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China y el Mundo Iberoamericano
Fe común con los países en desarrollo
Por MILTON REYES HERRERA*

 

Shi Yinhong: "China no interfiere en los asuntos internos de otros países".
 

Entrevista al Dr. Shi Yinhong, eminente profesor de Relaciones Internacionales y Director del Centro de Estudios Norteamericanos en la Universidad Renmin de China (Universidad del Pueblo de China), Beijing. Ha dictado clases y conferencias en varias universidades e institutos de diversos países y publicado más de una decena de libros sobre política internacional y estudios estratégicos.

Como parte de la inauguración del Programa de Estudios Chinos dentro de la Escuela de Política Internacional y Seguridad del Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador (IAEN), y en cooperación con la Embajada de la República Popular China, el profesor Shi Yinhong, de la Universidad Renmin, dictó dos importantes conferencias en nuestro centro.

Docentes del IAEN formularon en esa ocasión varias preguntas al académico, con el propósito de recoger algunas de sus opiniones e impresiones y profundizar en ciertos temas. A continuación, en exclusiva para China Hoy, presentamos un extracto esa entrevista.

Diego Pérez Enríquez: Desde la visión de que China puede crecer como un poder hegemónico en el escenario internacional, ¿cómo su país ha venido analizando la manera en que conducirá sus relaciones internacionales? ¿Se puede pensar que será desde una estrategia realista, multilateralista-idealista o una estrategia propia desde el punto de vista chino o asiático? ¿Cuál es la idea de las relaciones internacionales que tiene China ahora que se ha convertido en un poder importante en el mundo?

Shi Yinhong: Primero, creo que no se puede hablar de hegemonía para describir el caso de China. Cuando se habla del incremento de su liderazgo, lo que existe es un reconocimiento a una mayor influencia internacional.

Mucha gente ha predicho que China será un futuro super poder, un súper poder junto a EE.UU., probablemente después de 10 ó 20 años. Yo pienso que éste, que es un país enorme, ha venido desarrollándose muy exitosamente en las últimas tres décadas y especialmente en los 20 años más recientes, además de haber desarrollado su comercio exterior, por lo cual China ha incrementado su presencia económica en el mundo, al igual que en Latinoamérica. Es por esto que el rol político de nuestro país en los asuntos de seguridad internacional y de política internacional también se ha incrementado.

Pese a lo anterior se debe considerar que desde su punto de vista particular, la preocupación central de China gira alrededor de los asuntos domésticos. Y es que su historia es muy diferente de la de los poderes occidentales. China se mantiene en el principio de que el incremento de sus relaciones exteriores no significa el incremento de su presencia en los asuntos de otros países para resolver sus propios problemas.

El país está enfocado en resolver los asuntos sociales y económicos domésticos para su desarrollo, tal como Deng Xiaoping planteó hace 30 años, al promover la reforma y apertura, por lo que existe la convicción de que la existencia de un ambiente pacífico internacional le permitirá alcanzar sus objetivos y conducir sus asuntos internos de forma más exitosa.

Debido a las preocupaciones por su desarrollo económico, China tiene ahora necesidades de acceso a fuentes de energía, materias primas baratas y mercados extranjeros. Es en este sentido del desarrollo domestico que se ha requerido más presencia económica y política en todo el mundo.

China ha tenido la determinación por muchos años de desarrollar una política exterior pacífica y relacionarse con todos los países, y considera que es sumamente importante persistir en el principio fundamental de no injerencia en los asuntos internos de otros países, y no cree que lo que es bueno para Beijing es necesariamente bueno para otros países; así como discrepa con otras visiones, especialmente las de Europa Occidental y Estados Unidos, que piensan que lo que es bueno para ellos necesariamente es bueno para China.

La visión china es compatible y pone mucha atención a las relaciones bilaterales de cooperación y consulta, como por ejemplo, entre China-Estados Unidos, China-Japón, o China--países en desarrollo, incluyendo Ecuador. Al mismo tiempo, especialmente en los últimos 10 años, nuestro país ha puesto atención a la autoridad de instituciones internacionales como la ONU, así como también cree que el papel y la autoridad de ésta son muy importantes, por eso considera que la intervención de los EE.UU. en Iraq fue un error y minó la autoridad de la ONU.

China considera como algunos de sus puntos de mayor atención, aplicar una diplomacia de tipo multilateral y el reforzar las instituciones multilaterales, las mismas que son instrumentos indispensables para resolver los futuros retos globales. El crecimiento pacífico chino, su gran atención a la ONU y su gran compromiso por desarrollar instituciones internacionales multilaterales, son todos elementos vistos por nuestro Gobierno como buenos instrumentos para promover sus intereses nacionales razonables.

