El Pabellón de Cero Carbono se encuentra en la Zona de Mejores Prácticas Urbanas del Parque de la Expo Universal en Puxi, Shanghai, y es la primera construcción pública de China que no emite contaminante carbónico. Aparte de la energía solar y del viento, también aprovecha el agua del río Huangpu y usa la bomba de calor para establecer un sistema de calefacción natural, mientras que las sobras de comida, por medio de la degradación, se transforman en biomasa que se emplea para generar electricidad.
El Pabellón de Cero Carbono, en la Zona de Mejores Prácticas Urbanas.
Promover el desarrollo arquitectónico de ahorro energético
Visto por fuera, el “pabellón de cero carbono” es más parecido a dos chalets de diseño exquisito que a un recinto de exposición. Está compuesto por dos construcciones unidas de cuatro pisos e igual fachada. En el techo de cada una se instalan 11 capuchas multicolores que giran flexiblemente con el viento; la pared que da al sur es ahuecada y vidriada, proporcionando una mejor iluminación natural, pero el diseño de la pared norte es en declive.
Según Chen Shuo, coordinador y diseñador en jefe del pabellón, las instalaciones en el techo incluyen placas solares y termoeléctricas y un tipo de plantas semicarnosas, llamada jingtian, que no sólo beneficiará el control de la pérdida de calor en el interior durante el invierno, sino que también distinguirá al inmueble de otros, porque florecerán plenamente cuando se inaugure la Expo Universal Shanghai 2010.
Además de la forma especial, el inmueble también tiene algunos secretos. Bajo su estructura ha sido enterrado un tubo estrecho que da acceso al río Huangpu (afluente del Yangtsé), a 800 metros del pabellón. Durante la celebración de la Expo Universal, el agua del Huangpu, por medio de la bomba de calor, proporcionará aire fresco al interior del recinto. En el suelo, entre los dos edificios, hay agujeros del tamaño de una moneda que son parte de un sistema avanzado de recolección del agua de lluvia. Según estadísticas preliminares, la cantidad del agua tratada y de lluvia acopiada por el pabellón superará la demanda del preciado líquido de la misma construcción.
Chen Shuo, posgraduado de Entorno Construido de la Universidad de Cambridge, es el presidente del Centro de Cero Carbono (China), una compañía de fondo británico cuyo fundador es Bill Dunster, a quien los medios de comunicación de su país han concedido el título de Arquitecto Biológico General Jefe de Gran Bretaña. Su obra BedZED (Beddington Zero Energy Development), ubicada en Sutton, al sur de Londres, y primera área residencial de energía cero del mundo, se estableció en 2002 y es conocida también como “Centro del Futuro”. La energía generada por los recursos renovables dentro de ese espacio puede satisfacer la necesidad de todos sus habitantes, sin que ello suponga la emisión de bióxido carbónico a la atmósfera, además de registrarse una reducción eficaz del índice de uso de los recursos energéticos, agua y automóviles.
La Expo Universal Shanghai 2010 establece una Zona de Mejores Prácticas Urbanas, en la que se exhibirán las experiencias de las mejores 50 ciudades del mundo en este aspecto. “En el Pabellón de Cero Carbono se mostrarán las tecnologías avanzadas de consumo cero de energías fósiles de Londres y la técnica pionera de ahorro energético de China”, adelantó Chen, quien en su corazón esconde una meta más ambiciosa, que el efecto positivo del recinto permita promover el desarrollo de la industria arquitectónica de ahorro energético nacional.
Cero carbono al estilo chino
El Pabellón de Cero Carbono no copia mecánicamente al “Centro del Futuro” de Londres, sino que su diseño considera las características climáticas de China y así se modela la comunidad ejemplar de cero carbono al estilo chino.
“Las 99 viviendas de BedZED adoptan la madera y el ladrillo como materiales de construcción principales. Para los occidentales, la madera y el ladrillo son más favorables para la protección ambiental, a diferencia de China, un país con muy escasos recursos selváticos y donde la elaboración de ladrillos destruye la tierra labrada, lo que obliga a los chinos a esforzarse para encontrar otras soluciones”, señaló Chen Shuo.
