La aproximación del 14 de febrero provoca cada año debates de la comunidad china en Internet, en los que numerosas personas opinan si deben o no celebrar el Día de San Valentín. El 12 de febrero de 2009, en el bulevar de Huangxing Nanlu, en el centro de la ciudad de Changsha, capital provincial de Hunan, dos hombres extendieron una pancarta con la frase “Todos somos responsables de oponernos al Día de los Enamorados comercial”, firmada por muchos partidarios.
El organizador de la actividad fue un trabajador de la ciudad de Changsha, identificado en Internet como "guijarro en el arroyo", quien publicó un artículo en un famoso foro de la red, titulado "Síganos para oponernos al Día de los Enamorados comercial", llamando a los cibernautas a asistir a la reunión organizada por él en la calle Huangxing, en contra de los festejos con motivo del Día de San Valentín, que cosechó el apoyo de una gran cantidad de partidarios en línea, pero muy pocos presenciaron el evento.
Según “guijarro…”, el objetivo de la actividad era llamar la atención de la sociedad sobre las fiestas tradicionales de China y resistir a la excesiva comercialización de los festejos occidentales, exponiendo incluso diez motivos para rechazar la celebración del Día del Amor, convertido en un acontecimiento puramente comercial que busca generar exageradas ganancias. El alto consumo entre los novios es un despilfarro y resulta innecesario.
Algunos expertos también expresaron su preocupación por la creciente influencia de las fiestas occidentales en las celebraciones tradicionales chinas, así como en los tradicionales valores ideológicos. Por eso exhortaron prestar mayor importancia a los festejos nacionales. Incluso, señalaron entre las fiestas tradicionales un evento similar que puede competir con el Día de San Valentín, la Noche del Doble Siete (el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar), fecha en la que, según una antigua leyenda china, se reúne una pareja de enamorados, Niulang y Zhinü, quienes están obligados a vivir el resto del año separados por la Vía Láctea. Otros, en cambio, sostienen que la Fiesta de los Faroles, el día 15 del primer mes del calendario lunar, es más conveniente para dedicarlo a los enamorados chinos, porque esa noche, conforme a la antigua costumbre, las personas pasean por la calle para contemplar los faroles artísticos, lo que ha generado ocasiones propicias para que muchos encuentren su amor.
En un artículo titulado “No permitan que las fiestas pierdan su esencia sentimental”, Feng Jicai, vicepresidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Literatura y Arte de China, hace un análisis de la relación entre el interés comercial de la fiesta y su esencia cultural. Según él, algunas celebraciones occidentales, como el Día del Padre o el Día de San Valentín han logrado cierto arraigo en China porque existe algún blanco de las tradicionales fiestas chinas destinado a expresar los sentimientos a las personas más cercanas. Sin embargo, bajo el fondo de la economía de mercado, las fiestas se han convertido en las mejores temporadas de venta y se vuelven cada día más comerciales y materiales, alejándose poco a poco de su esencia sentimental y perdiendo su contenido cultural.
Además de los intelectuales, muchos chinos también tienden a celebrar las fiestas nacionales y todavía no se acostumbran a festejar el Día de los Enamorados, considerándolo como una fiesta prescindible.
Su Dan, de 28 años, mantiene cierta reserva frente a la acción de “vanguardia” de su suegro de regalar un ramo de rosas o chocolates a su suegra el día de San Valentín, tras lo cual ésta se muestra tan alegre que baila en la cocina. “Son muy pocos los chinos de edad que celebran el Día del Amor. Un ejemplo son mis padres”.
Amor implícito
Como todo el mundo sabe, los chinos están acostumbrados a expresar sus sentimientos de manera implícita, sobre todo en la relación matrimonial, y desde la antigüedad se consideran más fundamentales el respeto mutuo y la convivencia cortés. “Tratarse mutuamente como a los invitados”, es la frase que la sociedad emplea para describir a las parejas ejemplares, de donde se puede entender por qué muchos chinos apegados a la tradición no festejan San Valentín.
Bajo la dominante economía de la fiesta, el amor también se ha convertido en pretexto para que los comerciantes obtengan utilidades, lo que inspira el rechazo del público.
A Sun Xiaolin, quien lleva casado siete años y tiene una hija de 6 años, nunca se le ocurrió festejar el Día de los Enamorados con su mujer. “Años atrás, cuando mi esposa y yo éramos novios, no teníamos dinero para celebrar la ocasión. Ahora trabajo en una empresa publicitaria y gano un buen salario, pero después de tantos años de matrimonio ya se nos pasó la pasión de celebrarlo”.
