Tan sólo 20 años después de iniciado aquel proceso, el Día de los Enamorados se ha convertido en un acontecimiento de moda, tanto en las ciudades y universidades como en las zonas rurales del país. Sin embargo, al igual que el interés de los chinos por la navidad no tiene que ver con el cristianismo, la preferencia por esta fiesta occidental tampoco se debe al trasfondo cultural europeo, sino al papel que desempeña en la diversificación de las celebraciones locales, pues es una ocasión en la que las personas expresan el amor por su relación más íntima, lo que rompe con la monotonía de la vida.

Pero en China, para la mayoría de la gente, el Día de San Valentín transcurre como otro cualquiera. Algunos deciden mantenerse al margen de este ambiente, porque desaprueban la atmósfera comercial que lo rodea, mientras otros lo pasan por alto por su carácter introvertido, propio de los chinos. En el caso de que coincida este momento con la tradicional Fiesta de la Primavera, la mayoría de los habitantes de nuestro país optarán por la segunda.