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Economía
Ferrocarriles se preparan para la era de la alta velocidad
Por ZHAO HAIYAN
En la noche del 11 de noviembre de 2009, la red ferroviaria del país experimentó su tercer reajuste, creando de esta manera las condiciones necesarias para la entrada en operación sucesiva de 57 nuevos trenes de alta velocidad del modelo CRH3 (China Railway High-speed 3) al final del 2009.

Desarrollo rápido del CRH

El proyecto ferroviario de alta velocidad de China se inició en 2003 y cuatro años después, en la primavera de 2007, se pusieron en funcionamiento los primeros 15 trenes de alta velocidad fabricados en el país. El 1 de agosto de 2008, el tren Armonía (nombre con el que bautizó al CHR el Ministerio de Ferrocarriles) estableció un récord de 394,3 kilómetros por hora en la línea urbana Beijing-Tianjin. Al año siguiente, funcionarios de más de 30 países, entre ellos EE.UU., Inglaterra y Japón y responsables de los organismos internacionales tuvieron la oportunidad de probar la eficiencia de esa línea. En total fueron más de doscientos grupos y 10.000 personas.

En los últimos años, más de 100 trenes CRH han galopado entre las diferentes ciudades chinas, como resultado de la inyección de inversiones para la construcción del ferrocarril de alta velocidad. En los próximos tres años, otros 300.000 millones de dólares en inversión elevarán en 30.000 kilómetros el trayecto de operación nacional, de los cuales 13.000 kilómetros corresponderán a la línea especial para trenes CRH de una velocidad de 350 km/h. Para entonces sumarán 700 los trenes de alta velocidad que recorrerán el país. Una década después, en las zonas de desarrollo más acelerado de la geografía nacional, por ejemplo, la Periferia del Mar de Bohai, el Delta del río Yangtsé y el Delta del río Perla, se formará una red ferroviaria de alta velocidad entre las ciudades, tan conveniente como los autobuses.

Promover el desarrollo económico

En términos generales, una red ferroviaria de alta velocidad de mayor eficiencia es favorable para eliminar los cuellos de botella del sector comerciales, que restringen el acelerado desarrollo económico, y transportar rápido los medios de producción al destino deseado, con el fin de cumplir la demanda de la producción económica. En el caso de China, que cuenta con una superficie y población enormes, además de un desarrollo desequilibrado, la llegada de los trenes CRH ejercerá una influencia más notable, creando más y mayores oportunidades comerciales y de desarrollo e impulsando el crecimiento económico del país a un nivel más alto, al igual que el ferrocarril transcontinental del siglo XIX y el sistema de autopistas interestatales de la década de los 50 y 60 del siglo XX de EE.UU. y el tren bala Shinkansen de Japón de la década de los 70 del siglo pasado.

En efecto, la construcción de ferrocarriles de alta velocidad y autopistas en los últimos años ha impulsado la creación de una serie de cinturones industriales y asentamientos urbanos alrededor de las ciudades principales. Por ejemplo, las comunidades urbanas del Delta del Río Yangtsé han sido conectadas a Shanghai bajo el programa “Una hora de viaje”, y Guangzhou se ha convertido en el centro de un bloque urbano que cubre todas las ciudades del Delta del Río Perla. Tomando éstos casos como ejemplo, se está construyendo actualmente una red ferroviaria de alta velocidad, de “cuatro horas de viaje”, con la ciudad de Wuhan en el centro, y otras metrópolis como Beijing, Shanghai, Guangzhou y Xi’an, en la circunferencia, con lo que se fortalecerá la unión entre diversas regiones para crear más oportunidades y una economía dinámica.

Cambio del modo de vida

Actualmente se tardan 10 horas para llegar a Shanghai o Wuhan desde Beijing (hace poco tiempo eran 20 horas). Dentro de dos años hacer el trayecto tomará apenas cuatro horas, y ocho llevará llegar a Guangzhou, centro de la industria manufacturera del sur de China. Hasta entonces, esta coyuntura favorece el empleo social, los contactos comerciales y el turismo.

La aceleración no sólo acorta la distancia, sino que también cambia el concepto de vida de la gente, incluso su modo de vida. Cada vez más personas están dispuestas a salir de las grandes y densamente pobladas ciudades para establecerse en las ciudades satélite, y viajan frecuentemente entre su hogar y el lugar de trabajo.

Los Gobiernos a diversos niveles también están dispuestos a ayudar a esa parte de la población en el cumplimiento de sueños, recurrentes a la ampliación del ferrocarril de alta velocidad y el enlace de este con las líneas urbanas. En la actualidad Beijing, Shanghai, Suzhou, Wuhan, Changsha y Guangzhou están construyendo nuevas estaciones ferroviarias para ofrecer servicios a nuevos trenes de alta velocidad. Las facilidades de comunicación favorecen el aumento de la población flotante, que promueve el desarrollo económico local, de ahí que las autoridades estimulen estos desplazamientos e incluso quieran atraer y retener más forasteros con mejores servicios y un mejor medio ambiente. Por ejemplo, entre los habitantes de Beijing es muy popular hacer compras o celebrar banquetes de boda en Tianjin, ciudad de la que les separan unos 120 km, por sus atractivos bajos precios, y el gobierno local también quiere que más beijingneses los visiten y consuman allí.

 

Trenes CRH Armonía

CRH significa en chino ferrocarriles de alta velocidad de China, y los trenes CRH fueron bautizados con el nombre de Armonía por el Ministerio de Ferrocarriles.

Los trenes Armonía son de unidad múltiple de propulsión eléctrica, con un sistema de propulsión distribuido en varios vagones. La velocidad puede llegar a más de 200 km/h. La más alta supera los 300 km/h. En la actualidad existen cuatro categorías: CRH1, CRH2, CRH3 y CRH5. CRH2 y CRH3 son de la categoría de velocidad de 300 km/h, y CRH1 Y CRH5 pertenecen a la de 200 km/h.

 
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