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Turismo
Conociendo la cultura hui
Por ZHAO YAYUAN
 

La montaña Huangshan, con paisajes tan bellos como una pintura tradicional de tinta china, fue la primera zona del país declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Unesco.

James Cameron, director de Avatar, la película más taquillera del mundo en 2009, expresó públicamente: “El Monte Aleluya es de veras muy chino, porque está inspirado en la montaña Huang-shan, sólo que en el aire”.

Huangshan es una zona paisajística de nivel mundial que ostenta tres coronas: Patrimonio Cultural Mundial, Patrimonio Natural Mundial y Parque Geológico Mundial. También es conocida por sus “Cinco Maravillas”: los pinos de forma especial, las rocas extrañas, el mar de nubes, las fuentes termales y la nieve en invierno. Situada en la ciudad de Huangshan, en el sur de la provincia de Anhui, fue la primera zona paisajística china incluida al mismo tiempo en la relación de la Unesco de Patrimonio Cultural y Natural.

Viajando por la ciudad, no sólo se pueden apreciar montañas y ríos tan bellos como si se tratase de una pintura tradicional de tinta china, sino también sentir la cultura hui, una de las tres culturas locales del país, en la antigua calle Tunxi, de la aldea añeja de Xidi.

Hui es la abreviatura de Huizhou, región que a partir del 1121, tercer año del reinado de Xuanhe, de Song, y durante 890 años, hasta el tercer año del reinado de Xuantong, de Qing (1911), abarcó seis distritos, entre ellos los de Yixian, Shexian y Xiuning. En esa etapa se formó en la zona una cultura típica local que abarcaba todos los aspectos de la sociedad, la economía, la vida del pueblo, la arquitectura, el comercio, el sistema de clan patriarcal, el neoconfucianismo, la ópera, la gastronomía, etc. Por lo tanto, si se quiere conocer la cultura hui de manera general y rápida, lo mejor es visitar el Museo de la Cultura de Huizhou, en la ciudad de Huang-shan, el único de tipo temático que exhibe todos los rasgos de la cultura en el país.

Arquitectura hui

Las montañas verdes y ríos cristalinos, las tejas negras y los muros blancos de la arquitectura hui son la viva imagen de una pintura tradicional china. Con su estilo peculiar, los elementos arquitertónicos de la cultura hui, constituyen también una importante escuela arquitectónica tradicional de China. Sus características tecnológicas y estilo modelado se muestran principalmente en las viviendas populares, templos ancestrales, pórticos y jardinería, entre las cuales las tres primeras, las más representativas, son llamadas “Tres Maravillas de la Arquitectura Antigua de Huizhou”.

Los muros blancos, tejas negras y muros ma tou son los elementos más populares de las construcciones antiguas de Huizhou y constituyen símbolos permanentes de la arquitectura hui. Los pisos elevados y patios en sucesión, aleros altos y curvados hacia arriba, senderos sinuosos y pasillos son también notas tónicas. Su estructura se caracteriza por el muro alto y el patio amplio. Muchas viviendas populares antiguas en Huizhou están rodeadas por este tipo de tapias sin ventanas, de las cuales carecen también los cuartos. La iluminación natural depende principalmente del patio.

Por lo general, las construcciones de estilo hui tienen una apariencia similar, pero la decoración interior se diferencia según sus habitantes. Aparte de usar exquisitas esculturas en piedra, madera y ladrillo para adornar las ventanas y puertas, algunos son delicados y exigentes con el frontón sobre la puerta principal, que representa la dignidad y la riqueza de la familia. La gente en la antigüedad solía dedicar mucho dinero a adornar su frontispicio con abundantes y finas esculturas en ladrillo o piedra.

La aldea de Xidi, en el distrito de Yixian, es Patrimonio Cultural Mundial y una de las representantes de las antiguas aldeas del sur de Anhui. Fue calificada como uno de los diez poblados más atractivos de China y constituye un buen lugar para apreciar el arte arquitectónico hui. Su construcción se inició en el reinado de Huangyou (1049-1054), de la dinastía Song del Norte, y alcanzó su mayor esplendor en los reinados de Yongzheng y Qianlong, de la dinastía Qing. Tiene más de 950 años de historia y, según los datos históricos, en su etapa más próspera contó con más de 40 academias, templos ancestrales y templos budistas, 1.000 viviendas y 10.000 habitantes.

