El ascenso de Chang E a la Luna.
Entre las leyendas chinas hay una sobre una diosa que habita en la Luna, acompañada por un conejo, que luce una fisonomía bella y una figura esbelta y siempre mira desde lejos a los seres humanos en la Tierra. Ella es conocida entre los chinos como Chang E y su nombre es sinónimo de la Luna en la literatura.
Volar hacia la Luna
Chang E fue la esposa de Yi, un famoso arquero. Un día, cuando Yi cazaba en la montaña, encontró por primera vez a Chang E debajo de un laurel. Enamorados a primera vista, ambos decidieron contraer matrimonio con el árbol como casamentero. Después de la boda, la pareja compartió una vida tan feliz que el esposo deseaba vivir así para siempre, por lo que fue a ver a la suprema diosa del cielo, quien le regaló el elíxir de la vida eterna. La diosa le advirtió a Yi que la porción del elíxir era suficiente para que dos personas fueran inmortales y que si una sola lo tomaba completo, podría volar al cielo y convertirse en un dios.
Después de regresar a casa, Yi dejó que su esposa conservara la poción. Sin embargo, aprovechando la ausencia del marido, un alumno suyo, Peng Meng, trató de robar el brebaje y peleó con Chang E. Incapaz de resistir al intruso, la joven sacó el elíxir y lo bebió. Inmediatamente su cuerpo se hizo tan ligero que se separó del suelo y voló al cielo. Deseosa de estar lo más cerca posible de la Tierra, la joven paró finalmente en la Luna.
Según otra versión de la leyenda, para convertirse en diosa, Chang E tomó sola el elíxir cuando Yi salió a cazar y voló hasta la Luna. Sin embargo, en el palacio lunar la joven llevaba una vida vacía y solitaria, sin ninguna compañía. Arrepentida, la mujer se convirtió en una rana blanca que se dedicó a la elaboración de medicinas.
En todas las versiones de la leyenda, Chang E se transforma en una diosa a partir de un ser humano. Su imagen bailando con las mangas largas representa la belleza femenina oriental. Es una diosa, pero con sentimientos humanos, que se ha granjeado el afecto de los chinos.
Flechar los soles
Yi también es un héroe legendario para los chinos. Fue él quien unificó en la prehistoria las tribus en conflicto y guerra y estableció un país poderoso, en el que el pueblo pudo disfrutar de una vida pacífica, tranquila y feliz.
Sin embargo, un día, de repente, aparecieron diez soles en el cielo que iluminaban la tierra con tanto calor que hasta del suelo salía humo, se secaba el mar y el ser humano luchaba por sobrevivir. Con la decisión de salvar a su pueblo, Yi recorrió 99 montañas, atravesó 99 ríos y sobrepasó 99 valles, logrando llegar finalmente a la cima de la cordillera Kunlun. Allí estiró con todas sus fuerzas la cuerda de su arco mágico y disparó nueve flechas con las que derribó igual cantidad de soles, dejando sólo uno en el cielo. Por esta hazaña Yi fue admirado y respetado por todo el mundo.
Fiesta del Medio Otoño
El día 15 del octavo mes del calendario lunar es la fiesta del Medio Otoño de China, ocasión en la que las personas celebran con su familia bajo la luna llena y comparten la torta de la luna. Dicen que esta tradición también se originó por motivo de Chang E.
Tortas de la luna.
Echando de menos a su esposa y con el corazón destrozado, Yi miró al firmamento nocturno y gritó el nombre de su amada. De pronto descubrió que la Luna mostraba un brillo especialmente claro y preparó las frutas y dulces favoritos de Chang E y los expuso en una mesa al aire libre, para mostrar de esta manera su añoranza a su esposa. Al enterarse de que Chang E se había convertido en una diosa, el pueblo imitó la acción del marido, ofrendando frutas y comidas a la Luna, para que Chang E les bendijera con felicidad y seguridad. Así, poco a poco, fue originándose la tradición de agasajar a la Luna el día 15 del octavo mes de cada año.