Por supuesto, sabemos que la apertura de China puede traer la posibilidad de desacuerdos con EE.UU., la Unión Europea, Japón e incluso algún miembro individual de los países en desarrollo, pero también China cree que las partes deben mantener mecanismos de consultas desde una óptica que considere como base la igualdad entre ellas, para así llegar a acuerdos.

El profesor Shi Yinhong en conversatorio.

Por supuesto, no quiero hacer un retrato romántico maravilloso de la política exterior china, pero al compararla con muchos otros países, especialmente con EE.UU., se debe considerar que nuestro país es un actor reciente en el escenario internacional y mundial y en las instituciones internacionales. Por supuesto, tenemos muchas cosas que aprender, para ganar experiencia, y corregir los errores que pudiéramos haber cometido, pero China siempre insistirá que sus propias políticas y el desarrollo de sus metas no deberán ser conducidos por el dictado de ningún otro país, porque es un Estado independiente.

También me gustaría agregar que en China siempre decimos que debemos mucho a los países en desarrollo, ellos nos ayudaron a través del comercio, ellos fueron quienes permitieron nuestro ingreso a la ONU, cuando las potencias mundiales no querían reconocer nuestro puesto después de la revolución. China tiene ahora un enorme comercio con los países en desarrollo y trata de resolver los problemas nuevos que han surgido en las relaciones con los países en desarrollo de África, América Latina y Asia.

Los líderes y el Gobierno han insistido reiteradamente que China no será un poder hegemónico, aun sí se convirtiera en un poder mundial. Sabemos que debemos mucho y compartimos una fe común con los países en desarrollo, que el mundo actual no es justo, y es con ellos con quienes compartimos el deseo de construir un Orden Mundial más justo, más igualitario y más cuidadoso con la orientación del desarrollo. No creo que estos sólo sean enunciados. Estoy seguro que dichas afirmaciones son sinceras y no parten sólo de cuestiones morales, sino que también esta visión es parte del interés nacional de China.

Esta generación de líderes chinos y la próxima han aprendido mucho de las lecciones de los imperios occidentales y de las lecciones de las estrategias hegemónicas soviéticas, por eso están determinados a evitar esos errores, porque si gastamos tiempo en interferir y pensar en expandirnos por otros países, pienso que el futuro de China caería en un sinsentido.

En términos generales estas son las aproximaciones a los fundamentos de la Política Exterior de China.

Milton Reyes Herrera: Una de las preocupaciones de los actores políticos de la izquierda y centro en América Latina es sobre la probabilidad de que China reproduzca el punto de vista hegemónico de los EE.UU. u otros poderes en la historia. También existen otras percepciones, como aquella que se refiere a China únicamente como un actor internacional para hacer negocios y comercio, o como la que plantea la noción, compartida por muchos actores, que considera que este país sólo se relacionara con América Latina desde sus propios intereses comerciales, y en las áreas de recursos estratégicos, como el gas, el petróleo, etc. ¿Desarrollará China estrategias geopolíticas para estrechar las relaciones con los gobiernos latinoamericanos para construir un nuevo orden mundial y multipolar?

SY: Yo puedo entender algunas de esas preocupaciones, no sólo en Latinoamérica, sino en muchas partes del mundo. Acerca del futuro de China y sobre si este país reproducirá un comportamiento hegemónico, lo que puedo decir es que esta generación de líderes ha aprendido de la historia, pero especialmente de su propia historia, de cómo China fue oprimida por poderes occidentales y poderes japoneses. Sabemos de tal injusticia. China ha sufrido mucho, pero desde Mao Zedong hasta esta generación de líderes y la próxima ha estado determinada a no imitar ese tipo de opresión que hizo sufrir al país.

En segundo lugar, puedo afirmar que China también ha aprendido de los errores de los imperios occidentales, y si hablamos del mundo contemporáneo, de los de EE.UU., nuestro Gobierno sabe que esa clase de comportamientos hegemónicos traen consecuencias desastrosas para los países que lo practican, como por ejemplo las que provocaron los errores cometidos por la Unión Soviética.

China también ha aprendido de su propia historia de política exterior y su relación con la práctica doméstica. En los últimos 30 años, ella ha conducido su política interna de acuerdo al principio de desarrollo pacífico, reportando grandes beneficios al país. No creo que los líderes olviden aquello, como tampoco olvidarán el significado de la paz. Sabemos de los beneficios que ha traído una política exterior pacífica y pienso que no olvidaremos esa experiencia exitosa para provocar tan solo un experimento.

Por supuesto, reconozco que China, tal vez hoy en día, ha puesto demasiada atención a los temas económicos, comerciales, los recursos estratégicos, las materias primas baratas, etc., en su relación con los países en desarrollo, especialmente de África y también, posiblemente, de Latinoamérica. Pero el país no reproducirá el rol de los poderes occidentales. Aunque necesita de esos materiales, está interesado en construir un comercio más igualitario. De la misma manera, China no interfiere en los asuntos internos de otros países. Por ejemplo, por temas de desacuerdos no se ha enviado una sola tropa fuera de su frontera, ni se ha establecido una sola base militar en el extranjero. Solamente hemos enviado fuerzas de paz para cumplir el mandato de la ONU de mantenimiento de la paz.

