La
protección del medio ambiente, uno de los pilares del X Plan
Quinquenal
China desea formar parte de los países
desarrollados a mediados del presente siglo. Pero, debido a la doble
presión que el desarrollo económico y la protección
del medio ambiente ejercen sobre ella, deberá esforzarse
más que los países occidentales para alcanzar ese
objetivo.
Estadísticas recientes indican que estos
últimos años las tormentas de arena procedentes del
norte han causada unas pérdidas económicas directas
valoradas en 54.000 millones de yuanes anuales, cifra que equivale
al valor conjunto de la producción agrícola, forestal,
ganadera y piscícola de las provincias de Gansu, Ningxia
y Mongolia Interior. En los siete sistemas fluviales de China, la
calidad del 62% de las aguas superficiales no cumple la norma nacional
y el 52% de los ríos que atraviesan ciudades están
gravemente contaminados.
En el Proyecto del X Plan Quinquenal (2001-2005),
elaborado en la IV Sesión de la IX Asamblea Popular Nacional,
se dedicó amplio espacio a los proyectos orientados al control
demográfico, la protección del medio ambiente y la
construcción ecológica. A fin de asegurar la ejecución
de los mismos, a lo largo del próximo quinquenio China invertirá
el 1,2% de su PIB en la protección del medio ambiente, porcentaje
bastante más elevado que el 0,93% asignado en el IX Plan
Quinquenal.
China pondrá en marcha de manera global
las obras para el tratamiento de la contaminación hídrica
en el curso superior del río Yangzté, las zonas aledañas
a los embalses de las Tres Gargantas, el curso medio del río
Amarillo y las cuencas del río Songhuajiang. Por otra parte,
se esforzará en conseguir que las tasas de tratamiento y
de reutilización de las aguas residuales lleguen, respectivamente,
al 45% y el 60%.
La construcción ecológica es la
tarea prioritaria en la estrategia de explotación del Oeste.
Por lo tanto, es necesario frenar el avance hacia el sur de la zona
de viento arenoso comprendida entre la meseta de Tarim (en el oeste)
y la planicie de Songnen (en el este), cuya extensión es
de 4.500 kilómetros de largo y 600 kilómetros de ancho.
China prohibe mediante una orden promulgada explícitamente
la explotación de los bosques naturales cercanos a los cursos
superiores de los ríos Yangtsé y Amarillo.
El proyecto de devolución de tierras
de cultivo a la silvicultura y la praticultura se está
llevando a cabo estrictamente; hasta la fecha, se han devuelto 330.000
hectáreas de tierras de cultivo y se han reforestado 8130.000
mu de colinas estériles. Este año, se invertirán
3.600 millones de yuanes en la recuperación de 330.000 hectáreas
de pastos.
El proyecto consistente en enviar gas natural
del Oeste al Este, proyecto que requiere una inversión
de 140.000 millones de yuanes, contribuirá a que dentro de
tres años China pueda utilizar plenamente este recurso energético
limpio. Por otra parte, el proyecto de trasvase del Sur al
Norte facilitará la forestación del norte; además,
el trasvase de agua desde el río Yangtsé hasta el
Norte contribuirá a evitar la desecación del río
Amarillo.
La forestación de las ciudades es también
una tarea muy importante. Shanghai quiere que en el 2005 la superficie
verde per cápita llegue a siete metros cuadrados, mientras
que Shandong está esforzándose por lograr que su superficie
forestal pase del 18,8% al 25%. Tras incrementar su cobertura forestal
en un millón de metros cuadrados durante varios años
consecutivos, este año la famosa ciudad paisajística
de Hangzhou planea aumentarla en cinco millones de metros cuadrados.
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