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Sociedad
Preservar la autenticidad y la historia
Por ZHU HONG

Cuando se habla del rápido desarrollo que ha experimentado el sector turístico chino, sobresalen Pingyao, en la provincia de Shanxi, Zhouzhuang, en Jiangsu, Fenghuang, en Hunan, y Lijiang, en Yunnan, entre otros destinos históricos que acaparan el mayor número de visitantes nacionales y extranjeros, generando considerables beneficios económicos. Sin embargo, la explotación a gran escala de esos lugares ha traído como consecuencia que algunos de ellos hayan ido perdiendo sus características más auténticas y antiguas, lo que viene provocando un sentimiento de pena en los propios viajeros.

Fenghuang, la extrema explotación

Para experimentar personalmente el encanto antiguo, Qiu Yijiao, empleada de buena posición económica de Beijing, seleccionó la localidad de Fenghuang, en el oeste de Hunan, como objetivo del viaje que realizó en el mes de septiembre reciente. Antes de partir, buscó información sobre este poblado y pudo conocer que había sido construido hace 300 años e históricamente ha sido la zona donde los grupos étnicos miao y tujia han vivido en comunidades compactas. Su paisaje y edificios antiguos se conservan bien: las calles pavimentadas con losas, las casas antiguas de madera erigidas a la orilla de ríos, el Palacio Chaoyang, el Templo Tianwang (Rey Celestial), el Palacio Dacheng, el Palacio Wanshou y otros. Por su agradable carácter histórico, el escritor neozelandés Rewi Alley lo consideró uno de los más preciosos poblados de China.

Fenghuang en estado de explotación extrema.  CFP

No obstante, al entrar en Fenghuang, la escena bulliciosa sorprendió a Qiu: las calles de sólo tres metros de ancho estaban llenas de turistas y guías hablando por micrófonos, y a lo largo de ellas se levantaban numerosas tiendas de sourvenires, en las que se vendían artículos que se pueden conseguir en cualquier lugar de China. Pero lo que le hizo sentirse más desesperada fue que los fenghuaneses demolieron casas antiguas de madera, y levantaron casas de ladrillos de dos o tres pisos que sirven de hoteles. Cada día más inmuebles modernos se yerguen entre los callejones antiguos. E incluso, las que parecen corresponder a épocas pretéritas no son sino imitaciones de la arquitectura tradicional china de hormigón y cemento.

Cuando caía la noche, las viejas viviendas se transformaban en bares ruidosos en los que los turistas cantaban y gritaban. “Es totalmente distinta de lo que imaginaba. O mejor dicho, es un centro de ocio”, precisó Qiu con desesperanza.

Tal fenómeno se repite también en otros sitios históricos del país. Cada día se pueden apreciar menos costumbres tradicionales y menos edificios de estilo antiguo, mientras los centros de transacciones de artículos turísticos e imitaciones sustituyen a los de antaño, caso que ha llamado atención de los expertos chinos en la protección del patrimonio cultural intangible.

Qianyang, en espera de ser explotado

Desde Fenghuang, conduciendo por cuatro horas y atravesando los caminos montañosos empinados, se puede llegar a otro pueblo con una larga vida, Qianyang, que si bien se le compara con el bullicioso Fenghuang, es un poco solitario.

Este poblado tiene una historia de 2.200 años, con un área antigua bien conservada. Las casas de tablas de madera viejas han perdido el color, mientras los altos muros Matou (construidos para la prevención de incendios), los aleros levantados y las ventanas de madera esculpidas parecen relatar la historia de este fantástico pueblo. Los ancianos y niños que nacen y crecen aquí cuidan estas añejas moradas, pues ya están acostumbrados a lavar las hortalizas y ropas en el patio, a jugar al ajedrez chino y platicar entre los vecinos, mientras la mayoría de los jóvenes salen del poblado buscando más oportunidad en las grandes ciudades. Es tan tranquila la vida en este lugar que casi no se ven negocios en las calles, excepto contados puestos y restaurantes.