Este récord pacífico en el mundo moderno es único, aunque se tiene que reconocer, por supuesto, que algunas actividades económicas dentro de China no son muy saludables. A veces los hombres de negocios y las corporaciones ponen más interés en las ganancias que en temas como la justicia social y el medio ambiente, pero estas prácticas no se reflejan en las actividades económicas fuera de China.

Como he manifestado, China es un nuevo actor y está aprendiendo. Sus gobernantes tienen la mejor intención, pero una experiencia menos madura que otros países. Aun así, estamos mejorando nuestras prácticas económicas fuera del país, para aprender más elementos orientados a obtener mayor confluencia con los requerimientos de los gobiernos nacionales y sus habitantes.

China todavía tiene que aprender mucho y ha hecho progresos para que sus ingresos generados en el extranjero contemplen más elementos sociales y ambientales. Con la finalidad de mejorarlos, en ese sentido, el Gobierno da la bienvenida a la crítica y las propuestas foráneas.

Aquí me gustaría repetir que China no depende de estrategias de presión, actividades militares o del uso de la fuerza para promover sus propios intereses. Lógicamente, el país tiene algunos intereses estratégicos. Por ejemplo, no desea que sus suministros sean interrumpidos por nadie, ni que nuestras inversiones económicas sean perturbadas por cualquier desorden local, a la vez que desea que sus propios ciudadanos e intereses sean protegidos por los gobiernos locales. Pero China depende de los organismos internacionales y los gobiernos nacionales para protegerlos, aunque claro está, si es necesario iniciará actividades dentro del marco legal de la ONU y los organismos multilaterales para resolver tales conflictos.

Como había comentado, este comportamiento pacífico y prudente en las relaciones exteriores es único con respecto a los grandes poderes, pero, por supuesto, tampoco digo que China nunca desarrollará prácticas hegemónicas. Si China olvida nuestra historia e infortunadamente no aprendiera de las fallas de los grandes imperios, entonces podría ser víctima de esas prácticas. No obstante, aun si no puedo decir que China nunca cometerá errores, lo que sí puedo asegurar es que lo que podemos hacer mejor es seguir enseñando a nuestro pueblo y a la próxima generación de líderes que no vayamos en ese sentido y pienso sobre este aspecto que nuestro Gobierno está haciendo el mejor esfuerzo.

Ahora, acerca de las relaciones políticas con los países de Latinoamérica, reconocemos que esta región está geográficamente ubicada muy lejos de China, aunque la conozcamos bien. Igualmente, sabemos que EE.UU. tiene preocupaciones sobre sus intereses en esta región. Bien, hasta ahora la mayoría de las actividades chinas están relacionadas con el comercio, y también creo que el país será muy prudente en involucrarse en algún proceso político de los asuntos internacionales de la región. No pienso que en este escenario sea asunto del Gobierno chino irrumpir en Latinoamérica para hacer una política de distribución multilateral.

En términos generales China no opina sobre las relaciones internacionales de toda la región, sino que apoya los esfuerzos individuales de los países latinoamericanos para desarrollar sus economías, pero es prudente en lo referente a Latinoamérica y está muy consciente de los “celos” de EE.UU. acerca de la posibilidad de que cualquier potencia interfiera política y estratégicamente en la región. China no tomará ninguna acción para producir e incrementar esa desconfianza de los EE.UU. ni retará la presencia de éstos en Latinoamérica. China, en este escenario, sólo quiere desarrollar relaciones buenas y fundamentales con los países de la región, e incrementar las relaciones comerciales.

DPE: Desde ese punto de vista y desde las perspectivas del poder blando de China, su país evitará reintervenir en áreas estratégicas dentro de la región que puedan provocar el rechazo de EE.UU. y la comunidad internacional, pero ¿qué pasará con el tema de los recursos estratégicos?

SY: Me gustaría repetir que aunque China necesita los recursos para su desarrollo económico doméstico, eso no significa que existan intereses estratégicos en el área. China, desde su visión de poder blando, está interesada en promover nuestras relaciones diplomáticas y comerciales con los países de la región, pero no creo que esté interesada en desarrollar intereses estratégicos, porque no los tiene, como tampoco tiene intereses estratégicos militares ofensivos o defensivos en Latinoamérica. El país sí tiene intereses estratégicos en Asia, por cuestiones geográficas, pero como ya comentaba, en el escenario actual no los tiene en este hemisferio. En ese sentido, el pensamiento chino es totalmente diferente al de EE.UU. y la ex Unión Soviética durante la Guerra Fría.

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