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Reportaje Exclusivo
Alimentación segura

Fue una mañana de un viernes a fines de octubre, en Dondon Farm, al pie de Fenghuang-ling, en el oeste de Beijing, en que Shi Yan y sus colegas estaban embalando los cacahuetes recién recogidos para transportarlos junto con las hortalizas y otros productos agrícolas de la temporada a las 36 familias miembros de la granja.

Además de las comidas, entregaron a cada receptor un Boletín del MACA (Modo de Apoyo de la Comunidad a la Agricultura) de Dondon Farm, en el que se detallan las verduras suministradas, conocimientos sobre conservación de ellas y recetas, así como los acontecimientos ocurridos en la granja durante la última semana.

Verduras orgánicas de Nanjing.  CFP
 

Prueba del MACA

El año pasado Shi Yan, doctorada de la Universidad del Pueblo Chino (Renda), fue designada como pasante en una granja de MACA del Estado de Minnesota, EE.UU. Esta experiencia le permitió concebir la idea de probar el método en Beijing.

MACA ya lleva más de 20 años operando en territorio estadounidense y hasta la fecha agrupa a más de 2.000 agricultores. A principios de la temporada de cultivo, los consumidores pagan por adelantado los productos de un año a los campesinos, quienes garantizan la seguridad de los alimentos aplicando métodos ecológicos y sostenibles para su producción, con lo que se elimina la figura de los comerciantes intermediarios, o sea, establece entre los campesinos y consumidores una comunicación directa. En base a la confianza mutua, los agricultores pueden aumentar sus ingresos y los consumidores consiguen los productos agrícolas orgánicos que necesitan.

Esta iniciativa inspiró a Shi Yan, quien decidió aplicarla en Beijing, poniendo en funcionamiento los primeros 20 mu (15 mu = 1 ha) al pie de Fenghuangling, en abril pasado.

Existen dos formas de convertirse en miembros de Dondon Farm: la primera es abonando una cuota normal, es decir, la granja les proporciona durante 20 semanas, de junio a octubre, verduras orgánicas, y a la vez, los miembros tienen que pagar por adelantado 2.500 yuanes, cifra que se puede reducir en 500 yuanes si los consumidores recogen sus propias verduras; otra es la cuota laboral, mediante la cual los miembros aportan 1.000 yuanes para lograr el derecho de renta de 30 m2. Ellos pueden cultivar lo que quieran y la granja les ofrece asistencia técnica.

“Al principio estábamos preocupados por si podíamos reclutar los miembros necesarios. Pero no tardamos mucho tiempo en incorporar a 50 personas, de las cuales 17 son de la forma de cuota laboral”, precisó Shi, quien reconoció que en el período inicial afrontaron algunos problemas. “Cuando suministramos las verduras de hojas en junio, muchos miembros expresaron su desacuerdo, pues no entendían por qué no les dábamos pepinos y tomates, hortalizas que corresponden a otra estación”. Después de escuchar las explicaciones, los consumidores aceptaron y mostraron su apoyo a este modo de gestión.

Shi Yan y su equipo están pensando en establecer varios invernaderos. Pero esto requiere variedades de verduras que no sean fácilmente atacadas por los insectos, a fin de garantizar los productos libres de pesticidas.

La tierra de la granja es de propiedad colectiva de las aldeas locales, es decir, Shi Yan y sus compañeros son nada más que la parte operativa y cobran una cuota por la administración, mientras los ingresos engrosan la cuenta de la aldea. “Por el momento, podemos mantener un equilibrio entre ingresos y egresos”, afirmó la gestora.

Como tenemos muchas personas esperando para convertirse en miembros de la granja, los empleados de Dondon Farm quieren aumentar la cifra de participantes de 150 a 200, pero a través de la renta de la tierra. “Podemos percatarnos de la preocupación de los aldeanos, pues no están seguros de poder ganar dinero de esta forma”, comentó Shi.

Además de unos 10 campesinos locales, la granja también contrata a pasantes universitarios y voluntarios que incluso provienen de EE.UU., Hong Kong y otras regiones. Muchos interesados acuden a visitarnos. Algunos de Xi’an y Xiamen, luego de estar un tiempo acá, alquilan tierra cuando regresan a su localidad para aplicar el sistema de MACA. Esperamos que este método pueda establecerse en todo el país, agregó Shi.

Shi Yan muestra el boletín de la granja.
 

Seguridad alimentaria, un tema cada día más presente

“Después de nacer mi hijo, hace cinco años, comencé a poner más atención en las comidas orgánicas, porque se presentaron muchos problemas en la seguridad alimentaria y, por otro lado, mi investigación está relacionada con esta área”, señaló Lü Yarong, profesora del Instituto de Agricultura y Desarrollo Rural de Renda.

Lü planificó su jornada laboral. Cada fin de semana ella lleva a su niño y familiares a la granja a gestionar su huerto. Como mucha gente no ha logrado alquilar la tierra, “siempre acuden a mi huerto a ayudarme a cultivar”, concretó sonriendo la profesora.

En nuestro país muchas madres jóvenes como Lü prestan gran atención a este tema después de parir. A Lily Cheng, que tiene una niña de un año, le interesan mucho las hortalizas y productos agrícolas orgánicos de los supermercados. “A pesar de que su precio es más alto que el de las verduras comunes, no pocos amigos escogen los alimentos orgánicos para sus hijos, pues los padres chinos no escatiman gastos cuando se trata de sus descendientes”, indicó Lü.

