El poblado de Pojiao, situado en el noreste de la prefectura de Wenshan, es uno de los lugares más afectados por la sequía. La mayor parte de esta zona es cárstica, de montañas formadas completamente por rocas. A las cuatro de la tarde, una vez finalizan las clases, los niños de la escuela central de la aldea de Xinglong, de nivel primario, comienzan a hacer la limpieza.

El maestro Xiao enseña a seis chicos de cuarto grado, mientras en la escuela, según él, la matrícula asciende a 76 estudiantes. También ese centro sufre la escasez de agua, pues incluso en épocas normales, depende mucho del envío del líquido desde otros lugares, por lo que disponen de un depósito con una capacidad de 30 metros cúbicos para satisfacer las necesidades diarias de estudiantes y profesores.

Xiao nos contó que, hace más de un año, después de graduarse en la universidad, decidió venir a trabajar aquí y, como no es natural de la aldea, los fines de semana permanece en la escuela junto a otros profesores. Ellos, por lo general, usan el agua del depósito para cocinar, cepillarse los dientes y asearse, pero van a una fuente a un kilómetro de distancia para lavar la ropa. Este año, debido a que ha llovido poco, el nivel de agua de la cisterna ha mermado y el Gobierno les ha suministrado el agua necesaria.

El tanque, de dos metros de diámetro, está cerca de la cocina, en cuya entrada hay un dispensador que filtra el agua para beber. No obstante, algunos estudiantes son perezosos y beben directamente del depósito.

Después de la limpieza, los niños no vuelven a casa, sino que se reúnen para jugar tenis de mesa. Cuatro discípulos de Xiao permanecieron en el aula para hacer las tareas. Tang Xian estudia mejor entre sus compañeros. Como sus padres trabajan en otras provincias, ella vive con sus abuelos. Según ella, actualmente también un camión trae el agua a su casa, porque cuando la bebe, tiene sabor a caucho, como el agua de la escuela.

Según el director de la Escuela Secundaria del Poblado de Pojiao, desde que comenzó la sequía, cada día un carro cisterna debe suministrarles 8.000 litros de agua para los más de 300 alumnos, maestros y demás empleados. Después del almuerzo, los alumnos lavan sus propios cubiertos y se les aconseja ahorrar agua, aunque aún no tengamos restricciones para su uso.

La transportación de esa cantidad de agua cuesta al gobierno local unos 200 yuanes diarios.