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China y el Mundo Iberoamericano
Chile resurge y México mira otra vez a Modotti
Por LEONARDO ANOCETO y CHENG WENJUN

De izq. a dcha. Jorge Guajardo, Inma González Puig, directora del Instituto Cervantes, Fernando Reyes Matta, embajador de Chile, y Antonio Burgués Terán, embajador de Costa Rica, comentan algunas de las fotos de la muestra.

Implacable e inoportuna en ocasiones, volvió la naturaleza a mostrarnos en Chile uno de sus lados más perturbadores, el de los desastres causados por fenómenos que desatan una furia capaz de arrasar en segundos lo que a ella misma y al hombre tanto tiempo y dedicación ha tomado crear. La magnitud de la catástrofe hizo que la conmoción viajara como ondas por todos los rincones del planeta y alterara la agenda diaria y cambiara incluso el curso de la vida para algunos tan distantes como quienes residen en Beijing.

Coincidiendo intencionalmente con la celebración en la ciudad chilena de Valparaíso del Congreso Internacional de la Lengua Española, del 2 al 5 de marzo reciente, la embajada del país sudamericano en China y el Instituto Cervantes de Beijing habían previsto el programa Valparaíso en Beijing, que comprendía el coloquio Comunicación y nuevos medios, una exposición fotográfica de la propia urbe porteña y el II ciclo de cine chileno.

Los estragos causados por el terremoto y la consternación obligaron a posponer el congreso y también el coloquio que tendría lugar en la capital china, mas no la muestra de cine y la exposición fotográfica, algunas de cuyas pintorescas imágenes cobrarán sin dudas cierto valor histórico, pues lamentablemente el paisaje de “Valpo”, como suelen llamar coloquialmente los porteños a su ciudad, no volverá a ser el mismo.

“Quisimos mantener la exposición para expresar de alguna forma que caer y volver a subir es una constante de Chile”, expresó Fernando Reyes Matta, embajador de la nación sudamericana en China, quien claramente emocionado lamentó que por esos días hubiera habido que recordar algunas palabras de la lengua española como “angustia”, “miedo”… aunque también celebró haber oído “solidaridad, esperanza, futuro y otras que vendrán”.

Reyes agregó que la imagen de su país es también la de la reconstrucción, la de volver a caminar y seguir adelante. “Nos vamos a volver a levantar y volver a salir arriba, como los ascensores de Valparaíso”, uno de los elementos que distinguen la escarpada geografía de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003.

Según datos históricos, en los cerros porteños llegaron a funcionar 30 de estos atípicos ascensores, de los cuales 15 se mantenían operando hasta antes del desastre y aseguraban el ascenso y descenso por las empinadas colinas residenciales de 14 millones de pasajeros anualmente.

Antes de dar paso a la exhibición del filme Dawson, isla 10, que dejaría abierta la muestra, Reyes agradeció la ayuda brindada a su país por China y España tras el terremoto y destacó el gesto de una madre china, cuya hija estudia español en Chile, que se acercó a él previo al acto y le entregó un dinero como ayuda al pueblo chileno.

“No sólo reconstruiremos casas, también nuestra mirada a la vida, la confraternidad, la convivencia…”, subrayó el diplomático antes de terminar evocando una estrofa de la canción Como la cigarra, de la poetisa, escritora y cantautora argentina María Elena Walsh: Tantas veces me mataron/ tantas veces me morí/ sin embargo estoy aquí/ resucitando.

Luego de la proyección en la sala del Cervantes de Dawson, isla 10 (2009), largometraje de Miguel Littin coproducido por Chile, Brasil y Venezuela, basado en el libro homónimo de Sergio Bitar que refleja la estadía de los ministros y colaboradores del derrocado presidente Salvador Allende en el campo de concentración de la isla Dawson, se pudo ver El Cielo, la Tierra y la Lluvia (2008), de José Luis Torres Leiva, coproducido por Chile, Francia y Alemania, en el que se expone la vida de cuatro personajes que buscan amor, sexo, afectos familiares inexistentes, espacios y tiempos propios en medio de un paisaje rural amargo.

Completaron la muestra El brindis (2008), de Shai Agosin, coproducida por Chile y México, que narra la vida de Emilia, una fotógrafa mexicana que viaja a Chile a encontrarse con su padre y conocer a su familia, de la cual recibirá tanto cariño como hipocresía, y Padre Nuestro (2006), dirigida por Rodrigo Sepúlveda, que cuenta el drama de Caco, un vividor empedernido que antes de morir intenta reunir a la familia que había abandonado nueve años atrás.

Asombro y deleite ante Tina

También de la mano de la fotografía y cuando todavía el suelo replicón no dejaba de moverse en Chile, otra sala del Instituto Cervantes de Beijing se abrió al arte latinoamericano para acoger la exposición Tina Modotti: Una nueva mirada, dedicada por la entidad sede y la embajada de México en China a conmemorar el bicentenario de la independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, acontecimientos definidos como claves para la historia de su país por Jorge Guajardo, embajador mexicano en Beijing.

Guajardo confesó sentirse complacido porque la primera de las actividades planificadas por su representación diplomática para conmemorar los dos sucesos sea la apertura de la muestra sobre Modotti, quien, dijo, se adentró profundamente en México y supo capturar la realidad de la Revolución de manera excepcional. “A través de sus fotos delata su gran amor por el país que la adoptó”.

En su breve discurso de apertura, el diplomático recordó las palabras de la artista, nacida en Udine, Italia, en 1896, cuando afirmó: “Quien respire el polvo de México no encontrará paz en otro lugar” y calificó como propicio “encontrarnos en China, en un recinto español, presentando la obra de una fotógrafa italiana y su visión” de su país.

“El arte sirve para resaltar lo que nos acerca como pueblos y lo que todos tenemos en común, la capacidad de asombro y deleite ante lo bello”, subrayó Guajardo.

La muestra está compuesta por 26 instantáneas tomadas de 1923 a 1927, calificadas por los organizadores como “innovadoras y simples”, entre las que aparecen Asamblea campesina, Retrato de niño, Mujer de luto, Mujer con bandera, Niño, Julio Antonio Mella…, “dando cuenta de las distintas clases e individuos que formaban” la sociedad mexicana. Su mirada, afirman, se caracterizaba además por su “modernismo estético: poses relajadas y una estrecha relación lúdica que se da entre fotógrafo y fotografiado y por ser una forma singular de capturar el carácter y la personalidad del ciudadano, que a su vez son de la colectividad”.

Assunta Adelaide Luigia Modotti (Tina Modotti), emigró con su familia a Estados Unidos cuando tenía 17 años. Allí conoció al fotógrafo Edgard Weston, quien le enseñó a manejar la cámara, y en Hollywood trabajó en varias películas del cine mudo. En 1922 llegó a México, donde tuvo una íntima amistad con Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Blanca Luz Brum, Nahui Hollín y Frida Kahlo.

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