El hambre ha sido una amenaza severa que ha afligido a China a lo largo de la historia. De 1959 a 1961, varias calamidades naturales excepcionalmente graves afectaron al país y produjeron una aguda hambruna a nivel nacional. Cómo resolver el problema del abastecimiento de alimentos fue siempre un desafío para esta nación poblada.
En la década del 70 del siglo pasado, un chino llamado Yuan Longping logró elevar considerablemente la producción de arroz con la creación de una variedad híbrida que contribuyó no sólo a satisfacer la alimentación de centenares de millones de chinos, sino que benefició también a poblaciones de otros países.
Según una investigación, de 1976 a 1987, la tecnología de Yuan permitió incrementar la cosecha de arroz en 100 millones de toneladas, lo que entonces tuvo un auténtico significado de vida o muerte para los chinos, quienes todavía luchaban por conseguir suficiente comida.
Avances tecnológicos para conseguir suficientes alimentos
En 1995 Yuan Longping dio otro paso significativo en su estudio para lograr un tipo de arroz híbrido a partir de dos variedades. Después de aplicar este logro en el cultivo extendido del grano, se consiguió elevar en mayor grado la producción promedio. Más tarde, el investigador se dedicó al estudio del arroz híbrido super productivo, con el que se obtiene un rendimiento especialmente alto combinando las ventajas de las variedades híbrida y salvaje en su gen.
Gracias al esfuerzo de Yuan y sus compañeros, la meta de la primera etapa del estudio del arroz super productivo establecida por el Ministerio de Agricultura se hizo de realidad en 2000, con una producción de 700 kilos por mu (15 mu equivalen a aproximadamente una hectárea). Posteriormente, en octubre de 2004, un año antes de la fecha prevista, concluyó con éxito la segunda etapa de la investigación científica, tras plantar una nueva variedad que fue capaz de producir 847 kilos por mu. Ambos logros justifican la plena confianza que Yuan tiene en conseguir en 2010 el objetivo de la tercera etapa, los 900 kilos por mu del grano, previsto en un principio para 2015.
Actualmente el área destinada al cultivo del arroz híbrido abarca los 250 millones de mu, equivalente al 57% de la plantación total de arroz, distribuida en el sur de China. Según el experto, en el norte del territorio nacional se cultiva el arroz de grano redondo en una extensión de cerca de 100 millones de mu, mientras en el sur se planta principalmente el arroz no glutinoso en 300 millones de mu, al cual pertenece el tipo de arroz híbrido. “Estamos empeñados también en el estudio de la hibridación del arroz de grano redondo. El tipo actual de arroz híbrido no es resistente al frío de las zonas del norte. Si podemos superar esta barrera, la superficie de cultivo de arroz híbrido podría llegar al 80% del total de los campos de arroz del país”.

A través del microscopio, Yuan Longping, académico chino observa la evolución de un brote de arroz. Cnsphoto
El 20 de octubre pasado, Sun Zhengcai, ministro de Agricultura de China, señaló que el progreso científico y tecnológico ha constituido la fuerza definitiva para promover el desarrollo de la agricultura nacional y la economía de las zonas rurales. La tasa de contribución del avance científico a la agricultura se ha incrementado del 19,9% de la década del 50 del siglo pasado al 51% en la actualidad. El titular del sector destacó especialmente la función del aprovechamiento de las buenas variedades para incrementar el abastecimiento de cereales y otros productos agrícolas.
Conforme a estadísticas incompletas, durante los 60 años de la Nueva China se crearon más de 10.000 nuevas variedades de cultivos agrícolas y se llevaron a cabo cinco o seis actualizaciones de especies a gran escala, lo que contribuyó a elevar la producción de cereales por mu desde los 69 kilos en 1949 hasta los actuales 330 kilos, así como a incrementar la producción total de cereales de 115 millones de toneladas a los presentes 528,5 millones de toneladas.
En la actualidad, China cuenta con una población de 1.300 millones de personas y una ocupación de tierra per cápita de 1,3 mu, cifra que, para 2030, aumentará en el primer caso a 1.600 millones de personas y se reducirá en el segundo a 1 mu. Sobre la seguridad alimentaria del país, Yuan Longping expresó su plena confianza en la aplicación de las políticas preferenciales del Estado, la estimulación del entusiasmo de los campesinos por cultivar cereales y la utilización de tecnologías agrícolas avanzadas y buenas variedades.
“Una noche soñé que el arroz en nuestro campo de experimentos lucía tan alto como el sorgo, con las espigas similares a las escobas y los granos del tamaño del maní. Mis ayudantes y yo podíamos tomar el fresco bajo las espigas”, contó con ilusión Yuan, quien pese a sus 80 años conserva el carácter propio del campesino. No ha cambiado e insiste en laborar en el campo. Cuando intentamos localizarlo por teléfono, contestó que él siempre se encuentra en su terreno experimental o camino de él.
Beneficiar a más personas
Como el principal cultivo a nivel mundial, el arroz se planta en 120 países y regiones de la Tierra y alimenta a más de la mitad de su población. Sin embargo, la producción promedio actual permanece sólo en 200 kilos por mu.
“China no sólo es capaz de satisfacer su demanda de alimentos, sino también ayudar a la población mundial al respecto”, afirmó Yuan y continuó: “En más de 2.200 millones de mu de la superficie actual que se dedica en el mundo al cultivo del arroz, por lo menos la mitad es apropiada para plantar arroz híbrido. Si en 100 millones de mu sembramos esta variedad, vamos a conseguir un aumento de 15 millones de toneladas de arroz, con las que se puede dar de comer a 100 millones de personas, si calculamos un per cápita de 150 kilos”.
En los años 90 del siglo pasado, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) acordó difundir el cultivo del arroz híbrido como medida primordial contra la escasez de cereales en los países en desarrollo. Según estadísticas, a nivel global existen 5.000 millones de mu en los que se planta el arroz híbrido, incrementando en 500 millones de toneladas la disponibilidad del grano. Cada año la superficie de cultivo se eleva en alrededor de 240 millones de mu, que aumenta la cantidad necesaria de cereal para 70 millones de personas.
La tecnología del arroz híbrido forma parte importante también del contenido de la asistencia proporcionada por el Estado chino a otros países en desarrollo. Conforme a Chen Deming, ministro de Comercio de China, hasta el momento el país ha formado más de 2.000 expertos de 50 países en la hibridación del arroz y ha establecido centros de demostración de la tecnología sobre la plantación del arroz híbrido en Filipinas, Liberia y otras naciones. En la primera de ellas, el cultivo del grano ya es muy amplio y se cosechan tres toneladas más por hectárea en comparación con otras variedades locales de arroz bajo las mismas condiciones. A estos países China también envió expertos que se encargaron de instruir a las personas en la aplicación de tecnologías, como el mejoramiento de las especies, la plantación, la elaboración, etc. Con otros países, como Ghana y Zambia, se han firmado convenios para el envío de expertos chinos a los campos de cultivo.

