
La autora en la primera fila, a la derecha, en 1991.
Tras nueve años fuera de la editorial, ingresé nuevamente a China hoy en 2002. El motivo de mi retorno fue muy sencillo: sentí el llamado de una mamá a su hijo. Gracias a que la Sección de Español me abrió nuevamente sus brazos, volví a ser un miembro más de esta gran familia. Tuve suerte, pues experimenté el paso de la impresión de la revista en blanco y negro a color y la apertura de su filial latinoamericana.
Además de traducir y editar artículos, me encargo de atender la correspondencia que recibimos a través de cartas, fax y correos electrónicos. Me encanta este trabajo, porque comunicarme con los lectores de distintos países es un gran placer. Cada día más personas se convierten en asiduos lectores de nuestra publicación. Ellos no sólo nos conceden un gran apoyo, sino también nos trasmiten sus ideas y opiniones sobre la revista. Sin su valioso aporte, nuestra editorial no hubiese podido crecer tan rápido y sanamente durante estos 50 años.
Recuerdo muy bien que el año pasado, después de leer los informes sobre el terremoto en Sichuan, por diversas vías, los lectores nos hicieron llegar mensajes de apoyo y consuelo; también nos enviaron felicitaciones antes y después de la celebración de los Juegos Olímpicos de Beijing; y un matrimonio español decidió realizar una visita a nuestra editorial para celebrar en China sus bodas de oro. Este intercambio de correspondencia me ha permitido hacerme amiga de muchos lectores. Tanto sus cartas como sus correos dan calor a mi corazón.
Aprovechando la celebración del 50 aniversario de la fundación de China hoy en español, en nombre de toda nuestra sección, quisiéramos expresarles nuestro sincero agradecimiento, fieles amigos. Sin su estímulo y apoyo no hubiésemos podido conseguir los éxitos de hoy día.
Mis compañeros y yo consideramos a China hoy como nuestro propio hijo. Estamos muy contentos de ver cómo la publicación madura saludablemente y esperamos que nos sigan apoyando, para que este hijo común camine hacia un futuro brillante.
Queremos consagrar todos nuestros esfuerzos para que el mundo sepa lo que ha pasado y está ocurriendo en China, pues es una tarea, un deber de todos nosotros. |