
Lámina III
a. Taiji, Santa Rosa, América Central, Misterio de los indios, escrito por Wang Dayou y Song Baozhong.
b. Taiji, Cuauhtemotzin, Ibíd.
c. Taiji, maya, Palenque, Ibíd.
d. La estela de la Ventanilla, en su pedestal, hermoso ejemplo de escultura precolombina, donde el propósito de representar una cosmovisión dual es evidente. Fusang, chinos en América antes de Colón, escrito por Gustavo Vargas Martínez.
e. Taiji, azteca, Misterio de los indios, escrito por Wang Dayou y Song Baozhong.
f. Taiji, maya, Ibíd.

Lámina IV
a. Taiji y bagua, lámina elaborada por Wenwang y tomada de
Taiji y bagua, compilado por Li Jingwei.
b.Taiji actual, Taiji y bagua, compilado por Li Jingwei.
c. Taiji, lámina elaborada por Chen Xin y tomada de Taiji y bagua,
compilado por Li Jingwei.
d. Taiji, Templo de Yanqing, Kaifeng, provincia de Henan, Misterio de
los indios, escrito por Wang Dayou y Song Baozhong.
e. Taiji y bagua, lámina elaborada por Fuxi y tomada de Misterio de los
indios, escrito por Wang Dayou y Song Baozhong.
f. Taiji, cultura de Qujialing, provincia de Hubei (4000-3000 a.n.e.),
Misterio de los indios, Ibíd.
¿Desde cuándo utiliza la medicina tradicional prehispánica la representación del taiji como símbolo? y ¿por qué lo utiliza? Estas dos preguntas pueden responderse diciendo que no se sabe desde cuándo la medicina tradicional americana emplea la representación del taji como símbolo, pero se ha constatado que la doctrina del taiji expone con claridad y detalle la teoría de la medicina tradicional indígena. La utilización del símbolo del taiji explica en forma obvia los fundamentos teóricos de la medicina tradicional americana, y los trabajadores de la medicina tradicional americana no pudieron haber llegado de forma irreflexiva a una conclusión. Esto nos alienta, aún más, a seguir nuestra investigación y estudio.
No hace mucho encontramos algunas láminas de taiji que existían en México antes de la llegada de Cristóbal Colón a América (lámina III a.,b.,c., d.,e. y f.). Ahora insertamos éstas y algunas láminas de taiji de China, con el fin de que los lectores puedan hacer una comparación (lámina IV a.,b., c., d.,e. y f.).
Al apreciar la lámina IV, podría sorprenderse y preguntarse por qué son tan idénticos y similares los motivos de taiji de China y México.
Sin embargo, esto no es todo. Podemos ver cómo describen el origen divino, el dios primigenio y desde cuándo existía el concepto de Taiji en el México antiguo. En su libro Dioses prehispánicos de México, Adela Fernández señala que el cielo decimotercero, lugar de la dualidad, es presidido por Ometeotl, señor de la dualidad. Aquí habita el principio supremo. “Conformado por el todo, en él se reúnen lo opuesto, lo antagónico, y por lo tanto es genitor del caos, pero como principio de la inteligencia es también el armonizador, el ordenador. Si bien es espíritu y materia (energía), fuego y agua, blanco y negro, estatismo y movimiento, caos y orden, vida y muerte, creador y destructor, consecuentemente, al acoplar en sí mismo las fuerzas contrarias de lo positivo y lo negativo, es dual. Por eso se llama Ometeotl, ‘Dios de la dualidad’ y vive en el Omeyocan (treceavo cielo) ‘lugar de la dualidad’, donde convergen los opuestos, el todo.
“Por su naturaleza misma, Ometeotl es masculino y femenino y así se manifiesta simultáneamente como Ometecuhtli, ‘señor de la dualidad’ y Omecihuatl ‘señora de la dualidad’, y son la pareja creadora, dioses de la creación y de la vida”.
El profesor Alfredo López Austin habla del mismo tema en forma aún más concreta. En el capítulo “La estructura del cosmos” de la obra Cuerpo humano e ideología, escribe: “En esta cosmovisión destaca magna (al mismo tiempo filtrada en todos los ámbitos) una oposicón dual de contrarios que segmenta el cosmos para explicar su diversidad, su orden y su movimiento. Cielo y tierra, calor y frío, luz y oscuridad, hombre y mujer, fuerza y debilidad, arriba y abajo, lluvia y sequía, son al mismo tiempo concebidos como pares polares y complementarios, relacionados sus elementos entre sí por su oposición como contrarios en uno de los grandes segmentos, y ordenados en una secuencia alterna de dominio... la original devisión dual poseyó entre sus pares importantes los que, para mejor comprensión de múltiples relaciones, cito a continuación en las dos columnas de opuestos:
Madre |
Padre |
Hembra |
Macho |
Frío |
Calor |
Abajo |
Arriba |
Ocelote |
Águila |
9 |
3 |
Inframundo |
Cielo |
Humedad |
Sequía |
Oscuridad |
Luz |
Debilidad |
Fuerza |
Noche |
Día |
Agua |
Hoguera |
Influencia ascendente |
Influencia descendente |
Muerte |
Vida |
Pedernal |
Flor |
Viento |
Fuego |
Dolor agudo |
Irritación |
Menor |
Mayor |
Chorro nocturno |
Chorro de sangre |
Fetidez |
Perfume |
Se concibió un universo dividido por un plano horizontal que se separaba primariamente a la Gran Madre y al Gran Padre, y sobre esta división se montaron estructuras más complejas.
He aquí una tabla sobre el yin y yang de China:
Femenino (yin) |
Masculino (yang) |
Tierra |
Cielo |
Abajo |
Arriba |
Interior |
Exterior |
Frío |
Calor |
Negativo |
Afirmativo |
Contenido |
Excitado |
Debilidad |
Fuerza |
Deficiencia |
Exceso |
Quieto |
Movimiento |
Disminuir |
Agrandar |
Descendente |
Ascendente |
Mujer |
Hombre |
Luna |
Sol |
Pesado |
Ligero |
Fetidez |
Perfume |
Muerte |
Vida |
Oscuridad |
Luz |
Agua |
Fuego |
2 |
1 |
En el libro Cuerpo humano e ideológico, el profesor nos explica también que “ la división dual, principalmente por lo que respecta a la integridad corporal del hombre, a la enfermedad, a los alimentos y a las medicinas, se proyecta, aún en nuestros días, en la división de lo frío y lo caliente, al considerarse al ser humano formado por ambos principios, armonizados en un equilibrio. Este equilibrio se puede se puede perder ante fuerzas exteriores o interiores; y de la misma forma, los factores externos y la acción del enfermo pueden recuperar el equilibrio perdido”. (continuará)