Hasta la actualidad se han conservado intactas en Xidi más de 240 viviendas antiguas de las dinastías Ming y Qing, en las que viven 300 familias y más de 1.100 personas. Entre sus 20 lugares de interés turístico se distinguen el Quiosco Lingyun, el Pórtico de Cishi (gobernante provincial), el Jardín Taoli, el Jardín Dong-yuan y el Salón del Respeto y el Amor. La perfecta armonía entre la antigua aldea, las exquisitas construcciones hui y el ambiente natural, permiten a Xidi disfrutar de la reputación de Reproducción a Escala de la Cultura Tradicional China y Museo de Viviendas Populares de Ming y Qing.

El frontón sobre la puerta principal es una de las partes más delicadas y representativas de la arquitectura hui.

Cómo llegar:

Durante la celebración de la Expo Universal de Shanghai 2010, desde el centro de distribución turística de Shanghai, saldrá cada día un autobús hacia la montaña Huangshan. Con las propias entradas de la Expo se puede obtener un 10% de descuento al comprar la entrada para la zona paisajística de Huangshan.

Para ir desde el barrio urbano de Huangshan a los distritos de Yixian o Shexian, entre otros lugares, se puede alquilar un taxi por un precio aproximado de 16 dólares, o tomar el transporte público en la Estación de Autobuses de Huangshan, con salidas cada 20 minutos hacia los diferentes distritos o poblados. El boleto cuesta unos dos dólares por persona.

Comerciantes hui

Como uno de los diez grupos comerciales más grandes de las dinastías Ming y Qing (1368-1911), los comerciantes hui se apoderaron del círculo comercial de China por más de 300 años. Debido a la abundancia de montañas y la escasez de tierra cultivada, los hombres de Huizhou se vieron obligados a salir para hacer negocios y se hizo popular el refrán de “Si no hubiera profesado el budismo en su vida anterior, nacería en Huizhou y tendría que salir del pueblo a los 13 ó 14 años”.

Los comerciantes hui lograron un período dorado de desarrollo desde mediados de la dinastía Ming hasta los últimos años del reinado de Qianlong, de Qing. Hacer negocio se convirtió en la primera opción de ganarse la vida para aquellos hombres. Entre los adultos varones, más del 70 por ciento se dedicaba al comercio. Entonces, tanto el número de comerciantes, el ámbito de gestión como el capital administrativo de los hui ocupaban el primer puesto en el país. Los comerciantes hui se habían expandido por toda la nación y sus huellas se podían apreciar lo mismo en las grandes ciudades que en los poblados pequeños. De ahí el dicho “No hay poblado sin hombres de negocios de Huizhou”.

Los comerciantes hui se dedicaban principalmente a cuatro sectores: la sal, las casas de empeño, la madera y el té. Este último se ha mantenido como un negocio próspero hasta nuestros días. A partir de la dinastía Tang (618-907), Huizhou ha sido una famosa zona productora de té, de donde provienen el Maofeng (de la montaña Huangshan), el Houkui (de Taiping) y el té negro de Qimen, incluidos entre los diez tipos de té más famosos de China.

El gran desarrollo del negocio del té de Huizhou se debe, por un lado, a sus bellas montañas y aguas cristalinas, y por el otro, a los comerciantes locales. En los últimos años del reinado de Qianlong, de Qing, entre las mercancías exportadas del país, el té de Huizhou ocupó el primer puesto. En tanto, el poder económico de los comerciantes hui se muestra más claramente en la comparación de las siguientes cifras: los comerciantes hui de sal en Yangzhou poseían un capital de 40 millones de taeles de plata, mientras que el entonces gobierno de Qing sólo tenía 70 millones en las arcas nacionales.

La cultura hui dota a sus comerciantes de una personalidad sabia y modales elegantes. Aplican el confucianismo en su labor y prestan mucha atención a la moral en la administración comercial. A los negociantes hui les gusta la cultura confuciana y obtienen ganancias respetando los principios virtuosos. Y después de tener algún éxito, nunca olvidan corresponder a su pueblo natal, invirtiendo dinero en la construcción de escuelas, perfeccionando los servicios de bienestar de la población local y subsidiando a literatos y artistas pobres. Aparte de la honorabilidad y credibilidad, el éxito de estos comerciantes tiene otro secreto: diligencia y ahorro. Como la mayoría de ellos empieza de la nada, aun después de enriquecerse sigue ambas costumbres al pie de la letra.

A finales de la dinastía Qing y comienzos de la República de China, debido a una serie de políticas coactivas aplicadas por el gobierno Qing y a la expansión de los comerciantes extranjeros, los negociantes de Huizhou dedicados a la producción y administración feudales comenzaron a perder terreno. Hoy en día, sólo la antigua calle de Tunxi, una de las diez vías de comunicación históricas y culturales más conocidas de China, conserva aún huellas de aquella prosperidad de los comerciantes hui.

