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A lo Largo del País
Yangpu, el renacimiento silencioso
Por LI ZHUOXI y WU MEILING

Hace unos años era difícil encontrar alguna mención a Yangpu en los folletos y guías turísticas de Shanghai. No es extraño, ya que el una vez próspero foco desde el que se propagó la industria moderna en Shanghai, se fue apagando paulatinamente con el cambio de modelo económico en los años ochenta, hasta llegar, incluso, a ser conocido como el “cinturón de óxido” (a las antiguas bases industriales obsoletas se les denomina generalmente “rust belts”, o cinturones de óxido, debido al orín que se acumula en las instalaciones fabriles abandonadas).


Hoy en día, sin embargo, tanto investigadores como grupos de turistas, tras visitar Pudong o Xujiahui, se acercan a Yangpu para experimentar el desarrollo e integración de sus tres distritos, disfrutar de los haces luminosos del “huevo multicolor” en Wujiaochang e incluso evocar los tiempos pasados en el genuino “cinturón de óxido” de la calle Yangshupu, donde súbitamente descubren que, sobre la herrumbre de las antiguas fábricas, se elevan ahora, majestuosos, elegantes edificios.

El ultramoderno complejo de Chuangzhi Tiandi, la urbanización de ecológica Ciudad de Nueva Jiangwan, o el barrio clásico de las universidades centenarias de Fudan y Tongji, aportan a la zona de Yangpu una extraordinaria vitalidad y dinamismo. Y así, silenciosamente, se ha ido forjando un nuevo Yangpu que encara el futuro lleno de optimismo.

Paisaje nocturno del área Jiangwan-Wujiaochang.

Museo de la industria moderna china

En Yangpu, un banco del río Huangpu en Shanghai, tuvo lugar el nacimiento de la industria moderna en China. En los años 80 del siglo XIX se construyeron allí la primera planta moderna de agua potable y la primera factoría algodonera del país y, en su apogeo, se llegaron a establecer en esta zona casi mil empresas grandes y medianas de los más diversos sectores. Transcurridos más de cien años, y a pesar de haber perdido ya su anterior esplendor, los viejos edificios fabriles de millones de kilómetros cuadrados todavía se mantienen en pie. Según el arquitecto taiwanés Deng Kunyan, semejante extensión de antiguas edificaciones industriales no es sino un auténtico museo de la arquitectura universal, un símbolo del arte industrial moderno.

Siguiendo hacia el norte por la calle Yangshupu, se encuentra una construcción al estilo de los antiguos palacios europeos, con una hermosa entrada similar a las de los castillos góticos británicos, de muros de ladrillo rojo, singulares ventanas octogonales y gigantescas arcadas. Es difícil adivinar que en su interior, tras un gran arco flamígero, se oculta el origen del abastecimiento urbano de agua en China: se trata de la primera planta moderna de suministro de agua, construida por inversores extranjeros el 29 de junio de 1883. En ese momento comienza también la historia del auge de Shanghai como capital de la industria en China. En rápida sucesión, y entre otras muchas, surgirían la primera central eléctrica y la primera factoría de gas del Lejano Oriente en aquel entonces. Sobre la sólida base industrial de Yangshupu se cimentarían la construcción de los depósitos del río Suzhou, afluente del Huangpu, la floreciente prosperidad de la Avenida Nanjing, y, finalmente, el desarrollo de la zona financiera del Bund.

Bajo la sombra de alcanforeros y detrás de una alta valla metálica, se ubica la central eléctrica de Yangshupu, con su estilo barroco y el enorme letrero que dice “1915”. En su parte trasera destacan dos gigantescas chimeneas grises, configurando así una estampa que, observada desde la distancia, se confunde con una pintura de la añeja industria centenaria.

No es extraño pues, que el solitario, desolado y melancólico paisaje del barrio industrial haya seducido a muchos artistas. Ya en el año 2000, el mencionado Deng Kunyan, creador, además, de los depósitos del río Suzhou en Shanghai, concibió la idea de reunir en esta zona, a la orilla del río Huangpu, a empresas del sector creativo y del diseño, que ocuparían sus espacios y pondrían de relieve el valor histórico y cultural de los antiguos edificios industriales, proyecto que se pudo ejecutar rápidamente gracias al interés y apoyo de los departamentos del distrito correspondiente.

Al adentrarse en este barrio, la combinación de la aspereza exterior de sus construcciones industriales con el romanticismo del arte de sus interiores, resulta de una belleza conmovedora que recuerda de inmediato al distrito artístico 798 de Beijing. Entre los omnipresentes vestigios de los antiguos talleres y factorías, en sus amplios espacios, encuentra cobijo y florece una asombrosa creatividad, lo que permite conocer, al mismo tiempo, el pasado de las primeras máquinas industriales y la cuna de los nuevos talentos artísticos. Sin duda, una idea hermosa en sí misma.

