Borges
y su bastón chino
EN los momentos actuales, el nombre de Jorge Luis
Borges (1899-1986), gran escritor y poeta argentino, ya no es de
ningún modo ajeno a la intelectualidad china, sobre todo después
de que el año pasado se publicara la edición en chino de sus Obras
Completas .
Las obras de este eminente escritor argentino
comenzaron a aparecer en China en los años 80 y lograron de inmediato
la aclamación de los lectores chinos. En particular, sus trabajos
ejercieron una gran influencia en los escritores de la joven generación
china.
En el transcurso de su vida Borges abrigó un fervoroso
afecto por China. En sus obras, se refirió frecuentemente a la cultura,
la historia y las tradiciones de nuestro país. Por ejemplo, el protagonista
de su novela El jardín de senderos que se bifurcan es chino. Además
de eso, todavía hay otra prueba clara e interesante que testimonia
el estrecho vínculo que unía a Borges con China: un bastón chino.
Hace más de 20 años, en el barrio chino de Nueva
York, María Kodama, esposa de Borges, compró para su compañero íntimo
un bastón de bambú procedente del sur de China. Inspirándose en
ese exótico objeto, Borges escribió un poema bellísimo titulado
El bastón de laca (cuyo su texto íntegro al final de este artículo).
Desde aquel entonces, Borges no se apartó de ese bastón ni un paso
y lo sostuvo en sus manos durante los últimos siete años de su vida.
El señor Huang Zhiliang, antiguo embajador de
China en Venezuela, visitó al escritor argentino cuando hace 20
años se encontraba trabajando de diplomático en este país sudamericano.
Durante la entrevista con el señor Huang, Borges le dijo muy emocionado:
"Incluso he soñado con que un día visitaría China. Aunque me
he quedado ciego, sería maravilloso poder palpar la Gran Muralla".
Mientras pronunciaba esas palabras, Borges sostenía justamente el
bastón chino en su mano
Pero fue su viuda, María Kodama, quien en marzo
del año pasado se desplazó expresamente hasta Beijing con el propósito
de asistir al acto de presentación de la traducción de las Obras
Completas de Jorge Luis Borges al chino, ocasión que aprovechó para
visitar la Gran Muralla China, haciendo así por fin realidad el
deseo incumplido de su difunto esposo.
EL BASTÓN DE LACA
María Kodama lo descubrió. Pese a su autoridad
y a su firmeza, es curiosamente liviano. Quienes lo ven lo advierten;
quienes lo advierten lo recuerdan.
Lo miro. Siento que es una parte de aquel imperio,
infinito en el tiempo, que erigió su muralla para construir un recinto
mágico.
Lo miro. Pienso en aquel Chuang Tsu que soñó
que era una mariposa y que no sabía al despertar si era un hombre
que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba
ser un hombre.
Lo miro. Pienso en el artesano que trabajó
el bambú y lo dobló para que mi mano derecha pudiera calzar bien
en el puño.
No sé si vive aún o si ha muerto.
No sé si es taoísta o budista o si interroga
el libro de los sesenta y cuatro hexagramas.
No nos veremos nunca.
Está perdido entre novecientos treinta millones.
Algo, sin embargo, nos ata.
No es imposible que Alguien haya premeditado
este vínculo.
No es imposible que el universo necesite este
vínculo.
Por nuestro reportero XU
ZHONGLIN
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