A medida que avanzamos por la antigua calle, aparecen a nuestro paso los comerciantes y construcciones hui, como si viajaran por el túnel del tiempo. Con centenares de años, Tunxi es uno de los bulevares mejor conservados hasta nuestros días. Su construcción se inició en la dinastía Song y gracias al crecimiento de los comerciantes hui se fue desarrollando y convirtiendo en el centro comercial de Huizhou, en las dinastías Ming y Qing. A ambos lados de la arteria se alinean numerosos puestos con la estructura tradicional de tiendas en la parte delantera y talleres o casas en la parte trasera, que integran el comercio, la producción y el alojamiento.

En la antigua calle de Tunxi aún se pueden ver decenas de comercios añejos, como el de Tongrende, una tienda de medicina tradicional establecida en 1863, segundo año del reinado de Taongzhi de Qing, y el de Yufutou, casa de té en la que se empezó a plantar, elaborar y vender té a partir de 1875, primer año del reinado de Guangxu de Qing. Aparte de la infusión, también se pueden comprar en la calle tintas hui, tinteros she, esculturas en bambú o ladrillo, grabados y otros objetos representativos de la cultura hui. Estos puestos modernos y sus dueños siguen manteniendo el gusto refinado humanista de los comerciantes tradicionales.

Neoconfucianismo y sistema patriarcal del clan de Huizhou

El neoconfucianismo de Chengzhu (Cheng Hao, Cheng Yi y Zhu Xi) forma parte de una etapa muy importante del desarrollo del confucianismo y empezó a ser aceptado por la clase dominante feudal en los últimos años de la dinastía Song del Sur (1127-1279). En las dinastías Ming y Qing fue la filosofía oficial que siguieron los gobernantes del país. Tanto los fundadores del neoconfucianismo, Cheng Hao y Cheng Yi, como la personificación de esa escuela, Zhu Xi, tienen sus orígenes en Huizhou.

Desde los primeros años del dominio Song del Sur, hasta el reinado de Qianlong (1711-1799), de Qing, el neoconfucianismo vivió en Huizhou una etapa floreciente que se extendió por más de 600 años, ejerciendo gran influencia en todos los aspectos sociales, económicos y culturales del lugar. “Preservar los principios divinos en el corazón y desvanecer la ambición” constituye el núcleo del pensamiento, que preconiza también el aprendizaje, afirmando que “lo más importante del neoconfucianismo es el estudio”.

A los huizhous más viejos les gustaba vivir juntos, tomando las relaciones de consanguinidad y del clan como nexo, además de la influencia del neoconfucianismo, que estima los principios morales y las guías cardinales y virtudes feudales, por lo que el sistema patriarcal del clan resultaba muy estricto.

En el antiguo Huizhou, todas las familias grandes tienen construidos sus propios templos, en los que se veneraba a los antepasados, se reu-nían para discutir sobre asuntos familiares y se ejercía la disciplina doméstica. De acuerdo con la envergadura, el templo se divide en tres tipos: templo ancestral (templo de los antepasados de un clan), templo filial y templo familiar. El último se construye por los parentescos lineales dentro de cinco generaciones, en memoria de sus antepasados, y su envergadura es menor. Por lo general, los templos familiares se erigen alrededor de los filiales, que rodean a los ancestrales. Estos santuarios son la mejor muestra de fuerza cohesiva y centrípeta del clan de los huizhous. Sólo a los hombres se les permitía entrar en los templos, mientras las mujeres únicamente lo podían hacer cuando recibían un castigo o en la ceremonia nupcial. Los reglamentos familiares y el árbol genealógico también son símbolos del sistema patriarcal del clan.

El Templo de Luo Dongshu, santuario ancestral de la familia Luo en la aldea de Chengkan, distrito de Huizhou, ciudad de Huangshan, se construyó en el 1539, durante el reinado de Jiajing, de Ming. Está orientado hacia el Este y abarca un área de 3.300 m2. Se compone de una pared biombo, la puerta Lingxing, el patio delantero, dos quioscos de lápidas, la puerta principal, el gran patio, el gran salón y los pabellones laterales, entre otros elementos. Su gran envergadura, completa estructura y arte delicado le han valido para ser reconocido como el “Primer Templo Ancestral de Jiangnan” (al sur del río Yangtsé).

