El pueblo de Tiechang es la sede del gobierno del distrito de Malipo, en el sureste de la prefectura de Wenshan. Con 5.204 habitantes, la pequeña aldea fue uno de los primeros lugares de Wenshan donde se empezaron a notar los problemas de escasez de agua. Desde noviembre del pasado año, la localidad comenzó a sufrir la falta de este recurso, alarmando a sus habitantes, que creían hasta ese momento tener garantizado el suministro gracias a la red de cañerías de agua potable, alarma que aumentó al extenderse las noticias sobre la sequía.

Liu Jianxiang, que lleva cinco años en la dirección del gobierno local, nos cuenta como “Tiechang ya había conocido la sequía, por lo que cada familia contaba con depósitos para almacenar agua de lluvia en previsión de las temporadas de escasez; fue la llegada del agua potable a todas las casas del pueblo en los 90 del siglo XX la que nos hizo pensar que nuestros problemas por falta de agua no volverían a producirse nunca y a desechar los depósitos de almacenamiento”.

La escasez actual es producto directo de la desecación del embalse de Taihe, que suministraba agua a la aldea. La presa se edificó en los 60 del siglo pasado, durante la campaña de construcciones hidráulicas llevada a cabo a nivel nacional con una gran aportación de materiales, fondos y mano de obra por el Estado Central. Gracias a las obras realizadas, las sucesivas crecidas de los ríos del pasado se dominaron y se recondujeron para abastecer con agua de riego o para producir electricidad, acabando al mismo tiempo con la sequía en grandes zonas del país y dando fin así a la larga historia de una agricultura dependiente de los caprichos del cielo. Sin embargo, el nivel de las inversiones en obras hidráulicas por parte del Estado se ha mantenido bajo en los últimos 30 años.

La represa de Taihe, con ya 50 años de antigüedad, venía padeciendo desde hacía tiempo problemas de infiltraciones que, ya que el curso superior del río suministraba agua en abundancia, no habían sido tratados con la debida atención. “La sequía ha provocado hasta ahora que se vacíen 134 fuentes de agua y represas en nuestra región. En Taihe, las infiltraciones se producen tanto en su parte central como en las compuertas y las tuberías. Además, los vecinos de la zona también desviaron agua para el riego de sus campos. Todo ello provocó una notable reducción de la capacidad del embalse”, explica Liu Jianxiang, quien dirige el Departamento del Agua del distrito de Malipo desde 2003.

Para garantizar el suministro de agua potable a los más de 5.000 habitantes de Tiechang, se tomaron en primer lugar medidas urgentes como el transporte de agua en camiones cisterna, a la vez que se buscaban soluciones a largo plazo; con este objetivo, las autoridades locales han instalado una gran bomba de agua para aprovechar una fuente en las montañas cercanas y, al mismo tiempo, se ha construido un estanque de 200 m3 y un canal de 2 km de largo para llevar el agua al embalse de Taihe, desde donde circula por la red de tuberías existente hasta Tiechang. “Se trata de una inversión costosa que ha alcanzado los 20 millones de yuanes, ya que nuestra región se caracteriza por un relieve accidentado que encarece este tipo de obras”, añade Liu Jianxiang.

La prioridad en el abastecimiento la tienen hospitales y escuelas, restringiéndose el suministro para las zonas residenciales a dos horas diarias por turnos y limitándose la cantidad máxima a 25 litros por persona y día. En cuanto a hoteles, restaurantes y otros establecimientos que consumen gran cantidad de agua, se les ha fijado una tarifa de 50 yuanes por cada 250 litros de agua. Las fábricas del pueblo se han visto obligadas a parar desde finales del pasado año. “Es necesario aplicar límites muy estrictos para el uso del agua, ya que la fuente que ahora nos abastece tenía inicialmente una capacidad de 300.000 litros diarios, cifra que se redujo a 200.000 en febrero y disminuyó de nuevo a la mitad en marzo. Un descenso tan sorprendente nos obliga a buscar nuevas fuentes de agua”, concluye Liu apesadumbrado.