Al fin y al cabo, la construcción china utiliza el cemento. “No es el cemento tradicional, sino el mixto, compuesto en un 50% por desechos de materiales de construcción”, precisó. Este tipo de material reutiliza las cenizas de carbón, gangas y escorias, que hubieran contaminado la atmósfera de no dársele este uso. Como tiene buenas características de aislamiento térmico, puede reducir con eficacia la filtración del calor desde afuera y absorber el calor interior excedente, a fin de estabilizar la temperatura bajo techo y mantener la edificación templada en invierno y fresca en verano.
Al sacar provecho de las experiencias de BedZED, los diseñadores también tienen que considerar otro problema. En Londres la temperatura máxima en verano sólo supera un poco los 20°C, lo que no exige el uso del aire acondicionado, pero en Shanghai este equipo es imprescindible por su calor y elevada humedad, un problema que ha sido solucionado con la tecnología de la bomba de calor de fuente acuática, que emplea el agua natural del río Huangpu como agua de refrigeración del aire acondicionado.
La bomba de calor es una tecnología de emisión contaminante cero, muy de moda en el extranjero, con la que se puede rebajar la temperatura atmosférica y reducir los ruidos y la emisión del calor, entre otros problemas. Este es el primer proyecto de Shanghai que usa el agua del río Huangpu para el enfriamiento, puntualizó Chen.
Vida verde pura
“La protección ambiental puede ser una vida moderna de alta calidad y amistosa con el ambiente”. Chen desea que su Pabellón de Cero Carbono no sólo deje a la gente la impresión de alta tecnología y buen ahorro energético, sino que también produzca la sensación de “bello, interesante y agradable”.
Esta construcción, de cuatro pisos, ocupa una superficie total de 2.500 m2 y cuenta con una sala de conferencias, comedor, sala de exposición y seis cuartos de muestra sin consumo de energía carbónica, exhibiendo a los visitantes las estrategias y medidas contra el cambio climático tomadas en diversos ámbitos.
La cocina verde del pabellón es un punto de interés recomendable. En un cuarto independiente, en el lado norte del recinto, se coloca un juego de caldera de biomasa; cuando los turistas terminan de comer, la caldera puede degradar enseguida los restos de alimentos y convertirlos en energía eléctrica y térmica.
Este sistema de biomasa de cogeneración de energía eléctrica y térmica útil degrada los platos y tenedores desechables y toda clase de desperdicios alimenticios mediante un proceso anaerobico biológico. Y los productos restantes después de la degradación también pueden servir como fertilizantes biológicos para nutrir las plantas del techo.
En el tercer y cuarto pisos se establecen especialmente seis apartamentos modelo, sin emisión contaminante, cada uno de los cuales tiene su propio estilo de diseño, pero todos usan materiales de protección ambiental para su decoración interior. “Los visitantes a la Expo podrán reservar por Internet para alojarse por una noche en esos inmuebles, a fin de experimentar la vida totalmente verde”, indicó Chen.
El costo de construir todo el pabellón, agregó, es apenas un 15% más elevado que el de las viviendas convencionales, o sea, 1.500 yuanes más por cada metro cuadrado. Actualmente, muchas empresas chinas, sobre todo las de bienes raíces, vienen en busca de asesoría para hacer realidad el ahorro energético y la reducción de las emisiones. Vanke, mayor compañía especializada en la explotación de residencias de China, se ha convertido en su socio.
“Después de la clausura de la Expo Universal Shanghai 2010, conservaremos el Pabellón de Cero Carbono y lo convertiremos en el primer museo de cero carbono de China”, adelantó Chen Shuo. “Seguro que China no tardará mucho en tener su propia comunidad residencial sin emisión carbónica”.
*Zhou Yiyan, periodista de The Bund.
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