerente general de Nissan (China) Investment Co., Ltd., quien, al mismo tiempo, cree que precisamente el entorno de inversión en China ha sido uno de los factores que han alentado el desarrollo de la marca en el país: “El rápido crecimiento de Nissan Motor en China se ha logrado precisamente gracias a la estrecha colaboración de Nissan (China) Investment, Ltd. y sus empresas de capital mixto en China: Dongfeng Nissan y Zhengzhou Nissan. Por otro lado, el sistema educativo chino proporciona sin cesar un gran número de nuevos talentos a la industria automovilística, contribuyendo de manera significativa a su desarrollo”.

Una encuesta sobre el entorno comercial de China, publicada a finales del pasado mes de marzo por la Cámara de Comercio Estadounidense en China (AmCham- -China), indica que más del 75% de las empresas de capital extranjero han decidido que China siga siendo uno de los tres primeros destinos en su plan de inversiones globales. En 2009, la tasa de beneficios en China de las empresas estadounidenses con presencia en el país fue la más alta de entre todos los países en los que operaban. Asimismo, casi el 80% de las empresas estadounidenses en China planean aumentar su inversión en este país en el año 2010.

Hacia un entorno más equilibrado

“Lo que las dudas sobre el clima de la inversión directa en China reflejan es, de hecho, una inquietud sobre la aparente reducción de oportunidades en el mercado chino”, señala Zhao Zhongxiu, rector del Instituto de Economía y Comercio Internacional de la Universidad de Economía y Comercio Internacional, con sede en Beijing.
En los últimos 30 años, China ha promulgado una serie de políticas preferenciales para atraer inversión del exterior y aprender de sus tecnologías y métodos de gestión más avanzados. El capital extranjero ha gozado de tratamiento preferencial, aplicándosele menos impuestos que a las empresas estatales y privadas de China, y muchos gobiernos locales, de hecho, se felicitaban cuando conseguían atraer inversión extranjera para su región, lo que se consideraba como un gran triunfo.

Zhao Zhongxiu explica que China ha ido disminuyendo paulatinamente las exenciones parciales o totales de impuestos que se ofrecían únicamente a inversores extranjeros, hasta mantener el mismo nivel impositivo para las empresas extranjeras y para las chinas.

A largo plazo, este marco fiscal más unificado y equitativo debería propiciar la competencia, aumentando la eficiencia y el rendimiento económico. De todas formas, algunos inversores extranjeros, preo-cupados por el beneficio a corto plazo, no lo ven con buenos ojos.
Las corporaciones transnacionales tienen en cuenta cuatro factores cuando seleccionan un destino de inversión -dice Zhao-. Primero, el entorno político y jurídico, en el que se incluyen principalmente el sistema político, su estabilidad y la continuidad de sus políticas, lo completo de su normativa legal y una práctica jurídica equitativa e imparcial; en segundo lugar, el entorno económico, refiriéndonos con esto al mercado, a las variables macroeconómicas del país y sus infraestructuras y políticas económicas, entre otros factores; en tercer lugar, los elementos sociales y culturales, principalmente, el sistema educativo y el nivel de estudios de la población, las costumbres, la religión, etc. Y finalmente, el nivel de desarrollo tecnológico. Y es precisamente la evaluación positiva que de estos factores en China hacen las multinacionales la que sigue atrayendo gradualmente cada vez más capital del exterior hacia nuestro país –continúa Zhao-, especialmente tras la incorporación de China a la OMC, el 11 de diciembre de 2001, que provocó un boom en la entrada de capital foráneo”.

Según explica Zhao, tras el ingreso de China en la OMC, las multinacionales comenzaron a diversificar e integrar sus inversiones, incrementando las mismas tanto en diferentes sectores industriales, no ya sólo en manufacturas, sino también en finanzas, química, logística o seguros, como en las diferentes partes de la cadena de valor de cada sector, desde la parte baja, como servicio y ventas, hasta la parte alta, como I+D o diseño.
”A lo que, de hecho, estamos asistiendo –opina Zhao- es a una mejora y optimización de las condiciones y del entorno de la inversión directa en China, con la introducción de ideas, conceptos y prácticas habituales en la comunidad internacional”. Se trata, por ejemplo, del establecimiento de un sistema de mercado más ordenado, unificado y competitivo, del perfeccionamiento de las leyes y normativas relativas a las inversiones, del fortalecimiento del sistema jurídico o de mejorar la eficiencia administrativa del Gobierno. “Por tanto, a aquellas empresas de capital foráneo cuyo modelo de negocio se basa exclusivamente en los beneficios que pueden obtener de las políticas preferenciales o a aquellas que aprovechan algunos, hasta ahora, vacíos o imperfecciones legales, no les espera un futuro muy halagüeño”, agrega Zhao.

Tendencia positiva de las inversiones directas

“En 2009 y sumidos en plena crisis económica internacional, las inversiones transnacionales bajaron a nivel mundial en un 40%, sin embargo, en China mantuvieron aproximadamente el nivel de 2008. Esto nos indica que el clima de inversión directa en China conserva una buena salud y que las empresas expresan su punto de vista al respecto a través de la acción y no por boca de políticos o medios de comunicación”, afirmó Zhang Xiaoqiang, subdirector de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma en el marco del debate Reflexiones sobre el modelo de desarrollo asiático, de la conferencia anual del Foro Bo’ao para Asia de este año.

Zhang señaló también que China está dispuesta a acoger inversiones extranjeras que faciliten el cambio de modelo de desarrollo económico, así como aquellas en alta tecnología, servicios, o que contribuyan a desarrollar las ventajas comparativas de la mano de obra china, pero “ya no damos la bienvenida a aquellas inversiones en industrias contaminantes o que consumen en exceso recursos energéticos”.

El pasado 13 de abril, el Consejo de Estado propuso la enmienda del “Catálogo-guía para las industrias de inversión directa extranjera”, en la que se marcan las líneas maestras de la política a seguir sobre las inversiones foráneas y cuyos objetivos serán ampliar el número de sectores abiertos a la inversión extranjera y estimular la inversión en manufacturas de vanguardia, nuevas tecnologías y en tecnología punta, en servicios de última generación, en outsourcing, en nuevas energías y renovables y en la protección del medio ambiente, además de fomentar la entrada de alta tecnología y de técnicas de dirección y gestión avanzadas.

Por otro lado, las estadísticas del Ministerio de Comercio publicadas el 14 de abril muestran que, de enero a marzo de este año, el capital extranjero que se ha empleado en China ha sido de 23.443 millones de dólares, lo que supone un crecimiento del 7,65% respecto al año anterior; asimismo, se ha aprobado la creación de 5.459 empresas invertidas por fondos extranjeros, o sea que se ha producido un aumento del 19,87% respecto al mismo periodo del año anterior.

Como confirmó Ma Xiuhong, viceministra de Comercio, en conferencia de prensa ese mismo día, “un cuadro macroeconómico estable y la mejoría en el entorno de la inversión son los principales motivos del alza en la inversión directa en nuestro país por parte de los empresarios extranjeros”.

 

 

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