Gran impacto en los medios de comunicación nacionales ha tenido el caso del reportero del Diario de Nantong, Wang Guangxiang, quien acusó a una editorial de Hong Kong por violación de los derechos de autor y ganó el pleito. Es la primera vez que un periodista del territorio continental de China se ve beneficiado por un fallo de un tribunal fuera de ese marco, lo cual ha contribuido a restablecer la confianza de los ciudadanos en la imparcialidad judicial fuera del denominado territorio continental.
Origen del caso
En la década del 90 del siglo pasado, Gu Chengbing, comerciante nantonés que se dedicaba a la compra y venta de alevines, incurriendo en violaciones de la ley como el soborno a los directores de bancos, consiguió préstamos por 1.200 millones de yuanes, lo que tuvo una repercusión espectacular en aquel momento. A principios de 1998, Wang Guangxiang, el entonces director de la sección de opinión del Diario de Nantong, y otros reporteros del periódico, tras una investigación profunda, publicaron tres artículos sobre el tema, uno de ellos titulado “Gran viento contra la corrupción en el terreno sureño”, reproducido en los días siguientes por más de un centenar de medios informativos nacionales, entre ellos el Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista de China (PCCh).
Inesperadamente, cuatro años más tarde, sin el consentimiento del Diario de Nantong y del autor mismo de aquellos artículos, la editorial Ha Fai Yi Publication Limited, de Hong Kong, falsificó el contenido de los reportajes y los tituló “Un comerciante de alevines hizo caer a ocho gerentes bancarios en escándalo de corrupción”, y los incluyó en el libro Crímenes Financieros de los Altos Funcionarios del PCCh, tergiversando la imagen del Partido y del país y procurando jugosos beneficios por las ventas del material en varios países y regiones.
Casualmente en 2004, Wang Guangxiang, uno de los autores originales de los informes, encontró la publicación en una librería, mientras hacía una breve escala en Singapur para continuar viaje a Malasia. Después de leer atentamente, el reportero se percató de que las tres fotos suyas habían sido acreditadas a Wang Mingliang, mientras el momento, los nombres de los protagonistas y los escenarios de los hechos eran los mismos. Pero lo que más le sorprendió fue que el reportaje original que se presentaba como un informe exclusivo que relataba la lucha del Gobierno y los organismos gubernamentales contra la corrupción, había sido modificado por la editorial, y se le habían añadido varios párrafos de conclusiones y comentarios, además de que en la contraportada del libro aparecían palabras como “textos e ilustraciones, conmovedoras”, una manipulación demagógica que buscaba atraer la atención del lector.
Defensa del derecho
Sin vacilar Wang Guangxiang compró el libro y pidió un recibo como prueba. A su regreso al país pasó intencionalmente por Hong Kong, con el propósito de encontrar la editorial y obtener “explicaciones”. Pero la persona que lo recibió le espetó: “Esto es Hong Kong y aquí tenemos libertad de expresión. Tú, un periodista del territorio continental, no tiene derecho a preguntar por el uso que nuestra compañía da a los artículos”. Acto seguido, le propuso a Wang resolver el asunto entre ellos con una compensación de 3.000 yuanes, lo que el autor rechazó tajantemente y le advirtió que si no corregían su error en tres meses “voy a tomar el arma de la ley y defender mi derecho”, a lo que su interlocutor respondió con desprecio: “No he encontrado un periodista de la parte continental que acuse a Hong Kong en su propio territorio, si quieres hacerlo, nuestra compañía te acompañará”.
A fin de preservar sus derechos e intereses legales y la imagen del Partido y el país, Wang Guangxiang decidió presentar una demanda. En enero de 2006, volvió a Hong Kong, contrató a dos famosos abogados locales, Yang Linzhen y Zhao Liang, y acusó formalmente a Ha Fai Yi Publication Limited. ante un tribunal hongkongnés, pidiendo que se pararan las ventas del libro en todo el mundo, se destruyeran todos los ejemplares disponibles de la edición y la parte acusada asumiera su responsabilidad, además de publicar una declaración de excusas en los medios de comunicación más importantes del enclave. Mientras tanto, el contenido de la declaración debería ser examinado por el tribunal y el demandante, compensarse el costo del juicio, pagarse los honorarios de los abogados y cubrirse los gastos por los viajes de ida y vuelta.
Luego de recoger pruebas suficientes en los años previos, Wang realizó seis viajes a Hong Kong para entregar la documentación necesaria al juzgado, y condiscípulos y colegas suyos en el extranjero le ayudaron a presentar comprobantes de venta del libro en otros países.
A medida que el proceso judicial fue avanzando, se fue develando la historia secreta de la editorial, la cual se detectó que era una empresa de publicación con un sistema de acción. Bajo la consigna de “democracia y libertad”, con los medios necesarios para injertar una ramita en otra e inventar, se han editado numerosas colecciones de libros de “comentarios políticos” dirigidos a denigrar la imagen del PCCh y del país, así como a sacar considerables beneficios. Crímenes… es un ejemplo de ello.
En septiembre de 2009, el pleito entró en su etapa final y al percatarse de su seguro fracaso, directivos de Ha Fai Yi contactaron dos veces con los abogados de Wang, expresando su disposición a llegar a un arreglo al margen de la ley, pero el acusador rechazó la oferta.
El veredicto
El 18 de noviembre de 2009, el tribunal de Hong Kong emitió el fallo, mediante el cual ordenó a la editorial publicar en los medios locales una declaración de disculpas, pagar los honorarios de los abogados, el costo del juicio y los gastos de viajes de Wang, unos 145.000 dólares hongkoneses en total, al tiempo que, antes de finalizar ese año, debían recuperarse los libros publicados que se encontraban a la venta en todo el mundo y entregarlos a los abogados de Wang Guangxiang.
Al mes siguiente, el día 8, Wang retornó a Hong Kong para supervisar la destrucción de los primeros 1.003 ejemplares confiscados. Además, en su declaración de disculpas, la compañía dijo: “Nuestro acto ha violado la Ley de Derechos de Autor de la República Popular China y perjudicado el derecho de autor del Sr. Wang Guangxiang. La publicación y distribución en el extranjero del libro Crímenes Financieros de los Altos Funcionarios del PCCh ha perjudicado el prestigio y trabajo del Sr. Wang y le ha causado molestias, por lo cual nuestra compañía pide públicamente su perdón y garantiza la suspensión de las ventas del libro en Hong Kong y otros países”. El pleito de cuatro años cerró con el triunfo de Wang Guangxiang.
Después del veredicto del tribunal, Wang reveló que en el proceso de recopilación de pruebas para su caso, encontró muchos artículos escritos por reporteros de la parte continental de China que aparecían en publicaciones similares luego de ser modificados. “Espero que mis colegas también tomen el arma de la ley y preserven sus derechos e intereses y los del país”.
El director del Diario de Nantong, Gu Hua, indicó que el triunfo también muestra que los periodistas deben tener el concepto de defender sus derechos y no dejar que los adversarios de ultramar aprovechen los resquicios. |