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China y el Mundo Iberoamericano
El TLC abre un nuevo capítulo en las relaciones económicas chino-peruanas
Por LU GUOZHENG*

El Tratado de Libre Comercio China-Perú entró en vigor oficialmente el primer día de marzo de 2010. Se trata del segundo TLC que China ha firmado con un país latinoamericano, tras el rubricado con Chile, y ha supuesto la apertura de un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales con el Perú, contribuyendo al crecimiento saludable de los vínculos económicos y comerciales y a la consolidación y el desarrollo de la asociación estratégica entre los dos países.

Negociación rápida y eficaz

Desde que se iniciaron oficialmente las negociaciones hasta la entrada en vigor del TLC han transcurrido únicamente dos años y medio.

El 7 de septiembre de 2007, durante las reuniones informales de los jefes de Estado y de Gobierno del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (la APEC, en sus siglas en inglés) celebradas en Sydney, el presidente chino, Hu Jintao, y su homólogo peruano, Alan García, anunciaron conjuntamente la apertura de negociaciones bilaterales para la firma de un Tratado de Libre Comercio entre ambos países.

Posteriormente, se celebrarían ocho ruedas de negociación y una reunión de trabajo, hasta que el 19 de noviembre de 2008, durante la visita oficial de Hu Jintao al Perú, los máximos mandatarios de ambos países confirmaron públicamente la conclusión con éxito de las negociaciones, firmándose a continuación el tratado el 28 de abril de 2009 en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing. Así pues, tras una negociación amistosa entre ambas partes y sus pertinentes confirmaciones por escrito, el 1 de marzo de 2010 entró en vigor el TLC, dando comienzo a una “época de aranceles cero” en las relaciones chino-peruanas.

Mayor apertura y en más sectores

Aunque posterior al TLC con Chile, el TLC firmado por el Perú es aún más ambicioso, ya que se trata del primero que China acuerda con un país latinoamericano que contiene medidas relativas tanto al comercio de mercancías, como al de servicios y a la inversión.

Según el tratado, ambas partes suprimirán escalonadamente los derechos aduaneros hasta llegar a más del 90% de los productos importados de la otra parte. Productos como los de la industria ligera, electrónicos, electrodomésticos, mecánicos, automovilísticos, químicos, verduras y frutas chinas, o como la harina de pescado, minerales, frutas y pescados por parte del Perú, se beneficiarán de esta reducción de derechos arancelarios.

En cuanto a los servicios, y tomando como base los compromisos adquiridos por ambos países con la OMC, se incluirán por parte del Perú 90 áreas, entre las que se cuentan la investigación y desarrollo, el análisis tecnológico, la agricultura, la explotación minera y el turismo; China, por su lado, contempla abrir al Perú 16 sectores, entre los que se cuentan la explotación minera, los servicios de consultoría empresarial, la investigación y desarrollo, la traducción e interpretación, el turismo, etc.

Finalmente, respecto a la inversión, tanto China como el Perú, además de conceder a los inversionistas e inversiones procedentes de la otra parte el mismo trato que a los nacionales, con unas condiciones justas y equitativas, se aplicarán respectivamente la cláusula de nación más favorecida con el fin de estimular y facilitar la inversión en ambas direcciones.

Relación en la que todos ganan

China y el Perú han sido la cuna de grandes civilizaciones separadas por el océano Pacífico y son dos países cuya amistad viene de lejos: ambos, debido al alto grado de complementariedad de sus economías, han mantenido siempre una estrecha relación comercial.

Con la llegada del siglo XXI y, especialmente, a partir de 2003, cuando el Perú y otros estados latinoamericanos comienzan una nueva fase de crecimiento, las relaciones económicas bilaterales experimentaron un nuevo impulso. De 2003 a 2008, el volumen del comercio bilateral se multiplicó prácticamente por siete, subiendo rápidamente de 1.100 a 7.500 millones de dólares; las exportaciones chinas pasaron de 350 a 2.800 millones de dólares, mientras que las importaciones aumentaron de 760 a 4.700 millones de dólares, situándose el promedio anual en los 3.890 millones, con una media para las exportaciones chinas de 1.140 millones y de 2.750 millones para sus importaciones. En 2009, debido a la crisis financiera internacional, el volumen del comercio bilateral se redujo, pero aún así llegó todavía a alcanzar los 6.400 millones de dólares, de los cuales 2.100 millones correspondieron a las exportaciones chinas y 4.300 millones a sus importaciones.

Actualmente, China es el segundo socio comercial del Perú, mientras que el Perú es el séptimo socio comercial de China en América Latina.

El Perú se ha convertido en uno de los destinos más importantes para las inversiones chinas en América Latina.

El rápido desarrollo de las relaciones económicas y comerciales chino-peruanas certifica que es posible levantar y mantener una relación comercial beneficiosa para ambas partes entre dos países en desarrollo. Y el TLC, que ha entrado en vigor en los momentos finales de la crisis financiera internacional, sin duda constituirá un impulso aún mayor al desarrollo vigoroso de las relaciones comerciales bilaterales, proporcionándoles, además, una sólida seguridad jurídica en todos los aspectos.