Actualmente las personas que pueden consumir alimentos orgánicos son las que pertenecen a las familias de ingreso medio y alto. Según una investigación de Dondon Farm, lo que gastan sus miembros en la compra de las hortalizas de la granja representa de un 0,5% a un 5% del total anual familiar, mientras la cifra promedio se sitúa en un 2%.

Aún así, los consumidores chinos son diferentes a los extranjeros. En la carta de incorporación a Dondon Farm, Shi Yan adjuntó especialmente una cláusula que establece que la granja garantiza el suministro de 400 jin (aproximadamente 200 kilos) de hortalizas durante 20 semanas. “Cuando estaba en EE.UU., ningún miembro preguntó por el peso que le correspondía. Incluso, muchos chinos preguntamos cuánto costaría cada kilo”. Luego de hacer los cálculos, comprobamos que diez yuanes por kilo es una oferta superior a la de los mercadillos, pero más barata que la de los productos orgánicos de los supermercados, por lo que la consideramos aceptable.

Luo Yuannan, directora del Proyecto de Agricultura y Alimentos de la Organización Greenpeace, sostiene que la mayor preocupación de los consumidores sobre las comidas orgánicas en los supermercados es si después de gastar tanto dinero están consumiendo realmente lo que piensan. Porque es imposible para ellos certificar todas sus compras. Entonces, según su punto de vista, los supermercados tienen la obligación de garantizar la calidad de las comidas orgánicas.

Shi Yan y sus compañeros realizaron estudios sobre el proceso de desarrollo de la alimentación orgánica en el extranjero y conocieron que fue la clase media la que empezó a reflexionar sobre el ambiente y la seguridad de los alimentos. Aunque en nuestro país son muchas las personas que ya llegan al nivel de ingreso medio, pocas de ellas tienen la conciencia al respecto. “Personalmente creo que esto está relacionado con la fase de desarrollo de China”, expresó la joven.

El medio ambiente de los países desarrollados comenzó a sufrir mucho antes que nosotros los efectos negativos de la industrialización, razón por la cual el tema comenzó a llamar pronto la atención de la gente. “Esta tendencia llegará inevitablemente a China antes de que pase mucho tiempo”, aseguró Shi.

Taller de embalaje en una fábrica de Shandong.  CFP

 

Establecimiento del concepto

Para Shi el propósito de MACA es transmitir un concepto: los ciudadanos deben apoyar el cultivo ecológico y asumir los riesgos junto con los campesinos, mientras estos últimos deben emplear métodos de producción saludables y ofrecer productos ecológicos.

La municipalidad del distrito de Haidian, el Instituto de Agricultura y Desarrollo Rural de Renda y otra compañía fundaron Dondon Farm como base de producción y estudio. Su calidad es más fácil de ser aceptada por los consumidores que si se trata de una familia campesina. La confianza es sumamente importante, porque en China la gente no acepta fácilmente el pago por adelantado.

“Por otra parte, no todos los agricultores que se dedican a este sector ganan dinero y pueden sobrevivir ante la competencia, porque algunos no poseen suficientes conocimientos sobre agricultura ni saben cómo promocionar sus productos. Según las investigaciones pocos hacendados y agricultores hacen una buena gestión de este tipo, explicó Luo.

Shi Yan considera que la carencia de una estrategia de comunicación directa es la causa principal de la mala gestión. “Los consumidores deben esforzarse por conseguir una relación de ayuda mutua”. Las personas tienen que seleccionar entre seguridad, obtención a tiempo y gran variedad de alimentos. Si los clientes quieren comer verduras variadas en cualquier época del año, tienen que aceptar productos transportados desde lejos, así como pesticidas y aditivos, imprescindibles para mantener la frescura.

En comparación con la producción mecánica y a gran escala, “la clave para lograr la seguridad de los alimentos es disminuir los escalones entre producción y consumo, de modo que los consumidores puedan contactar fácilmente con la fuente de producción. Al mismo tiempo, ellos prestan atención a sus productos y a la procedencia de lo que comen”, puntualizó Shi.

Luo Yuannan sostiene que “el alto precio de los alimentos orgánicos es la razón de las pequeñas superficies para su cultivo, por lo cual es difícil bajar los costos de producción”. Conforme a una encuesta hecha por Luo, un 80 por ciento de los compradores beijineses prefiere pagar una o dos veces más por los alimentos, pero si la oferta resulta cinco o incluso diez veces más cara que las hortalizas normales, poca gente los comprará.

Además de los consumidores, los productores deben poseer también el concepto sobre agricultura verde. Entre las empresas que negocian con Dondon Farm sobre cooperación, Shi Yan percibe que la mayoría de los comerciantes sólo fijan su consideración en si pueden o no obtener beneficios y no se percatan de que este es un sector de inversión a largo plazo. “El ciclo agrícola es muy largo, pero la mayoría de los inversionistas ponen su atención en las ganancias de los primeros dos años de la inversión”, precisó la chica. Según su parecer, se necesitan de tres a cinco años para establecer una relación profunda de confianza entre consumidores y agricultores, recuperar el ambiente y obtener beneficios.

Luo Yuannan señaló que la diferencia entre la producción convencional y la de cultivos orgánicos radica en resultados inmediatos e intereses a largo plazo. El Gobierno se preocupa por si hay suficiente suministro de granos a corto plazo. Pero existe un periodo de transición desde la agricultura convencional hasta la orgánica, lo cual toma más tiempo si se retrasa la transición.

 

 

China. Org. cn Agencia Noticiera Xinhua Diario del Pueblo Radio Internacional de China CCTV
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