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Cuentos de Ellas
La mujer que se suicidó por amor
Por YAN WEIJUAN

Dibujo de danza con la espada de Yu Ji.

En China circula una expresión sobre la triste historia de una joven, cuyo drama fue adaptado al cine, mientras su nombre identifica también a una flor. El presente artículo resume parte de su conmovedora y hermosa leyenda.

Adiós a mi concubina

La belleza a la que nos referimos se llama Yu Ji. Conforme a la auténtica historia de su separación del Conquistador Xiang Yu, hace más de 2.300 años en Gaixia, los chinos relatan Adiós a mi concubina, un cuento que circula hasta hoy día.

Xiang Yu era un noble muy valiente de Chu, estado que junto al de Qin está considerado el más fuerte entre los siete que existieron durante el Periodo de los Estados Combatientes, a quien en su juventud le gustaba leer libros militares.

En el 221 a.n.e., el emperador Qin Shihuang derrotó a los siete estados y fundó la primera dinastía china, la Qin. Un día, al ver la gigantesca comitiva del monarca cruzando la provincia de Zhejiang, Xiang Yu se dijo a sí mismo: “En el futuro, voy a reemplazarlo”.

El dominio Qin no duró mucho tiempo. En el 209 a.n.e., Chen Sheng y Wu Guang desencadenaron la primera rebelión campesina de la historia de China, la cual fue apoyada por Xiang Yu y su tío Xiang Liang. Años atrás, Xiang Yu había aniquilado con su ejército la fuerza principal de Qin, mientras Liu Bang encabezó otra tropa rebelde que conquistó la ciudad de Xianyang, entonces la capital. En aquel momento, Xiang Yu contaba con un ejército de 400.000 soldados, en tanto el de Liu no llegaba a los 100.000. Por su poderosa fuerza, Xiang Yu entró en la capital y se autodenominó Conquistador de Xichu concediendo a Liu Bang el dominio de una pequeña porción de territorio bajo el título de rey Hanwang.

La injusta decisión provocó el malestar de los generales y, aprovechando la desafección hacia el soberano, Liu Bang levantó su ejército contra Xiang Yu y comenzó la guerra entre los estados Chu y Han.

En el 202 a.n.e. Liu Bang lanzó el ataque final contra Xiang Yu, quien intentó infructuosamente en varias ocasiones romper el cerco que le habían tendido cientos de miles de enemigos, como consecuencia del cual se agotaron los cereales y sus tropas quedaron exhaustas.

A fin de quebrantar la voluntad del ejército de Chu, las fuerzas de Han comenzaron a entonar las canciones del enemigo sitiado. La nostalgia se apoderó entonces de los generales y soldados de Xiang Yu, que en ese momento se consideró ya derrotado.

Preocupado por la vida de Yu Ji, el soberano ofreció un banquete en su campamento, bebió con ella y cantó tristemente: El cielo es injusto conmigo/ he fracasado/mi querida concubina/¿qué vas a hacer?... Tras escucharlo, con lágrimas en sus ojos, la chica bailó y cantó: Estamos aislados y arrinconados/ su majestad, ya no tiene voluntad para seguir peleando/¿cómo podré sobrevivir? Luego tomó la espada de su amado y se suicidó cortándose el cuello.

Con el paso del tiempo, la gente comenzó a usar la frase “Escucho por todas partes los cantos del reino de Chu”, para expresar que se encuentra en un gran aprieto.

Luego de enterrar a su concubina preferida, Xiang Yu y sus soldados rompieron el cerco y llegaron hasta el río Wujiang. Ante el barco que le aguardaba para marchar a su pueblo natal a preparar otro alzamiento contra sus nuevos enemigos, el conquistador sintió vergüenza al ver a sus súbditos y decidió combatir hasta el último momento a las tropas de Liu Bang. Virtualmente derrotado, decidió degollarse a orillas del río Wujiang. Apenas tenía entonces 31 años.

Belleza eterna

Sobre el lugar de nacimiento de Yu Ji existen tres versiones: una afirma que está en el distrito de Shaoxing, en Zhejiang; otra señala a la ciudad de Suzhou, en Jiangsu, mientras la tercera apunta al poblado de Yanji, en Jiangsu. Esos tres sitios, no obstante, tienen un punto en común, su fama de tierra de preciosas doncellas, además de que en el último de ellos existen un canal y un templo que llevan el nombre de la hermosa concubina.

