La Conferencia sobre el Cambio Climático celebrada en Copenhague, en diciembre pasado, fue considerada en su momento “la última oportunidad para salvar el planeta”. Sin embargo, el hecho de que las naciones participantes en el evento no alcanzaran un acuerdo de carácter vinculante hace que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sostenga con esperanza que “Copenhague deja la última ocasión a México”, donde los países volverán a reunirse a finales de este año.

Al referirse a la cumbre que tendrá lugar en la nación norteamericana, Xie Zhenhua, subdirector de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma de China, no ocultó su confianza en que “se puedan conseguir avances fructíferos y grandes éxitos”.

Temas de interés común

Según Xie, el primer punto que vale la pena comentar es que, aprovechando las lecciones del pasado, la conferencia garantizará una participación justa, abierta, transparente y amplia de todas las partes. Desde su punto de vista, la forma más efectiva y justa es seguir las negociaciones de los dos grupos de trabajo sobre los pactos y acuerdos, según la autoridad de la hoja de ruta de Bali.

El segundo punto importante es el objetivo de la conferencia y los problemas que se quieren resolver. “A largo plazo se ha logrado el consenso, pero es necesario concretar objetivos a medio plazo; o sea, definir el volumen de emisiones que se comprometerán a reducir los países desarrollados para el 2020”.

El financiamiento es el tercer punto que llama la atención. Las naciones desarrolladas se han comprometido a aportar 30.000 millones de dólares en los últimos tres años de la segunda década del presente siglo para acelerar el cumplimiento de las metas y a incrementar esa cifra con posterioridad hasta los 100.000 millones de dólares anuales. Las negociaciones del año en curso deben resolver el primero de ambos fondos y los países desarrollados deben hacer llegar sus cuotas de inversión a los países correspondientes, de modo que se asigne el financiamiento requerido. Si no, el compromiso devendrá en “oración vacía”.

Otro aspecto en el que se llegó a un consenso fue en el de seguir fomentando la cooperación técnica y transferencia tecnológica. Sin embargo, cómo se realizará la transferencia y con qué tecnología se llevará a cabo son temas por confirmar.

Como quinto punto aparece la reducción de las emanaciones de las naciones en vías de desarrollo, las más importantes de las cuales ya han publicado sus objetivos. Xie Zhenhua considera que estos países han hecho todos los esfuerzos posibles al respecto, lo que debe afirmarlos activamente.

No menos importante, prosiguió, es lo referido a los “tres poderes” (poder medir, poder informar y poder verificar), es decir, las discusiones y análisis sobre las acciones para la disminución automática de las emisiones. En las negociaciones deberá establecerse un sistema para determinar qué “tres poderes” se van a resolver, cómo se resolverán y cómo se negociarán y analizarán. “Si se consiguen soluciones a los temas mencionados, la Conferencia sobre el Cambio Climático de México podrá obtener avances notables”.

China no acepta la revisión

En la Conferencia de Copenhague, algunos sostuvieron que se deberían aprobar acuerdos que permitan “poder medir, poder informar y poder revisar” la disminución de las emanaciones de gases de efecto de invernadero de China y se los incluya en las leyes. En conferencia de prensa celebrada el 10 de marzo reciente, durante la III Sesión de la XI Asamblea Popular Nacional, Xie Zhenhua, señaló al respecto que “siempre y cuando no se viole su soberanía, China está dispuesta a sostener negociaciones y someterse a análisis internacionales”.

Este tema, añadió Xie, trajo polémica en la cumbre de Copenhague y la generará en la reunión que se celebrará en México. “Primero, al discutirla debe seguirse un criterio que se ha especificado concretamente en el Plan de Acción de Bali; o sea, según los requisitos del convenio, los países desarrollados son objeto de inspecciones internacionales obligatorias sobre el cumplimiento de los índices de reducción de las emisiones y el aporte de fondos y tecnologías”.

Para las naciones en vías de desarrollo, las ayudas internacionales en fondos y tecnologías también deben ser verificadas, pues es razonable saber “si han empleado bien los fondos y tecnologías. Sin embargo, los países en vías de desarrollo que, como China, asignan su propio financiamiento para reducir las emanaciones, según los reglamentos, no aceptan esta revisión”.

Sobre la propuesta de algunas potencias desarrolladas de que las naciones en vías de desarrollo acepten también este examen internacional, aunque sea un acto autónomo, Xie afirmó que es un problema de soberanía. “Primero, no aceptamos la revisión; segundo, tampoco aceptamos la verificación de forma disfrazada”.

Actitud activa y promoción del consenso

Con el objetivo de que las negociaciones puedan avanzar y en consideración de los beneficios globales, China ha mantenido una actitud colaboradora y propuso que sobre los actos autónomos, bajo la premisa de no violar la soberanía, puede sostener negociaciones y ser objeto de análisis internacionales, siempre que éstos no sean de tipo invasivo, con lo que finalmente se logró un consenso.

“Cabe destacar estas contribuciones a las negociaciones sobre el cambio climático, porque han permitido avanzar en las discusiones y evitar un estancamiento”, subrayó el funcionario.

China, expresó, ha mantenido siempre una actitud transparente y abierta sobre este tema. En 2007 publicó el Plan Nacional para Enfrentar el Cambio Climático y durante los dos años siguientes promulgó políticas y libros blancos de acción al respecto, en los que se detallan todas las medidas y lo que ha hecho el país, así como los resultados conseguidos.

En adelante, en consecuencia con el consenso logrado en esta negociación, precisó, China presentará un informe bienal al organismo internacional encargado del control de las emanaciones de sustancias contaminantes, las medidas adoptadas y los efectos logrados.

“Conforme a la guía internacional de los ‘tres poderes’ que seguiremos negociando con los organismos correspondientes –indicó- vamos a calcular, supervisar y examinar dentro de nuestro país, y luego, publicaremos los resultados. Además, queremos discutir, analizar, dialogar, cooperar e intercambiar con otros países sobre este tema”.

“A pesar de que el Acuerdo de Copenhague es un documento político, hemos conseguido el consenso y sentado las bases para seguir negociando. Esperamos que en la conferencia que tendrá lugar en México se obtengan progresos activos. Vamos a aplicar todos nuestros esfuerzos para conseguir un gran éxito”, concluyó.