Aquí nació la majestuosa cultura de la dinastía Tang y aún hoy la diáspora china y la ropa tradicional son identificados como personas de Tang y vestidos de Tang. La civilización local de Shanxi, de carácter multiétnico, que también tiene la ciudad como su fuente, floreció con la influencia comercial más poderosa que existió durante una época a nivel nacional.
Conocida desde tiempos remotos como la ciudad espléndida de dragón, la en un principio denominada Jinyang se convirtió pronto en una urbe grande y estratégica del norte de China, tierra de innumerables héroes, influyentes gobernantes y estrategas militares. En el período de las Primaveras y Otoños (770-476 a.n.e.) emergió allí el reino fundado por el clan Zhao, que estableció su capital justo en Taiyuan, y más tarde quedó dividido en tres monarquías que figuraron entre los Siete Poderosos del periodo de los Reinos Combatientes (475-221 a.n.e.).
Liu Huan, hijo del fundador de la dinastía Han del Oeste (206 a.n.e.-25), vivía en su feudo en Taiyuan y más tarde se convirtió en el emperador Wen, famoso por gobernar con sabiduría y brillantez. Los Gao establecieron aquí la dinastía Qi del Norte (550-577). Li Yuan y sus hijos prosperaron y, valiéndose de sus fuerzas originales de la localidad, lograron instaurar la dinastía Tang (618-917). Durante la época de las Cinco Dinastías (907-960), muchos fundadores de dinastías efímeras, como Li Cunmao, Shi Jingtang y Liu Zhiyuan, también emprendieron su aventura desde Taiyuan. Por la relación estrecha entre tantos emperadores influyentes y la ciudad, muchos historiadores y expertos de Fengshui determinaron que éste es un lugar favorable para la empresa imperial y por eso lo denominaron “Ciudad del dragón”.
La urbe es el centro de la comunicación y la cultura de la provincia de Shanxi y concentra los puntos de interés turístico más famosos de la región, entre los que destaca el Templo Ancestral Jinci. Como el parque imperial más antiguo de China, este santuario, consagrado a la memoria de Tang Shuyu, fundador del reino Jin, combina el valor de las antiguas arquitecturas y la belleza del jardín y figura entre los primeros Monumentos Históricos de Protección Clave del Nivel Nacional y Zonas Paisajísticas Turísticas de Categoría AAAA.
La proximidad de la montaña y el río, los numerosos árboles de centenares de años, las antiguas edificaciones y la tradición literaria aportan una mayor belleza al templo. Entre tales elementos sobresalen la fuente Nanlao, de la que nunca ha dejado de brotar el agua y a la cual el gran poeta de la dinastía Tang, Li Bai, creó un verso muy conocido; el ciprés de tres mil años de edad que se plantó en la dinastía Zhou y las estatuas de las doncellas de más de mil años en el pabellón de la diosa Madre Sagrada, modeladas durante la dinastía Song.
Las pagodas gemelas del templo Yongzuo, construidas durante el reinado del emperador Wanli, de la dinastía Ming (1368-1644), son el símbolo de la ciudad. Sus peonías, plantadas en esa misma etapa, florecen en la primavera y constituyen otro de los atractivos del lugar. Subir a las pagodas gemelas, leer las inscripciones de las lápidas antiguas y contemplar las flores representan tres gozos para las personas que visitan el templo. Como exponente de la civilización de la antigua China y del río Amarrillo, la ciudad cuenta también con el templo de Jin Yuandou, el Gran Buda de Tutang, el templo de Duofu y el de Longquan, que se esconden en la montaña remota, y los de Chongshan y Baiyun, en el animado centro urbano, que reflejan el brillante pasado de la urbe.
La zona paisajística de la montaña Tianlongshan se caracteriza por sus esculturas en las paredes de las grutas. Los conjuntos de cuevas, distribuidos de este a oeste en dos picos de la montaña y desplegados como una formación de guerra, comenzaron a ser esculpidos en la dinastía Wei del Este (534-550) y terminaron a finales de la dinastía Tang. Es uno de los 10 conjuntos más importantes de grutas con esculturas de China.
Las cavernas taoístas de la montaña Longshan, en la cima de esa elevación, fueron talladas a principios de la dinastía Yuan (1206-1368). Reconocidas como el conjunto de grutas taoístas de mayor magnitud del país, presentan un estilo muy diferente al de las grutas budistas.
El Gran Buda de la montaña Mengshan, esculpido a partir del año 551, es el más antiguo del país ubicado en una ladera montañosa. Aunque su altura de 63 m es 10 m más baja que la del Gran Buda de la montaña Leshan, su antigüedad data de 162 años antes. De lejos, la montaña y el buda forman un todo único.
