Ocho medidas destinadas a promover la cooperación chino-africana anunció el primer ministro chino, Wen Jiabao, en la IV Reunión Ministerial del Foro de Cooperación China-África, celebrada los días 8 y 9 de noviembre en Sharm el-Sheikh, Egipto, con la presencia de jefes de Estado y Gobierno y altos funcionarios de los 49 países miembros de la organización.

Las iniciativas de Beijing tienen como propósito crear circunstancias más favorables para aliviar la pobreza de las naciones africanas y mejorar las condiciones de vida de la población local, para lo cual se concederá un préstamo preferencial de 10.000 millones de dólares en los próximos tres años y se eximirá a los gobiernos de los países más endeudados y menos desarrollados con los que existen vínculos diplomáticos de las deudas sin intereses que vencen a finales de este año.

Asimismo, se aplicará gradualmente el impuesto aduanero cero al 95 por ciento de los productos de los estados africanos menos desarrollados que tienen relaciones diplomáticas con China, se suministrarán 500 millones de yuanes en equipos médicos y medicamentos contra el paludismo, así como proyectos relacionados con la energía limpia, y se capacitará una gran cantidad de técnicos agrícolas, profesores, científicos y médicos del continente africano.

El encuentro llamó la atención sobre un informe del Banco Mundial publicado en julio de 2008, en el que se afirma que la inversión china en África contribuye a reducir la pobreza de los países de esa zona geográfica.

A partir de 2000, el monto del comercio chino-africano ha registrado un aumento anual del 33,5 por ciento y en el 2008 alcanzó los 106.700 millones de dólares, con un relativo equilibrio entre la importación y exportación. La inversión china en África permite impulsar el incremento económico local, aumentar la tasa de empleo y el ingreso tributario y elevar la capacidad de las distintas naciones para llevar adelante su propio desarrollo. Las infraestructuras en las que han invertido las empresas chinas, como carreteras, puentes y centrales eléctricas, constituyen la base para el posterior desarrollo del continente.

Por su parte, la cooperación energética es un elemento más de esta relación. China no es el mayor importador de petróleo de África y tampoco su inversión en la extracción de este recurso y del gas acompañante es la más grande, incluso para la mayor empresa petrolera china, según Beijing, su volumen de operaciones tampoco es el mayor.

La amistad y contactos entre China y África tienen una larga historia. En el siglo XV, Zheng He, gran navegante chino, llegó a ese continente para establecer lazos de amistad y en los años 50 y 60 del siglo pasado, los pueblos chino y africanos lucharon juntos en la oleada histórica contra el imperialismo, el colonialismo y la hegemonía.

En esta nueva centuria, las partes fundaron el Foro de Cooperación China-África y han sellado una relación de “amigos para siempre”, que ha pasado del “nuevo tipo de socios de estabilidad, igualdad y beneficio mutuo”, establecida en la I Reunión Ministerial de 2000, a la de “nuevo tipo de socios de estabilidad, igualdad, beneficio mutuo y cooperación completa”, fijada en la II Reunión Ministerial de 2003, hasta la asociación estratégica caracterizada por la confianza mutua en el terreno político, la cooperación y el beneficio mutuo en la economía, así como los intercambios para la transmisión recíproca de la cultura, establecida en la Cumbre de Beijing 2006.

La solidez de estos nexos de cooperación se explica por la asistencia cada vez más intensa que brinda China a África, sin condicionamientos políticos, el apoyo a las infraestructuras y los proyectos relacionados con el desarrollo social y la vida humana, tales como la agricultura, la medicina y la educación. Desde 1956, China ha respaldado la construcción de más de 900 programas en 53 países africanos en los sectores agropecuario, piscicultor, ligero, hidráulico, eléctrico, telecomunicaciones, transporte y procesamiento de los alimentos.

China ha proporcionado un gran apoyo a África, tanto material como tecnológico, además de capacitar a cerca de 30.000 profesionales, otorgar más de 20.000 becas, reducir y eximir las deudas gubernamentales de los 33 países más endeudados y menos desarrollados de la región, construir el ferrocarril Tanzania-Zambia y enviar equipos médicos y voluntarios jóvenes, vivas muestras de una ayuda sincera.