Estrategia china de cooperación económica regional

Al entrar en el siglo XXI, China empezó a participar activamente en la economía regional. Así, en el XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, en octubre de 2007, China asumió oficialmente por vez primera como estrategia nacional la creación de una zona de libre comercio en la región.

El 4 de noviembre de 2002, China y la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ANSEA) firmaron el Acuerdo Marco de Cooperación Económica Integral, por el que en 2010 se deberá establecer una zona de libre comercio entre China y los países de la ANSEA, zona cuya construcción se puso en marcha oficialmente en la misma fecha. Hasta el momento, China ha firmado y hecho efectivos ocho convenios de este calibre, incluyendo seis tratados de libre comercio con la ANSEA, Chile, Pakistán, Nueva Zelanda, Singapur y el Perú, y dos Acuerdos para una Asociación Económica Más Estrecha (CEPA en sus siglas en inglés) con Hong Kong y Macao, Regiones Administrativas Especiales de China.

Los progresos de los TLC entre China y Latinoamérica

En noviembre de 2004, China y Chile dieron comienzo oficialmente a las negociaciones para crear una zona de libre comercio entre ambos países. Tan solo un año después, se firmaba el Tratado de Libre Comercio, el primero que China firmaba con un país latinoamericano. En octubre de 2006, entraba en vigor el TLC y se iniciaban al mismo tiempo las conversaciones para ampliarlo en cuanto al comercio de servicios y a las inversiones.

Desde que el TLC entró en vigor, el comercio entre ambos países ha experimento un auténtico boom. Gracias a él, se ha profundizado la cooperación económica, se han fortalecido los vínculos empresariales, mejorado las condiciones de vida de la población y se han estrechado los lazos políticos entre los dos países. Es una relación bilateral en la que todos salen ganando. En 2008, el volumen de comercio bilateral alcanzó los 17.530 millones de dólares, con un aumento del 19,3% en relación al año anterior; más significativo si cabe es el dato de 2009: en un momento en que las grandes potencias económicas presentaban crecimientos negativos en su comercio exterior debido a la crisis económica global, las exportaciones chilenas a China llegaron a los 11.160 millones de dólares, lo que supone un aumento del 5,6% respecto al 2008.

Por otra parte, en noviembre de 2008, China y Costa Rica abrieron las negociaciones oficiales para el establecimiento de una zona de libre comercio entre ambos países; en febrero de este mismo año, se llegó a acuerdos en cuanto al comercio de bienes y servicios, los reglamentos sobre el lugar de origen de los productos, formalidades aduaneras, barreras técnicas al comercio, propiedad intelectual, exigencias sanitarias, o la resolución de disputas, entre otros temas esenciales, y se dieron así por concluidas las negociaciones, por lo que se espera que, tras los respectivos procesos de ratificación interna en ambos países, se proceda en un futuro próximo a la firma del tratado.

Primer paso de un largo camino

El TLC firmado por el Perú y China tiene un significado muy especial: en primer lugar, porque las negociaciones y firma se han llevado a cabo durante la mayor crisis económica internacional de los últimos cien años, una crisis a la que los gobiernos de toda índole se han enfrentado con políticas anticíclicas que se han mostrado eficaces, pero que, por otra parte, también ha supuesto el resurgir de medidas proteccionistas. Así, es muy revelador que China y el Perú decidiesen ir contracorriente y apostar por la apertura, siguiendo las recomendaciones de liberalización comercial y de inversiones de la OMC; por otro lado, también es muy significativo que la fecha de entrada en vigor haya coincidido con los momentos en que se vislumbra el final del túnel. No es de extrañar, pues, que las clases empresariales y los gobiernos de ambos países depositen en el TLC muchas esperanzas.

Sin duda el TLC ha supuesto un paso muy importante para dar un nuevo impulso al rápido desarrollo experimentado en los últimos años en las relaciones bilaterales y la cooperación económica entre los dos países, pero no debemos olvidar que los retos que todavía les aguardan siguen siendo enormes. Las estructuras del comercio y de la cooperación económica bilateral precisan de muchas mejoras, así como la comunicación y comprensión entre las empresas de ambos países. Si bien el TLC establece muchas políticas prioritarias que favorecen el intercambio comercial y la inversión bilateral, aún se necesita un largo tiempo para que estas políticas surtan efecto plenamente y beneficien tanto a los empresarios de ambos países como a sus pueblos.

En resumen, las relaciones económicas chino-peruanas tienen un futuro brillante, pero arrastran aún una pesada carga y el camino a recorrer para llegar a ese futuro todavía es largo.

Gráfico: evolución del comercio entre China y el Perú (2001-2009)

Unidad: millones de dólares

Fuente: estadísticas de la Aduana China

*LU GUOZHENG, asesor de China Hoy, es miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Comercio Internacional de China, miembro del Consejo Directivo de la Asociación de América Latina de China y redactor en jefe del la revista trimestral Foro de Comercio Internacional.

 

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