Feng Yaohui presta los primeros auxilios a un niño haitiano.
“En el área de la misión de ONU, en circunstancias llenas de riesgos ocultos e incertidumbre, afronté la prueba de fuego y sangre, de vida y muerte, en este país, tan lejos de mi patria, dominado por el caos, la guerra y la pobreza. También experimenté aquí la indescriptible penalidad y la soledad. Cada vez que andamos por la calle, hay habitantes que nos saludan, gritando amablemente en lengua criolla ‘China’. Con nuestras acciones profundizamos el conocimiento del pueblo haitiano sobre nosotros”.
Éste es un fragmento del diario de Zhong Jianqin, policía chino de 35 años que desde diciembre de 2007 viajó a Haití en dos ocasiones como miembro de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH) en ese país, donde falleció junto a otros siete agentes y funcionarios chinos, a causa del terremoto de 7,3 grados en la escala Richter que el pasado 12 de enero devastó la nación caribeña. Las memorias de Zhong regresaron a su país junto con sus restos mortales y los de sus otros compatriotas.
Haití se encuentra en el oeste de la isla de La Española, en el archipiélago de las Antillas Mayores, en el Mar Caribe, y su capital, Puerto Príncipe, se localiza a sólo 16 km del epicentro del seísmo, el más intenso que ha azotado al país en los últimos 200 años, ocasionando decenas de miles de muertes, entre ellas las de muchos miembros y funcionarios de la MINUSTAH.
Por sus playas y clima cálido, éste es uno de los destinos turísticos de la región. Sin embargo, el brusco desastre sumió al país en una circunstancia trágica, en la que cientos de miles de heridos enfrentan peligros para sus vidas, millones de personas permanecen desamparadas y tres millones de ciudadanos se ven amenazados por la carencia de agua, alimentos y medicamentos.
A las 20:30 horas (hora de Beijing), del 13 de enero, partió de la capital china con rumbo a Haití un equipo internacional de rescate compuesto por 60 miembros, incluidas cuatro mujeres especializadas en servicios médicos de urgencia. Ésta es la sexta misión de este grupo fuera de China y a la vez la más lejana desde su formación. A partir de 2001 el país ha llevado su ayuda a Argelia, Irán, Indonesia, Pakistán, etc.
Los rescatadores chinos fueron uno de los primeros cuerpos internacionales de socorro que arribaron al territorio haitiano afectado por el sismo. Después de 19 horas de vuelo, sin tomar ningún descanso, el grupo se dividió en dos en el aeropuerto y se volcó inmediatamente en las labores de rescate. Además de los cadáveres de los ocho chinos fallecidos, desenterraron los de otros funcionarios de la ONU que perdieron la vida en Haití. Por su parte, el personal médico del equipo chino estableció un punto de asistencia en el que atendieron a más de 200 pacientes locales en las primeras horas, cifra que aumenta continuamente.
El auxilio del equipo chino fue destacado por medios internacionales de prensa. AFP (Agencia Francesa de Prensa) emitió un reporte titulado “China tomó la delantera en el auxilio a Haití”, en el que muestra una foto del grupo en Beijing, mientras se preparaba para la partida. Según la información, dos días después del terremoto, el jueves, el avión fletado aterrizó en el país caribeño. “Más de 50 socorristas chinos y tres perros embarcaron en un minibús con el logo de la ONU, que los trasladó al sitio de la devastación, la desesperación y el terror. El auxilio internacional es una competencia contra el tiempo y la desesperación”.
Un primer envío de material humanitario por valor de 30 millones de yuanes salió de China, el 16 de enero de 2010.
A las cinco de la tarde del día 17, hora de Beijing, un segundo avión fletado por el Gobierno chino llegó a Haití con 86 toneladas de ayuda. Al mismo tiempo, los aviones chárteres de socorristas internacionales y suministros llegaban sucesivamente a Puerto Príncipe. España envió dos grupos de socorristas y ayuda; Francia contribuyó con personal profesional en la limpieza de escombros y perros especializados en la búsqueda de sobrevivientes; Corea del Sur sumó equipos de auxilio médico y rescate… Hasta el cierre de esta edición, trabajaban en Haití un total de 16 equipos de socorro de China, EE.UU., Islandia, España y otros países que están enfrascados en la localización de sobrevivientes. Taiwan de China también participa en estas labores. A diferencia de otros países, EE.UU. desplegó 16.000 militares en la capital haitiana, con el propósito de “garantizar la seguridad en la entrega de las ayudas y salvaguardar el orden social”.