En la historia de Taiyuan surgieron numerosos personajes célebres, como Yao, Yu, Wu Zetian, Di Renjie, Bai Juyi, Yang Jiye, Yuan Haowen, Luo Guanzhong y Fu Shan, quienes influyeron profundamente en la cultura china. Además de su brillante pasado, en la época moderna y contemporánea tampoco faltan los sucesos que vale la pena recordar, los cuales los visitantes pueden revivir hoy en el Edificio Quanye, el actual Museo de Sun Yat-sen, primera cédula del Partido Comunista de China en Taiyuan y sede antigua del Colegio Pedagógico Nacional, en el que Bo Yibo, Cheng Zihua y otros comunistas llevaron a cabo sus acciones revolucionarias, así como el Museo de la Liberación de Taiyuan.
No menos interesantes resultan el Museo del Carbón, que revela a los turistas los secretos de este mineral, el Museo Provincial de Shanxi, que exhibe la magnífica historia regional, la Zona de Turismo Ecológico Internacional de Jiulong, el Parque del Vinagre Donghu, punto ejemplar del turismo industrial y agrícola, la Viña Pufeng, Zona de Turismo Ecológico Agrícola de Qing-caopo, el Parque del Río Fenhe y otros puntos atractivos. La aldea antigua de Qinglong, los viejos castillos de Diantou y la Villa de Longchi son ideales para la recreación colectiva y saborear platillos populares.
Gran Buda de la montaña Mengshan.
Dentro y fuera del país, Shanxi es conocida como cuna de óperas folclóricas, mar de canciones folclóricas y pueblo de danzas populares, artes variados y peculiares que nacieron y se nutrieron en esta tierra sincera y alegre con majestuosas montañas, el río Fenhe y la amplia cuenca de Taiyuan. La velada “Disfrutando de Shanxi a través de sus canciones” expone en forma panorámica la esencia histórica y cultural de la región.
Aunque entre las escuelas de cocina influyentes de China no encontramos la gastronomía de Shanxi, sus comidas hechas con harina gozan de fama a nivel mundial. En el “banquete de platillos de harina de Taiyuan”, se pueden saborear más de mil recetas y comer cientos de veces sin necesidad de repetir algún plato y sin que la comida deje de resultarle apetecible.
El aromático y sabroso vinagre añejo es un producto muy conocido de Taiyuan. Al entrar en el taller Meiheju, con más de 500 años de historia, uno puede conocer el proceso tradicional de elaboración del condimento, así como su función en la aceleración de la digestión, desinfección, adelgazamiento, embellecimiento del cutis y la cura de enfermedades.
Liuweizhai, tradicional marca China, con más de 600 años de tradición, se dedica a producir carne cocida con salsa, que se caracteriza por tener un sabor que no es grasiento ni seco. Esta técnica de elaboración está incluida en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional.
La ciudad posee casi 100 hoteles de diferentes categorías, que comprenden los económicos y los lujosos. También existen opciones para quienes prefieren experimentar la vida rural. En la Viña Pufeng uno puede recolectar uvas y disfrutar del ambiente de relajación que proporciona la naturaleza. Qingcaopo se distingue por sus amplias áreas verdes y el alojamiento en las casas de los campesinos propicia una mejor aproximación al campo.
Taiyuan dispone de más de 200 agencias de turismo nacionales e internacionales, cuya capacidad y calidad de servicio están en los mejores niveles de todo el país. Dentro de la ciudad se han establecido seis rutas turísticas: Viaje cultural por Taiyuan, Viaje multireligioso, Viaje por las aldeas y pueblos antiguos, Viaje de turismo industrial, Viaje ecológico y Viaje de recuerdos revolucionarios. Con los importantes puntos de interés turístico de Shanxi, como las Grutas de Yungang y la urbe antigua de Pingyao, ambos Patrimonio Cultural Mundial, la montaña Wutai, una de las cuatro montañas sagradas del budismo de China, la cascada de Hukou, en el río Amarrillo, Taiyuan ocupa una posición relevante como núcleo de una red turística.
Desde la antigüedad, la ciudad constituye un dominante punto estratégico que con el veloz desarrollo de las comunicaciones desempeña un papel cada día más importante para el turismo y el transporte. La Autopista Datong- -Yuncheng atraviesa ocho ciudades de la provincia y comunica directa o indirectamente a más de 80 zonas turísticas. Las autopistas Shijiazhuang-Taiyuan y Beijing–Shijiazhuang y el ferrocarril Taiyuan-Zhongwei (Yinchuan) unen la ciudad con Beijing, Hebei, Mongolia Interior, Shanxi, Henan y otras localidades y provincias contiguas.
Por su parte, más de 50 líneas aéreas nacionales e internacionales operan en el Aeropuerto Internacional de Taiyuan, territorio que cuenta con una red tridimensional de comunicación, formada por las carreteras, el ferrocarril y la aviación. En el tren de alta velocidad, el viaje desde Beijing toma apenas tres horas, lo que permite a los turistas que se encuentran en la capital visitar esta antigua ciudad y regresar al punto de partida en el mismo día.
Aprovechando su pasado extenso y brillante, su rica y abierta civilización y su tradición comercial, Taiyuan está esforzándose por construir una nueva base industrial, una ciudad cultural con un carácter propio y un lugar conveniente para la vida moderna.