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Sociedad
Mi nueva vida
Por FENG ZHIYING*

Queridos amigos Teresa y Pérez:

¿Cómo están uds.?

 

Hemos mantenido correspondencia durante casi 20 años. A través de las cartas enviadas a fines de año, nos informábamos mutuamente sobre nuestras vidas. No obstante, no les había escrito hasta hoy porque había estado ocupada trasladándome a una “nueva casa”. El 1 de noviembre del año pasado ingresé en un asilo de ancianos, un día totalmente blanco por la caída de la nieve, que en la noche experimentó un descenso brusco de la temperatura hasta los -4ºC. Como Uds. trabajaron varios años en Beijing, saben que la ciudad no comienza a dar servicio de calefacción hasta el 15 de noviembre. Pero en las habitaciones de la comunidad de la tercera edad la temperatura era de 25º, pues aquí se dan seis meses de calefacción en vez de cuatro, como en las ciudades, sin que nos cobren nada aparte, dado que este gasto ya está incluido en la cuota mensual que pagamos. ¡Qué suerte!

El asilo se llama Apartamento para Ancianos Huichen, una institución de buena categoría. La comunidad ha planeado la construcción de la obra en tres etapas y abrió sus puertas tras la culminación de la primera fase, a fines de 2007. Como todos los apartamentos dan al sur, tienen buena iluminación y buena ventilación. El mío es de 48,6 m2 y tiene cocina, baño y dos armarios empotrados, así como todos los muebles necesarios: dos camas con dos armarios de cabecera, un escritorio, un armario para libros, una mesa con tres sillas y un taburete para tomar la ducha. Además, tiene televisor, refrigerador y lavadora automática.

Todas las mañanas viene una camarera a hacer la limpieza, y una vez a la semana realiza una limpieza general. Mi nueva casa es mucho más pulcra que mi viejo apartamento. Mantener la higiene de la casa es un rompecabezas para los ancianos físicamente débiles, por lo que muchos de mis vecinos contratan trabajadoras para hacerlo. Ahora, viviendo en esta comunidad para ancianos, no me preocupo por ello.

Cuando hace buen día, bajo en el ascensor (porque vivo en el cuarto y último piso) a dar un paseo por el espacioso y arbolado patio, el cual se cubrirá de verdor en la primavera. Fuera del recinto se ven hileras de altos árboles, sin edificaciones a su alrededor. En pocas palabras, es un paisaje campestre sin ruidos ni polución.

La comunidad dispone de una clínica, sala de lectura, peluquería gratis una vez al mes, una pequeña tienda y salas de entretenimientos para jugar ajedrez, ping pong, billar, shuffle ball y majiang, bailar y cantar karaoke, y al aire libre hay un local para jugar al gateball.

Aprovechando las aguas termales extraídas del subsuelo, a 2.885 metros de profundidad, se ha instalado una gran sala compuesta de una piscina, estanques y baños, los últimos dos separados para damas y caballeros. Después de nadar o permanecer sumergidos hasta el cuello en la piscina más o menos diez minutos, podemos tomar una ducha. Como al baño de la casa no llegan las aguas termales, ricas en calcio, potasio, radón y otros elementos beneficiosos para el tratamiento de diversas enfermedades crónicas propias de la vejez, muchos vecinos van directamente a la sala para bañarse con aguas termales. Fuera del local hay otro estanque de aguas termales, también en uso durante el invierno, en el que una tarde vi a una señora de más de 80 años sumergida hasta el cuello y enseguida le manifesté mi gran admiración por su desafío al frío.

Lo más milagroso es una tarjeta de socorro que llevan los ancianos colgadas en su pecho. Cuando uno se siente indispuesto o necesita ayuda urgente, dondequiera que se encuentre, aprieta el botón de localización de la tarjeta y de inmediato acuden a él empleados del servicio de auxilio. Este sistema, una aplicación de las tecnologías sofisticadas existentes en el mundo, brinda mayor seguridad a los ancianos. De este modo, los hijos no se sentirán preocupados al dejar a sus padres vivir allí.

El comedor está ubicado en el primer piso de cada apartamento. Bajo la guía de nutricionistas profesionales, los cocineros preparan cada día tres comidas dietéticas y se publica un menú semanal a la entrada del comedor. Los primeros días me perdí entre tantos y tan variados y exquisitos platos, sin saber cuál elegir, y lamenté tener un estómago chico. En atención a sus comensales especiales, muchos platos se pueden comprar en media porción, incluso medio tazón de arroz. Los gastos mensuales para la alimentación son inferiores a los 400 yuanes. Cuando vienen a visitar a los ancianos, los hijos o amigos pueden comer en restorán abierto al público. Al igual que los restaurantes urbanos, éste tiene varios reservados, el mayor para 20 comensales. Estuve allí dos veces y quedé muy satisfecha.

A sabiendas de que para las personas de edad avanzada lo más temible es la soledad, la comunidad organiza diversas actividades, cursillos de computación y manufactura artesanal, fines de semana de cine y veladas en los días de fiesta. Los calígrafos o pintores pueden pasar sus horas de ocio pintando o practicando su escritura, mientras los aficionados a la Ópera de Beijing o cantantes, hacen también lo suyo. Los ancianos pasan así una vida llena de colorido y sentido.

Guiado por su norma de acción: elevar la calidad de vida de sus habitantes, el asilo presta meticulosos servicios a la vida cotidiana de éstos. Los empleados los atienden tan afectuosamente como a sus propios padres o abuelos. Al caminar por el sendero del patio, me encuentro a menudo con jóvenes empleados, quienes, al verme, me llaman respetuosamente tía o abuela. ¿Cómo está Ud.? Este cariñoso saludo llena de calor mi corazón, aunque estemos en los fríos días de invierno. Sí, este ambiente saturado de amor, más las saludables aguas termales y el aire fresco campestre nos harán más longevos.

Al leer esta carta sobre el inicio de mi nueva vida en el asilo, mis amigos se sentirán alegres por mí. Si les interesa este tema de la vida de los ancianos chinos, de mucha actualidad en nuestro país, seguiré contándoles más detalladamente. Por lo demás, les adjunto algunas fotos de mi nueva casa, espero les gusten.

Ya se aproxima la Fiesta de la Primavera, la más importante para los chinos. Por ese motivo, mis hijos han reservado habitaciones en el asilo y un salón del restaurante, para pasar esos días conmigo. Sin dudas, tendré una celebración de año nuevo especial y una nueva vida feliz en este lugar.

China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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