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La mayor aldea amurallada de la etnia miao se encuentra en el distrito de Leishan, en la provincia de Guizhou.
Los miembros de la etnia china miao totalizaban 8.940.100 en el censo demográfico nacional efectuado en 2000. Aparte de sus grandes comunidades en las provincias de Guizhou y Yunnan y el oeste de la provincia de Hunan, es posible encontrar nativos de este grupo también en la región autónoma Zhuang de Guangxi y las provincias de Sichuan, Hainan y Hubei. En tanto, la prefectura autónoma de esta minoría y de los dong que se encuentra en Qiandongnan, Guizhou, es su mayor zona comunitaria.
Tradicionalmente los miao se ha dedicado a la agricultura. Regularmente una aldea tiene un solo apellido, una treintena de familias como mínimo y mil como máximo. Sus prendas de vestir son variadas y suman más de 130, fenómeno raramente visto en las demás etnias del país. Mientras, entre las artesanías, el bordado a mano, el brocado, el batik (técnica de estampado de tejidos) y la orfebrería en plata gozan de mayor fama. Tales trabajos artesanales han llevado a que muchos de los productos dejen de ser de uso exclusivo de la etnia y se hayan convertido en mercancías que se comercializan en todo el país y el extranjero.
Los miao tienen su propia lengua oral, pero los dialectos son tan diferentes que a veces les impiden entenderse. En 1956 se les diseñó una escritura y en la actualidad muchos saben hablar y escribir en chino. La literatura verbal es profusa, sobre todo la poesía, y es reconocida la habilidad del grupo para los cantos y bailes. La zampoña es el instrumento musical más típico y la danza con su acompañamiento, que se ejecuta poniendo énfasis en los pies, es la más popular.
Aunque desde sus orígenes profesaban el politeísmo y adoraban a los ancestros, una minoría de los miao es hoy católica o protestante.
En la gastronomía, el pimiento es el condimento principal. Los miao son expertos en platos con requesón de soya y tienen variadas recetas con este ingrediente. También les gusta la comida de sabor agrio, una costumbre antigua, pues siglos atrás vivían en montañas remotas y les faltaban la sal, las verduras y la carne, de ahí que cada familia tuviese jarros para adobar la comida agria y actualmente el caldo agrio esté presente siempre en la mesa. La preparación de este adobo se hace mediante un proceso y método especial, fermentando la sopa de arroz o de soya durante tres o cinco días en un jarro. Aunque normalmente se añade a las carnes, pescados y verduras, para su cocción. En el verano, al llegar a casa los invitados, se les ofrece este caldo agrio y fresco para saciar la sed.
Por costumbre, cuando reciben una visita en su casa, los miao los acogen con mucha hospitalidad y les obsequian un banquete con pollo y pato. Si se trata de huéspedes distinguidos que vienen de lejos, les ofrecen vino a la entrada de la aldea amurallada. La Fiesta del Año Nuevo Miao es la más solemne de las tradicionales y se celebra bien entrado el otoño. En otras celebraciones se practica una fiesta taurina, pero se trata de una lucha entre dos toros.
El traje típico de la etnia miao es muy llamativo.
Trajes
Los vestidos y adornos de los miao tienen variados estilos y colores, algo en lo que pueden ser calificada como la primera entre las minorías étnicas de China. Las mujeres generalmente llevan una chaqueta corta, con botones hacia el centro del pecho, de cuello grande y mangas estrechas, y falda plisada, larga o corta. Una falda puede tener más de 500 plisados y varias capas, que a veces pueden llegar a 30 ó 40. Las chicas confeccionan esta prenda de manera independiente, desde el tejido de la tela hasta el teñido y brocado. Si añaden un cinturón y un delantal multicolor, será un conjunto de un esplendor extraordinario. A diario las mujeres cubren su cabeza con un pañuelo, visten de chaqueta que se abotona al lado derecho, pantalones largos con encajes bordados y un delantal también bordado, además de algunos adornos de plata.
En cambio, la manera de vestir de los hombres es más simple: una chaqueta corta, pantalones y fieltro de lana con figuras geométricas sobre los hombros, mientras cubren su cabeza con un pañuelo azul oscuro y lían sus pantorrillas con bandas.
En general, la ropa miao conserva las características de la artesanía tradicional china en cuanto a tejidos, bordados y teñidos. La combinación de estas técnicas artesanales otorga a las prendas de vestir más brillo y notables rasgos autóctonos. Los motivos de las confecciones generalmente aprovechan los materiales de la vida diaria, con las funciones de ideograma, identificación del clan e idioma.
Los miao optan por los colores de gran contraste, procurando efectos vivos y llamativos. El rojo, negro, blanco, amarillo y azul son sus preferidos. Por su estilo, la ropa se clasifica como común y corriente o de gala. Esta última, generalmente usada en festivales, actos protocolarios y bodas, es lujosa y más complicada, reflejando el nivel artesanal de la vestimenta típica. La ropa común y corriente presenta un modelo más simple, con menos detalles, y se lleva a diario.
Al hablar de las confecciones, no debemos olvidar los adornos. Cuando las chicas vestidas de gala se reúnen, parece que nos hallamos en un hermoso mundo de plata. El gusto por los adornos confeccionados con este material es un instinto natural de la etnia. Ellas se hacen un moño en la coronilla y llevan corolas de plata bien manufacturadas y de 20 centímetros de altura, decoradas con muchas flores de plata, figurillas de “dos dragones jugando con una perla”, “mariposas sobre las flores”, “aves que se agrupan en torno a un fénix”... En algunos lugares, se añaden cuernos de buey de plata muy largos en las corolas, con cintas multicolores sujetadas en sus extremos, realzando así la elegancia y nobleza de la mujer.
Los collares son de varias capas, compuestos por anillos de plata engarzados o plaquillas de flores de platas. Delante se llevan candados de plata, y sobre los hombros una capa del mismo material con muchas campanillas pendientes. Sólo las mangas tienen bordados de color rojo, pero aún en las bocamangas está engastado un círculo ancho de adornos de plata. El traje y los adornos de gala de las mujeres suelen pesar varios kilogramos. Algunos ornamentos son heredados por generaciones y su confección es muy refinada e ingeniosa, reflejando plenamente la sabiduría y habilidad de este grupo étnico.
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