La creación y empleo de variedades mejoradas contribuye en gran medida a elevar la producción de cereales. CFP
Según el ministro, en 1993 China ayudó a Vietnam a introducir el arroz híbrido y dedicarlo al cultivo a prueba, logrando un aumento por encima del 20% en la producción en comparación con las variedades convencionales. Gracias a la experiencia china, la India también elevó en un 30% su cosecha de arroz. A partir de 1996, a través de varios proyectos de “Cooperación Sur-Sur” con la participación del Gobierno chino, la FAO y los gobiernos de los países beneficiados, China envió a siete países, entre ellos Mauritania y Ghana, más de 700 expertos y técnicos de la agricultura para enseñar cómo se cultiva el arroz híbrido y la utilización de otras tecnologías agrícolas avanzadas. Desde 2007 hasta hoy, China ha exportado en total casi 50.000 toneladas de semillas de esta variedad.
Para Yuan Longping, Vietnam es un ejemplo en el cultivo del arroz híbrido. En la pasada década del 80, los campesinos vietnamitas que habitan cerca de la frontera con Guangxi de China empezaron a introducir y plantar el arroz híbrido. A día de hoy, el vecino estado dispone de 10 millones de mu para el cultivo de este alimento, en los que logra una producción mayor a los 400 kilos por mu como promedio, lo que ha contribuido a que Vietnam haya dejado de importar arroz y se haya convertido en el segundo mayor exportador del mundo de este producto, sólo precedido por Tailandia.
Formar a los expertos extranjeros
El 12 del septiembre pasado, la Compañía de Tecnologías Agrícolas de Punta Yuan Longping fue condecorada por el Ministerio de Comercio con el título “Base de Formación de la Tecnología de Híbridación del Arroz para la Asistencia al Exterior”. Desde 1999 esta empresa ha capacitado a cerca de un millar de funcionarios, administradores, científicos y técnicos de más de 50 países y regiones de Asia y África.
En los últimos años, además de la tecnología del arroz híbrido, el Gobierno chino también llevó a cabo en mayor grado su asistencia al exterior en la pesca y la ganadería, enviando expertos y proporcionando equipos y materiales necesarios. De acuerdo con Chen Deming, desde los años 50 del siglo XX, el Gobierno chino ha ayudado a 62 países a completar 216 proyectos agrícolas y formar en el país más de 20.000 funcionarios y técnicos de la agricultura extranjeros.
En la Cumbre Beijing del Foro de la Cooperación China-África, celebrada en noviembre de 2006, el presidente chino, Hu Jintao, declaró la construcción de 10 centros de demostración agrícola y el envío de 100 eminentes expertos de la agricultura a ese continente. En septiembre de 2008, en la Reunión de Alto Nivel sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU, el primer ministro chino, Wen Jiabao, reiteró las medidas de asistencia al exterior en la agricultura propuestas por Beijing, incluyendo la de incrementar hasta 30 el número de centros de demostración de la tecnología agrícola en los países en desarrollo y elevar a 1.000 expertos y técnicos más que trasmitirán sus experiencias en otras tierras. También el premier prometió capacitar en China a 3.000 especialistas de países en desarrollo y donar 30 millones de dólares a la FAO para establecer el fondo fiduciario.

Funcionarios agrícolas provenientes del sur de África vinieron a China en mayo de 2004 a aprender la técnica de
la polinización artificial en un invernadero de la aldea de Tengtou, provincia de Zhejiang. CFP |