Una veintena de satélites puestos a disposición de Haití por varios países asistieron al rescate, recogiendo datos de imagen de la zona afectada y transmitiéndolos luego a la Tierra. El representante de la Agencia Espacial Francesa (CNES), André Husson, dijo el día 15 que esta acción fue promovida por la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de la ONU, la “Carta Internacional sobre el Espacio y las Grandes Catástrofes”, en la que han tomado parte al menos diez países, incluyendo a EE.UU., Gran Bretaña, China, Francia, Japón y la India, entre otros. “Es una estrecha cooperación internacional, igual que luego del maremoto del Océano Índico, en 2004, y del paso del huracán Katrina por EE.UU., en 2005”, agregó Husson. Este mecanismo, desde que entró en funcionamiento, en noviembre de 2000, ha promovido 260 actividades de cooperación internacional para la reducción de desastres, que generalmente duran ocho o diez días.
En la provincia de Jacmel, unos 40 kilómetros al sur de Puerto Príncipe, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) empezó a distribuir víveres a más de 3.000 personas en la zona del aeropuerto a partir del día 13. A medida que las carreteras eran despejadas, comenzaba el reparto de alimentos en otras zonas del país. El PMA también estableció un centro de operaciones de logística en la vecina República Dominicana y ha logrado disponer de equipamiento logístico, incluidos buques, para transportar artículos y materiales a los necesitados, además de activar una oficina provisional y base de rescate, para despachar la ayuda aérea, incluida la de helicópteros, y asignar el Depósito de Respuesta Humanitaria de la ONU, una zona de transporte de socorro a Haití. Un avión cargado de ayuda humanitaria llegó el 15 de enero a la zona de la catástrofe.
Todo el mundo está orando por este pobre país insular, deseando que pase esta crisis. La ONU informó el 15 de enero que hasta entonces la comunidad internacional había prometido prestar a Haití 268.500.000 dólares en ayuda.
Cuando ocurrió el terremoto, cuatro oficiales chinos de la fuerza para el mantenimiento de la paz en Haití y cuatro miembros del equipo enviado por el Ministerio de Seguridad Pública de China, entre ellos Zhong Jianqin, estaban reunidos con los responsables de la MINUSTAH, hablando sobre el trabajo de la misión.
Después del terremoto, los policías acreditados en Haití emprendieron las labores de rescate sin preocuparse por sus propias vidas. La policía Wang Xueyan excavó con sus propias manos y logró rescatar a cinco sobrevivientes.
El octavo equipo que China destinó a Haití, a fin de mantener la paz en ese país, estaba formado por 142 policías, de ellos, 125 efectivos antimotines, 17 policías civiles, entre los cuales seis son mujeres.
Para frenar el caos y a petición del gobierno haitiano, en abril de 2004 el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la resolución para el envío de la Misión de Estabilización de la ONU.
China, a pedido de la ONU, remitió sus primeros 125 efectivos antimotines a la nación caribeña el 17 de octubre de ese año. Esas tropas cooperarían con los policías locales en el mantenimiento de la paz, la solución de los disturbios repentinos que pusieran en peligro el orden social y la vigilancia de los eventos importantes, además de ayudar a fundar y formar el contingente antimotines haitiano.
Los datos provenientes del Ministerio de Seguridad Pública de China muestran que hasta enero de este año, el país había enviado 1.569 policías por siete veces a la República Democrática de Timor-Leste y Afganistán, en Asia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, en Europa, Liberia y Sudán, en África, y Haití, en América, el último de los cuales ha acreditado ocho equipos con 1.000 personas-veces. En la actualidad 191 policías permanecen en la República Democrática de Timor-Leste, Liberia, Sudán y el país caribeño para cumplir las tareas del mantenimiento de la paz.
De echo, a partir de 1990, China, a petición del entonces secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, ha enviado investigadores militares cada año a cumplir misiones en zonas necesarias. En total, el país ha destinado más de 7.000 oficiales y soldados/veces, con un saldo de ocho militares fallecidos.
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