En la historia feudal de China, los emperadores tenían el derecho de poseer más de mil mujeres, por lo que, para convertirse en la preferida del Conquistador de Chu, Yu Ji dependía de su sabiduría y su beldad, de cuya magnitud, pese a no existir registros históricos, podemos formarnos cierta idea a través de esta auténtica historia.

Un tipo de flor llamada “belleza Yu” puede certificar su hermosura. Dicen que después de su muerte, debajo del cuerpo de Yu Ji creció una linda flor que lleva su nombre. Las generaciones posteriores la consideran como una preciosidad eterna. Con el paso de tiempo la “belleza Yu” inspiró a muchos artistas, músicos y poetas. El personaje más representativo es Li Yu, emperador de una pequeña dinastía de las postrimerías del siglo X; su poesía Belleza Yu expresa la nostalgia por su pueblo natal.

En la película Adiós a mi concubina, Zhang Fengyi interpretó a Xiang Yu, mientras, Zhang Guorong (dcha.), fue Yu Ji.

Obra maestra

Aunque los libros de historia le dedican poco espacio, los chinos no escatiman tinta para evocar a la chica en las obras literarias, óperas, novelas y películas. El momento en el que ella sacó la espada de Xiang Yu y se echó al regazo del héroe devino maravillosa escena perdurable que ha logrado emocionar a la gente hasta la actualidad. Las óperas de Beijing, Yuju (de la provincia de Henan) y Huaiju (de la provincia de Jiangsu) y el ballet han llevado a escena sus propias interpretaciones sobre esta triste historia, entre las que sobresale la versión Adiós a mi concubina, de la ópera de Beijing, interpretada por el gran maestro Mei Lanfang y Yang Xiaolou, conocido wusheng, papel masculino militar con arte marcial.

Estrenada en la capital, el 15 de febrero de 1922, hace 88 años, la obra se ha convertido en una de las más representativas de su género y el público no se cansa de verla. Mientras la imagen de Yu Ji interpretada por Mei Lanfang llega a lo más profundo de los espectadores, el heredero de la escuela de Mei, Shi Yihong afirmó que “como discípulo del gran maestro y actor de la ópera tradicional china, vamos a desempeñar este papel generación tras generación”.

Entre el pueblo circula una anécdota sobre Mei Lanfang y la ópera Adiós a mi concubina luego de la presentación de la pieza en Xuzhou, que estremeció a todos los ciudadanos. En el banquete ofrecido por el anfitrión a los artistas se servía una sopa en una vasija de cerámica blanca, dentro de la cual flotaban varios trionixs (especie de tortuga) con sus cuatro patas extendidas hacia el fondo. Las extremidades no eran otra cosa que fragmentos de pollo que se separaban del caparazón una vez se cogía el trionix con los palillos. El sabor era tan delicioso que hasta el gran maestro quedó encantado y preguntó al camarero el nombre del plato. El chico contestó sonriendo: “Adiós a mi concubina”. Al oírlo, los presentes dieron un golpe en la mesa y exclamaron: “¡Bravo!”, pues en chino el trionix tiene una pronunciación parecida a separarse y la pronunciación de gallo es similar a la de concubina.

La película Adiós a mi concubina, adaptada de la novela del mismo nombre, de la escritora hongkonesa Li Bihua, ganó la Palma de Oro en el 46.o Festival Internacional de Cannes. Dirigido por Chen Kaige y con la actuación de los afamados Zhang Guorong, Gong Li, Zhang Fengyi, entre otros actores, en sus roles principales, el filme narra la historia triste de dos actores de la ópera de Beijing, al tiempo que refleja el desarrollo de la historia de China durante medio siglo. La trama se centra en esa ópera, mientras uno de los protagonistas, al igual que Yu Ji, se suicida cortándose la garganta ante su amado. El paralelo, aunque de otra forma, permite al mundo conocer la historia de Yu Ji y que más personas admiren su belleza eterna.

 

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