Conmovida por el amor sincero y profundo de la pareja, la diosa gobernante de la Luna permitió que cada Fiesta del Medio Otoño Chang E pudiera regresar y reunirse con su esposo. Dicen que esa noche la gente puede oír el murmullo de los dos debajo del laurel.
Chang E sugirió una vez a Yi: "Generalmente no se me permite regresar a tu lado. Sin embargo, en la noche de luna llena puedes preparar con harina una torta con forma de luna, la pones en el rincón noroeste de la habitación y gritas continuamente mi nombre. De esta forma, a media noche, seré capaz de volver a casa". Efectivamente, después que Yi hizo todos los preparativos, vio a su esposa bajar de la luna para reunirse con él. Este es el origen de la torta de la luna en la leyenda. La tradición de celebrar la Fiesta del Medio Otoño refleja la aspiración de los chinos por la vida feliz y la familia unida.
Leyendas sobre la Luna
Los chinos admiran la Luna y la toman como uno de los temas más populares de las creaciones folklóricas. En la novela Peregrinación al Oeste, una de las cuatro obras clásicas más importantes de China, un personaje importante, Zhu Bajie, fue al principio mariscal de alto rango en el mundo celestial. No obstante, después de una borrachera fue incapaz de resistir la belleza de Chang E y trató de flirtear con ella, razón por la que fue castigado a bajar al mundo humano, pero por una equivocación entró en él a través del cuerpo de una cerda preñada y después de su nacimiento se vio obligado a vivir con cara de cerdo. También en esta novela, el conejo de jade, mascota de Chang E, aprovechó una oportunidad para escapar al mundo humano convertido en una princesa bellísima que intentó seducir al monje Tangseng. Finalmente, con la ayuda de Chang E, el conejo fue dominado y el monje y sus discípulos pudieron seguir su viaje hacia la India, con el fin de conseguir las sutras reales del budismo.
En la leyenda de la etnia Gaoshan, de China, una joven pareja se convirtió en el Sol y la Luna. Al principio el mundo estaba totalmente en penumbras y el ser humano se alumbraba sólo con antorchas. Para localizar la luz, la pareja recorrió todo el mundo y al fin voló al cielo, transformándose uno en el luminoso Sol y la otra en la agradable Luna.
También es muy conocida la historia de Wu Gang talando el laurel. Delante del palacio lunar hay un laurel gigante, al pie del cual un hombre se esfuerza todos los días por tumbarlo con su hacha. Sin embargo, después de cada golpe, la grieta recién abierta se recupera y desaparece inmediatamente. Miles años después, pese al duro y continuo trabajo, el árbol sigue intacto. El hombre se llama Wu Gang, un mortal de la dinastía Han (202 a.n.e.-220 d.n.e.) que fue discípulo de un dios y logró llegar al mundo celestial. Pero por un error cometido, él recibió el castigo de realizar esta tarea diariamente.
Satélite Chang E 1.
Proyecto Chang E
La bella Chang E, el amable conejo de jade, el enorme laurel y todas las atractivas leyendas sobre la Luna provocan la curiosidad de los chinos por el único satélite natural de la Tierra y estimulan su deseo de visitarla y explorarla desde miles años atrás.
Los científicos chinos plantearon desde muy temprano un plan para la investigación lunar. Después del largo periodo de preparativos, en enero de 2004 se fundó oficialmente el proyecto dedicado a la exploración de la Luna, bautizado como Chang E, a la vez que se llamó Chang E-1 al primer satélite artificial lanzado por el país rumbo a la Luna. El 24 de octubre de 2007 despegó del Centro del Lanzamiento de Satélites de Xichang el Chang E-1, que poco tiempo después comenzó a orbitar a 200 km de la superficie lunar, para llevar a cabo su misión de exploración científica, hasta que el 1 de marzo de 2009 se estrelló, según lo previsto, con la superficie lunar, marcando el fin exitoso de la primera misión china de exploración de la Luna.
Dotada de una belleza legendaria, el proyecto Chang E se carga en mayor grado de la audaz imaginación y roza la aspiración del pueblo chino por conocer el bello cuerpo celeste más próximo a la Tierra.
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