La esposa de Sun está muy de acuerdo con el punto de vista de su marido. “No es que rechacemos la expresión sentimental, sino que preferimos una manera más directa. No hace falta ocultar la alegría o el malestar por cualquier momento ni esperar al 14 de febrero. Nuestro romanticismo lo creamos acompañado de realismo. Consideramos que los obsequios de uso práctico, como la ropa, resultan mucho mejores que las flores y el chocolate".
Hace unos años, el 14 de febrero, Zhang Lei, de 27 años, recibió un gran ramo de rosas que le regaló su novio y todavía recuerda aquel primer instante lleno de emoción al ver las flores. Sin embargo, sobre este día especial, ha decidido no preparar más que una rica cena para su pareja. Si los dos están ocupados, va a dejarlo pasar como un día común y corriente.
A Su Dan le parece anormal que se establezca algún protocolo fijo para todos los enamorados. "Por mi parte, festejar San Valentín no tiene nada que ver con el amor que sientes por una persona". En junio de 2009, el joven y su novia contrajeron matrimonio. Desde su noviazgo la pareja nunca ha festejado de manera especial esta fiesta extranjera, excepto que se ha enviado un mensaje de felicitación. "Tenemos motivos para celebrar cualquier día, ¿por qué sólo ese día?", señaló.
Muchas personas no pueden aceptar el Día de San Valentín porque esta fiesta fue traducida al chino como "Día de los Amantes", palabra que en algunos casos no sólo se refiere a los dos miembros de una pareja, sino también a una relación extramatrimonial. Esta interpretación ambigua ocasionó que algunos asociaran la fiesta con la inmoralidad en lugar del amor fiel. No pocos chinos creen todavía que es un día para los amantes, no para los esposos.
Excesiva comercialización
Una de las razones por las que muchas personas alejan del Día de San Valentín son los elevados precios de las rosas y los chocolates, así como lo caro que resultan las cenas y los diversos obsequios. Con la "economía de la fiesta" en la corriente dominante, el amor también se ha convertido en un pretexto para que los comerciantes obtengan utilidades, lo que inspira bastante repugnancia en el público.
Sobre este fenómeno Feng Jicai explicó que se trata de un resultado inevitable de la globalización económica mundial. La economía de mercado, con su hegemonía creciente, necesita localizar o crear ocasiones para elevar las ventas en los días de significado especial, según la cultura y el hábito. Así se formó la economía de la fiesta. Sin embargo, evaluar el sentimiento entre las personas por el valor de los regalos hace que bellas manifestaciones sentimentales tengan el hedor del vil metal.
Sun Xiaolin es partidario de esta opinión. Él cree que San Valentín se ha convertido en una fachada para que los comerciantes atraigan el consumo de las parejas y eleven los precios. "Otros días una rosa se vende en sólo 2 ó 3 yuanes, pero el 14 de febrero cuesta por lo menos 10 yuanes. Preferimos ser más económicos y ahorrar el gasto de ir al cine o festejar en restaurantes, para comprarle un vestido nuevo a nuestra hija".
Aun muchas personas que siguen la moda también desdeñan esta fiesta por su forma monótona de celebrar. Yi Siting, empleada bancaria, expresó sinceramente que su esposo y ella están muy cansados de las diversiones de ese día, porque les da la sensación de molestia hacer lo mismo todo el mundo juntos. Conforme a ella, los días más especiales que vale la pena festejar son aquellos concernientes a asuntos dentro de la pareja. Por eso el 14 de febrero ella siempre permanece en casa. "Este día hay gente por todas partes. Los restaurantes y los cines están llenos de novios, es algo muy aburrido".
Por supuesto hay también muchos solteros que no están interesados por celebrar San Valentín. Según Fan, al principio no sentía ninguna antipatía por ese día, pero la atmósfera que las tiendas se esforzaron por crear y las calles repletas de personas en parejas parece acentuar el contraste de su soledad. "Lo peor es que mis padres, influidos también por ese día, me apremian a localizar un novio y luego casarme", se quejó la muchacha. Algunos solteros forman grupos que pasean por las calles vestidos iguales, denominándose “Campamento de parejas váyanse al cuerno", con el fin de oponerse al amor deformado y los noviazgos materiales.