
Zheng Shujin :“El boom literario latinoamericano marcó a una generación de escritores chinos”.
Al conmemorar 30 años del establecimiento de su asociación nacional, los hispanistas chinos destacan que la misma pasa por un período de tránsito, proceso que deberá conducir al advenimiento de una nueva generación de investigadores y traductores.
A punto de concluir 2009, el Buró Central de Traducciones de China acogió en su sede beijinesa el Foro por el XXX aniversario de la fundación de la Asociación de Estudios sobre Literatura Iberoamericana de China. Fue una ocasión sumamente propicia para que más de un centenar de especialistas, junto a muchos jóvenes aspirantes a integrar las filas de la asociación, repasaran el camino recorrido en tres décadas, celebraran logros, detectaran carencias y, por encima de todo, colocaran la vista en el porvenir.
Podemos atestiguar que la reunión semejó más que todo un encuentro de viejos amigos. Ajena a ceños fruncidos y áridas charlas, la ocasión transcurrió en una atmósfera distendida, salpicada de anécdotas jocundas. No por ello, sin embargo, se evadieron temas capitales, como la necesidad impostergable de que la organización se nutra de la más reciente hornada de traductores de español y portugués, así como de investigadores literarios graduados en las universidades chinas donde se imparten ambas lenguas.
En este punto hace especial énfasis Zheng Shujiu, presidente de la asociación desde ese mismo día, quien, en conversación con China Hoy, admite que llega al cargo en una etapa de pleno tránsito, tanto para la asociación como para él mismo. Alega que en la entidad que ahora dirige, y cuya vicepresidencia ocupó por 20 años, abundan los veteranos, algunos jubilados y otros cercanos, o ya con más de 80 años de edad. “Yo mismo -confiesa- no espero estar mucho tiempo en la presidencia, pues tengo casi 60 años”.
Tras sustituir al ex titular de la organización, el avezado investigador Ding Wenlin, quien en breve se desempeñará como diplomático en México, Zheng Shujiu considera como su máxima prioridad dar continuidad a la labor de su predecesor. Lo primero, afirma, será celebrar nuestro próximo foro en la norteña ciudad de Dongying, donde contamos con patrocinadores para una actividad que requiere de recursos, los cuales no generamos, pues somos una entidad no gubernamental y no lucrativa, aclara.
A pesar de sus pocos recursos materiales, empero, esta organización ha sido capaz de introducir en el país asiático un patrimonio cultural inconmensurable a través de los diversos textos de García Márquez, Rulfo, Vargas Llosa, Poniatowska, Fuentes, Cortázar, Asturias, Amado y otros sobresalientes nombres de las letras hispano-lusas, hasta completar los 300 títulos, sólo en novelas. También ha publicado en mandarín centenares de narraciones cortas, ensayos y artículos literarios a lo largo de estos 30 años.
Para aquilatar en su justa medida la trascendencia social que ha tenido la labor de todos los hispanistas aglutinados en esta asociación desde 1979, es menester citar las palabras del escritor chino contemporáneo Mo Yan (1955), autor de la archifamosa novela Sorgo rojo. Al respecto, ha dicho: “Si hacemos un recuento del panorama literario de los años 80 del siglo XX en China, veremos que resulta imposible para cualquier escritor honesto negar la influencia extranjera en su propia creación. En 1984 y 1985, el boom literario de América Latina estalló en China, marcando profundamente a muchos escritores”.
Hace 30 años, señala Zheng Shujiu, casi ningún chino conocía de estas obras. Hoy son muchos los que las han leído en su propio idioma y numerosos también los autores chinos, además de Mo Yan, cuya obra ha quedado signada por la influencia del boom latinoamericano.
Enfrascado en la actualidad en estudios sobre el denominado post-boom literario de América Latina, nuestro entrevistado avizora un futuro halagüeño para el consumo de la literatura hispano-lusa en China. Ello obedece en buena medida a la continuada apertura que fomenta el país desde 1979, sin la cual la organización que hoy preside Zheng Shujiu seguiría siendo apenas un sueño. A ella se suma la creciente excelencia de los graduados chinos de lenguas extranjeras. Ambos factores deberán dar lugar a mucho más que un “boom” pasajero para las letras iberoamericanas en la tierra de Confucio.