Debido a su ubicación geográfica, en una zona montañosa, y el poco desarrollo de las comunicaciones, Qianyang siempre ha sido atrasado en la economía. Debido a la falta de capital, la municipalidad no tiene suficientes recursos para respaldar la voluntad de protección de la zona antigua. Y como no se han podido hacer las reparaciones necesarias, algunos edificios corren el riesgo de derrumbarse; los cables del tendido eléctrico colocados hace varias décadas parecen telas de araña y las cosas viejas en desuso están amontonadas en las esquinas de algunos patios antiguos. Además, los lugareños no han interiorizado el concepto del valor histórico del poblado, razón por la cual se desmantelan con frecuencia viejas construcciones y se edifican nuevas.

Frente al auge del mercado turístico, “también procuramos desarrollar nuestro sector”, expresó Yi Qiming, subdirector de la Administración de Turismo local. “Queremos crear una ruta de subsistencia. Con los ingresos provenientes del sector, podemos conservar y reparar los edificios y la cultura legados por nuestros antepasados; lo que también dejará beneficios económicos estables a la población local, que tendrá cada día más conciencia de la importancia de la protección del patrimonio”. Sólo las reparaciones requieren una gran cantidad de mano de obra y dinero, por lo que no se puede pensar en destruir los edificios modernos mezclados con los del pasado.

Lo que ha preocupado a Yi durante largo tiempo ha sido saber ¿cómo estos lugares antiguos pueden mantener sus características históricas y culturales en la explotación de turismo? A fin de elaborar planes apropiados para Qianyang, él ha visitado varios pueblos y ciudades de larga historia y realizado muchas investigaciones. Uno de estos sitios es Wuzhen.

Modo de desarrollo de Wuzhen

Wuzhen, en Zhejiang, es un exitoso ejemplo de la explotación del turismo y sus frutos logran el reconocimiento de mucha gente. Comparado con otros destinos del país, en éste no hay mucha comercialización y más bien parece un oasis de paz. La ONU reconoce el “Modo de Wuzhen” por sus exitosas experiencias.

La colocación de este pueblo en el mercado turístico se divide en dos etapas y aunque su superficie total es de cinco kilómetros cuadrados, las labores de acondicionamiento perduraron siete años. El gobierno local enterró todas las líneas eléctricas y de telecomunicaciones bajo tierra, junto con la construcción de un sistema de alcantarillado moderno, invirtió dinero en la instalación de baños sanitarios para cada familia y asumió la administración de los ríos.

Wuzhen, oasis de paz.

Conforme a los registros del poblado y las distintas épocas, se han elaborado planes para devolver las calles y edificios a su estado original y una vez descubren nuevas bases, reconstruyen las obras. Por su parte, la administración de Wuzhen ha organizado muy bien el producto turístico de la localidad, por ejemplo se han completado los equipos de salvavidas en los barcos de recorrido nocturno, y las tiendas sólo venden artículos típicos tradicionales. “Muchas localidades han planteado el desarrollo del turismo como un objetivo, mientras nosotros lo consideramos nada más un remedio. Pienso en convertir a nuestro pueblo en un lugar de residencia, en el que su principal industria sea el turismo, a fin de volver a prosperar”, destacó Chen Xianghong, presidente de la Compañía Limitada de Desarrollo Turístico de Wuzhen.

“Sin duda, una detallada planificación sirve como guía de acción en la explotación del sector”, afirmó Dai Bin, subdirector de la Academia de Turismo de China. De hecho, la proyección no sólo abarca las reparaciones y reconstrucción de los edificios antiguos, sino también otros temas relacionados con la protección, explotación y gestión posterior, tales como la financiación, captación de fondos, establecimiento de los habitantes, puesta en marcha de determinadas políticas, coste de gestión, etc.

Por el momento, el gobierno local de Qianyang ha invitado a los especialistas en turismo, historia y costumbres folklóricas a llevar a cabo estudios y demostraciones correspondientes. “Planificar y poner en práctica, así como proteger el patrimonio en el desarrollo del sector no son problemas fáciles de resolver. Sin embargo, nos hemos esforzado por conseguir éxitos”, enfatizó Yi.

Y los turistas como Qiu Yijiao sostienen el mismo punto de vista que los funcionarios, “Espero que dentro de unos años, cuando vuelva a visitar Qianyang, la localidad mantenga su actual estado tradicional y me deje disfrutar lentamente de su encanto”.

China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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