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Cultura
Emblemas faustos en las pinturas de ave y flor (I)
Por WU BING

AL participar en la ceremonia de inauguración de un establecimiento comercial, el pintor Liu Zhongxin (1948- ) regaló al dueño una obra suya, en la cual se aprecian muchos frutos rojos y atractivos colgando de una rama de litchi chino. Debido a que su pronunciación en chino es similar a la de beneficios o utilidades (“li”), el litchi ha sido utilizado para expresar las ganancias, y una de sus ramas significa poca inversión. Según el artista, si se agrega un gallo (se pronuncia “ji”) por debajo del ramo de litchi, significaría “mucha felicidad (por supuesto suena “ji” también) y muchos beneficios”.

Las pinturas dedicadas a la temática de las aves y flores de China, tanto las del estilo de pinceladas finas y detalladas como las hechas a grandes rasgos, maduraron en el periodo de las dinastías Song (960-1279) y Yuan (1271-1368) y formaron el elemento más importante de las creaciones de los intelectuales y de la decoración de las mansiones imperiales y aristocráticas. En la sociedad actual, estas obras desempeñan un papel más popular y es común verlas en las casas, restaurantes, objetos de uso diario, etc. Aprovechar la similar pronunciación de animales y plantas para insinuar una aspiración y bendición por la vida feliz y abundante constituye una tradición de las pinturas chinas, en las que casi todos los pájaros y flores cuentan con su particular significado.

 

Gallo y lichi, de Liu Zhongxin.

 

 

Gallo, ave de cinco virtudes

Cada año más de cien obras creadas por Liu Zhongxin dedicadas al tema de los gallos son compradas por coleccionistas. Según el artista, como el ave doméstica favorita de los chinos es justamente el gallo, éste es también el preferido de muchos pintores de diversas épocas, como Ren Bonian (1840-1896), de la dinastía Qing, Qi Baishi (1864-1957) y Wang Xuetao (1903-1982).

En la antigüedad el gallo tuvo una relación estrecha con las personas y ganó una posición importante en el terreno de la pintura, porque los pintores le otorgaron cinco virtudes.

La primera consiste en que su cresta se parece al gorro que llevaban los funcionarios en el pasado, no sólo por su forma, sino también por su pronunciación, de ahí que frecuentemente el animal aparezca junto a la flor de gallocresta, representando la promoción y el ascenso reiterado de rango y posición.

La segunda es aquella en la que el gallo camina con la cabeza erguida y sacando su pecho, postura con la que adquiere un aspecto majestuoso, especialmente con sus espuelas.

Una tercera muestra al valiente animal decidido a luchar con enemigos incluso más fuertes. Frente al peligro, la gallina reacciona protegiendo a sus crías debajo de sus alas, mientras el gallo se dispone inmediatamente a pelear, realzando su plumaje, hinchando su pecho y cantando.

En la cuarta, después de localizar los alimentos, el gallo llama a su pareja para que ésta y los polluelos coman primero, en correspondencia con el comportamiento tan venerado por la civilización china.

Por último, antes del amanecer, el gallo nunca falla en despertar a la gente con su canto, lo que durante miles de años fue una gran contribución a la nación china, que acostumbraba a levantarse con la salida del sol y acostarse con su puesta. Este mérito le granjeó al gallo el reconocimiento y la adoración, por ello la imagen más vista de él en las pinturas es justamente en la que canta sobre una roca, anunciando la llegada de un nuevo día y la nueva esperanza.

Luna fría y ganso silvestre solitario, de Chen Zhi fo.

 

 

 

Ganso silvestre: caballero de integridad moral

En la historia del arte no faltan los pintores célebres y destacados en el tema del ganso silvestre, especialmente en la pintura de la pincelada fina, como la de Zhao Ji (1082-1135), emperador pintor de la dinastía Song, Lü Ji (1477-?), de la dinastía Ming, y Bian Shoumin (1684-1752), de la dinastía Qing. El último de ellos vivía cerca del hábitat de estas aves en el carrizal, donde las podía observar de cerca. Chen Zhifo (1898-1962), pintor contemporáneo de pincelada fina, es otro maestro en esta especialidad.

Son muchos los artistas de la plástica que han preferido crear obras sobre el ganso silvestre, debido a que la gente ha encontrado numerosos significados personalizados en la naturaleza de esta especie.

Desde hace mucho tiempo los chinos descubrieron la fidelidad que los gansos silvestres muestran por su cónyuge. En el período de Primavera y Otoño (770 a.n.e.-476 a.n.e.) la familia del novio acostumbraba a regalar a la novia un ganso cazado como regalo de compromiso. En la obra de Chen Zhifo, Pareja de gansos silvestres en el carrizal otoñal, aparece una pareja de gansos que se apoya mutuamente en la época de la cosecha, cuando de las espigas de los carrizos brotan lindos pelos largos, insinuando que la pareja ha pasado el altibajo de la vida y sigue profunda y fielmente enamorada.

Documentos históricos dan fe de la existencia del correo con el empleo de gansos silvestres. En la dinastía Han del Oeste (año 202 a.n.e.-año 9 d.n.e.), el emperador envió a un súbdito llamado Su Wu como jefe de una delegación diplomática que visitaría la corte de los Hunos, pero éste fue retenido por el rey huno y más tarde desterrado al desierto a apacentar ovejas. 19 años después, cuando el monarca han envió otra vez un mensajero a los dominios de los hunos y preguntó por el paradero de Su Wu, el rey contestó que había muerto. Sin embargo, un compañero de Su Wu se encontró a escondidas con el nuevo emisario y le comentó la situación real de su compatriota.