El pórtico, que se construye para encomiar las hazañas, simboliza la aprobación del examen imperial, el gobierno virtuoso y la lealtad, la piedad filial, la honestidad y la justicia. En Huizhou también es una miniatura del sistema patriarcal del clan y se clasifica en dos tipos: pórtico de méritos y pórtico de castidad y lealtad. Hasta la actualidad, existen en la ciudad 108 pórticos en perfecto estado de conservación, 88 de ellos en el distrito de Shexian, antigua sede del gobierno feudal de Huizhou. La más conocida de las arcadas de Shexian es la de Tangyue, compuesta por siete pórticos, tres de la dinastía Ming y cuatro de la Qing, que se encuentra en la gran calle al este de la aldea del mismo nombre, en el poblado de Zhengcun. Los cuatro pórticos de Qing se alinean de manera que primero aparece el de la lealtad, luego el de la piedad filial, en tercer lugar el de la honestidad y por último el de la justicia. Todos pertenecen a la familia Bao.

Platos hui

No hay que perder la oportunidad de saborear las comidas hui cuando se decide visitar Huangshan. Sus platos son conocidos por los guisos de manjares exquisitos del monte y forman parte de los ocho sistemas culinarios de China. Los orígenes de esta cocina se ubican en el distrito de Shexian, en la etapa de la dinastía Song del Sur, y su mayor auge fue alcanzado durante las dinastías Ming y Qing.

Preferiblemente, los platos se elaboran a fuego lento o al vapor, en lugar de fritos o a fuego intenso. Se debe prestar atención, además, a la cantidad de aceite que se emplea, la armonía del color y el control de la temperatura. Tal vez estas comidas parezcan un poco saladas al degustarlas por primera vez, pero en realidad son delicadas y muestran un balance de los cinco sabores: agrio, dulce, amargo, picante y salado.

Entre centenares de recetas famosas, se distinguen la tortuga con caparazón blando y jamón, el pescado adobado, el queso de soya fermentado frito, etc. Gracias a las peculiares condiciones geográficas de Huizhou, los platos hui cuentan con abundantes ingredientes. Vale la pena saborear las verduras de estación. Los brotes de bambú, los helechos y toda clase de vegetales silvestres también son recomendables.

Con la prosperidad de los comerciantes hui, la comida local también se hizo conocida en todo el país. El queso de soya fermentado en el octavo día del decimosegundo mes lunar, especialidad de Xidi, era un alimento que no podía faltarles en el equipaje cuando abandonaban el pueblo por un largo periodo de tiempo, dada su perdurabilidad.

Ópera hui

Para conocer la cultura hui no debemos perdernos la ópera homónima, que no es igual a la ópera local de Anhui, sino un tipo de música para voces de ópera, que se popularizó en las regiones de Anhui y Zhejiang.

A mediados de la dinastía Qing, los artistas de Huizhou crearon una ópera que conjuga el canto, la declamación, la actuación y las artes marciales, tomando como base las óperas locales de Yiyang y Xiqin. Al principio se popularizó en el sur, pero poco a poco se puso de moda en todo el país, gracias a los comerciantes hui.

Durante el reinado de Qianlong, los cuatro conjuntos de ópera hui, Sanqing, Chuntai, Sixi y Hechun, se presentaron en Beijing y promovieron su arte hasta alcanzar su apogeo. Más tarde, en el reinado de Daoguang (1820-1850), después de fusionarse con otras óperas locales, como la han de Hubei, se transformó gradualmente en la actual ópera de Beijing. La entrada de cuatro conjuntos de ópera hui en Beijing fue considerada el preludio del nacimiento de la ópera de la capital. En el esquema artístico de las dos óperas existen muchas similitudes. Aunque el desarrollo de la hui actual no se puede comparar con la del pasado, sí logra mantener y preservar sus características. En el Teatro de la Ópera Hui, de la ciudad de Hefei, Anhui, siempre se representan pasajes de obras operísticas.

Si quiere conocer más profundamente la historia de la ópera hui, debe apreciar Encantos de la Ópera Hui, en el Gran Teatro Xiangming, de la ciudad de Huangshan. Esta obra de canto y danza multimedia está compuesta por cinco actos que muestran el pintoresco paisaje de Huangshan, la historia de los comerciantes hui y el desarrollo de la ópera hui. Para facilitar la comprensión de los turistas extranjeros, la obra tiene anotación en inglés.CT.psd

La antigua calle de Tunxi, centro comercial de Huizhou en las dinastías Ming y Qing, aún conserva a ambos lados decenas puestos de viejos comercios.

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