Las vicisitudes de Wujiaochang

Wujiaochang, en el distrito de Yangpu, es el barrio más conocido del noreste de Shanghai. Algunas décadas atrás, ésta era todavía una zona rural, habitada en su mayoría por campesinos, que debía su fama principalmente a las universidades que la rodeaban: la Universidad de Fudan, la Universidad de Tongji, la Universidad de Finanzas y Economía de Shanghai, así como algunas academias militares.

A pesar de que Wujiaochang ya había gozado de cierta notoriedad gracias al “Proyecto del Gran Shanghai” en los tiempos de la República de China, no fue sino hasta el 6 de junio de 2007 cuando resultó lo suficientemente atractivo como para cautivar a los consumidores que habitualmente dirigían sus pasos hacia el centro urbano, a las avenidas de Nanjing y Huaihai. En esa fecha se concluyó el gigantesco “huevo multicolor” luminoso, situado en la parte superior del cruce a nivel Jiangwan-Wujiaochang, sobre una plaza. Se trata de un símbolo de este barrio, convertido desde entonces en un verdadero paraíso para las compras. Si el nivel de desarrollo comercial de un lugar es indicativo de su prosperidad, habrá que tener en cuenta que el área comercial de Wujiaochang ha superado ya en tamaño, al parecer, a la del distrito de Xujiahui. No sería sorprendente pues que, en un futuro no muy lejano, Wujiaochang se convierta en la nueva imagen de Shanghai.

La actual Zona Artística 800, constituida por antiguos edificios fabriles restaurados.

 

El parque industrial de las nuevas tecnologías de Wujiaochang ha asumido, por otra parte, el reto de transformarse en el “Silicon Valley”

de Shanghai. Este desafío arrancó en 1995, cuando el entonces vicealcalde de Shanghai, Chen Zhili, se plantea que “si EE.UU. tiene un Silicon Valley y Beijing tiene Zhongguancun, con la gran cantidad de universidades que se concentran en el distrito de Yangpu, ¿no sería razonable establecer aquí nuestro propio parque de altas tecnologías?”. Hoy se concentran en esta área tecnológica más de 1.600 compañías, con un volumen de ventas que alcanzó los 7.200 millones de yuanes en 2008.

Si se considera que el templo de Chenghuang, dedicado al dios protector de la ciudad, simboliza la cultura de la sociedad civil de Shanghai, y que el templo de Wenmiao, dedicado a Confucio, representa la de los letrados e intelectuales, sin duda el distrito de Yangpu, con más de cien años impulsando la administración municipal, encarna entonces la tradición de la administración urbana desde los primeros tiempos de la República China.
En Yangpu se ha ido gestando durante un siglo una profunda tradición universitaria, administrativa e industrial. Ya se ha hablado de la centenaria herencia fabril de la calle Yangshupu, pero será en Wujiaochang donde se sitúe el corazón del mundo universitario y de la administración metropolitana del distrito. Wujiaochang (que se podría traducir como “Plaza Pentagonal”) debe su nombre al “Proyecto del Gran Shanghai”, lanzado en 1927. En el que entonces era un páramo al noreste de la ciudad, se planificó la edificación de un distrito para las administraciones públicas, una zona comercial y una barriada residencial, levantándose edificios de estilo chino, tales como el ayuntamiento, una biblioteca y un estadio deportivo. Asimismo, a imitación de metrópolis occidentales como Chicago o Washington, se construyeron cinco vías radiales que, partiendo desde su centro, comunicarían la zona respectivamente con el puerto de Wusong al norte, el muelle de Qiujiang al este, la terminal del ferrocarril al oeste, las concesiones internacionales al sur y el Bund al suroeste. Con ello quedarían firmemente impresas en los propios terrenos de Wujiaochang las huellas de sus casi cien años de tradición metropolitana.

Pero Yangpu tiene muchos otros lugares dignos de ser conocidos. El parque de altas tecnologías Chuangzhi Tiandi, por ejemplo, es el escenario ideal para que los emprendedores lleven a cabo sus proyectos; el humedal de Jiangwan, el único de su clase que se encuentra en una zona urbana, permite a los habitantes de su entorno gozar de su serenidad y de su espacio natural bien preservado; y el Parque Forestal Gongqing, congrega a menudo a grupos de familiares y amigos que buscan, en su tiempo libre, disfrutar de la tranquilidad única que ofrece, lejos del ajetreo urbano.

En Yangpu las máquinas dejaron ya de rugir y el humo de las antiguas industrias se dispersó hace tiempo. Sin embargo, Yangpu ha sabido reinventarse y vibra una vez más como el núcleo más dinámico del conocimiento y la innovación en Shanghai. Y, gracias a ello, tal vez se convierta en el futuro en una joya más preciada.

China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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