Al día siguiente el mensajero se entrevistó con el rey huno y le dijo: “Nuestro emperador cazó un ganso silvestre y localizó una carta escrita en un pedazo de seda y atada en la pata del ave, en la cual se informa que Su Wu y su comitiva están vivos y encerrados en una zona pantanosa”. Tan sorprendido por el dato, el rey huno se vio obligado a reconocer que Su Wu permanecía a salvo y consentir el regreso de los prisioneros a su lugar de origen. Otras muchas leyendas chinas cuentan que no pocos enamorados separados volvieron a reunirse gracias a los gansos silvestres que les sirvieron como mensajeros del amor.

En la época de la dinastía Song del Norte, Song Jiang, líder rebelde en el monte Liangshan y figura muy conocida en China por su lealtad para con los amigos, impidió que estos dispararan sus flechas contra los gansos silvestres, porque consideraba que el cuidado mutuo en el grupo de los gansos equivale a la hermandad entre las personas. En la antigüedad, los chinos preconizaban que el amor ajeno, la fidelidad, el respecto a las normas y los mayores, la ternura por los menores y la inteligencia, cinco virtudes esenciales de un caballero, se reflejan perfectamente en los gansos silvestres.

Este animal, separado de su grupo, aparece cada vez con mayor frecuencia como tema de muchos cuadros, para manifestar la soledad y la nostalgia de quien está aislado y desorientado, y en ocasiones también representa a los hombres de letra decepcionados en su creación. En 1947, dos años antes de la fundación de la Nueva China, cuando muchos intelectuales chinos se sentían angustiados, tanto por el destino de la nación como por su situación personal, Chen Zhifo pintó dos obras representativas Ganso solo bajo la luna del inverno y Ganso desamparado en la orilla fría, en las que mostró su propia vacilación y soledad.

Lotos marchitos y patos mandarines, de Zhang Zhong, de la dinastía Yuan.

 

 

 

Pato mandarín (Yuanyang), enamorados siempre juntos

En las bodas de los chinos se ven usualmente las figuras de dos patos mandarines. El pintor Zhang Qiyi (1915-1968) es muy reconocido por las obras que muestran esta imagen y siempre las utilizaba como regalos de boda para sus discípulos, quienes pese a rondar actualmente los 70 años, siguen recordando este lindo obsequio.

Dicen que el joven Yuan y la bella Ying, una pareja de enamorados que vivió hace 2.000 años, se transformaron en patos mandarines. El primero y su padre fueron jardineros de la casa de la muchacha, hija de un funcionario jubilado. Un día, mientras el chico trabajaba, escuchó un grito de socorro lleno de pánico. Cuando llegó corriendo al borde del estanque, descubrió una muchacha ahogándose. Sin dudar un segundo, Yuan se lanzó al agua y salvó a la joven, llevándola hasta la orilla. Al llegar otras personas, el muchacho se enteró de que la joven a quien le acababa de salvar la vida era la hija del dueño, la bella Ying. Sin embargo, cuando el padre acudió al lugar y vio a su hija en brazos de un hombre, gritó furiosamente: “¡Desgraciado! ¿Cómo te atreves a ultrajar a una señorita?”, y ordenó a sus sirvientes que lo colgaran y le azotaran fuertemente.

La bella Ying trató de explicar a su padre lo que había sucedido, pero éste insistió en que no permitiría a un humilde jardinero tocar el cuerpo de su hija aristócrata y que acusaría al joven ante el tribunal al día siguiente, lo metería en prisión e incluso acabaría con su vida, para que no generara ningún rumor que afectase la reputación de su familia. Al caer la noche, la muchacha fue a escondidas al establo en el que habían encerrado a Yuan y le advirtió a este que escapase, le regaló algo de dinero y una ropa recién confeccionada por ella. Sin embargo, el muchacho fue sorprendido en su huida y el padre de la chica ordenó amarrarlo a una piedra y lanzarlo al estanque. Muy amargada y triste, la bella Ying se lanzó también al agua y se ahogó. A partir de entonces, la gente empezó a ver en el estanque una pareja de una especie de ave acuática que siempre flota sobre la superficie, compuesta por un macho de plumaje vistosamente colorido y una hembra con puntitos, a la que llamaron Yuanyang (patos mandarines).

En realidad, en China se transmiten muchas leyendas y cuentos similares que finalizan con los enamorados convirtiéndose en pájaros o mariposas que habitan en parejas. El pájaro Yuanyang representa a los cónyuges. En el pasado las muchachas en edad matrimonial solían bordar a mano un bolsillo plumado con la imagen de Yuanyang para su novio y generalmente se decoraba la cama de los recién casados con figuras de la propia ave. Aunque estudios ecológicos revelaron que este pájaro no mantiene una sola pareja durante toda su vida, como los gansos silvestres, sino que no tarda mucho en localizar una nueva compañía después de la muerte de la anterior, la gente sigue considerándolo como la representación más adecuada de los esposos, porque viven siempre apareados.

Las imágenes artísticas se producen a partir de la vinculación de la naturaleza de los objetos y el pensamiento y la acción humanos y el tratamiento de los artistas, por eso cuentan con un contenido más rico que los objetos originales y se emplean para expresar los sentimientos de los artistas. El principal carácter de la pintura china es aprovechar las imágenes para crear un ambiente determinado, motivo por el que en los dibujos de aves y flores de China, la fauna y las plantas han sobrepasado su belleza real y resultan agregadas por los pintores con su sentimiento e imaginación, con una vivacidad más emocionante e influyente.

 

 

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