“La
igualdad entre hombres y mujeres varía con el tiempo”
Visita
a Wang Xiancai, miembro de la CCPPC
EN la actualidad, las mujeres chinas llevan
una vida ciertamente agotadora, ya que además de trabajar
fuera del hogar, se encargan del trabajo doméstico, que incluye
la preparación de tres comidas diarias. Por lo tanto, es
comprensible que la profesión de niñera se encuentre
en auge, fenómeno que puede ejemplificarse con las siguientes
cifras: en la ciudad de Shenyang se necesitan aproximadamente
96.000 niñeras, pero sólo hay 56.000; en la ciudad
de Wuhan se necesitan 100.000, pero sólo hay 10.000; y
en la ciudad de Nanjing se necesitan 360.000, pero sólo
hay 120.000.
Debido a la gran demanda de este tipo de trabajadores,
su status se ha elevado considerablemente. El Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social ha reconocido las labores domésticas con el
nombre de “trabajos de administración familiar”. Wang Xiancai,
miembro de la CCPPC, explicó así este término: “el
concepto de 'administración' abarca la administración
estatal, la municipal, la de centros de enseñanza, la familiar,
etc. En la novela clásica china Sueño del pabellón
rojo, Lin Ruhai, padre de Lin Daiyu, la protagonista femenina,
asume el cargo de administrador de la sal y de la enseñanza,
cargo de igual categoría que la del de funcionario del
gobierno provincial. En Nanjing hubo una universidad femenina
que contaba con una facultad de administración familiar.
Todo ello nos indica que debemos prestar atención a las
tareas domésticas”.
Debido a la dificultad de encontrar empleo,
hace unos años hubo quienes propusieron animar a las mujeres
casadas y a las que ganan poco a regresar a casa para cuidar a
los niños y realizar las labores domésticas. La sociedad
parece haber rechazado esta propuesta, mientras que las trabajadoras
han protestado contra ella por considerar que constituye un desprecio
hacia las mujeres. Algunas han replicado preguntando por qué no
se anima a los trabajadores a volver a casa. En cuanto a este
problema, Wang Xincai dijo: “Esa propuesta no es un prejuicio
teológico contra la mujer, sino una manera diferente de
dividir el trabajo entre el hombre y la mujer. En la antigua sociedad
matriarcal, las mujeres ya se encargaban de cuidar a los niños
y de realizar las tareas domésticas. De un tiempo a esta parte,
hay más hombres que se encargan de estas tareas a fin de
satisfacer la demanda de personal para cuidar a enfermos y ancianos
del sexo masculino. Sin embargo, esta profesión no tiene
futuro para los hombres, porque casi nadie está interesado
en contratar a un hombre para realizar las labores domésticas”.
La idea de animar a las trabajadoras a regresar
a casa no es nueva. En los años 50, China hizo un llamamiento
para que las trabajadoras, incluidas las que participaron en la
revolución previa a la fundación de la Nueva China,
volvieran a casa con el fin de mejorar la estabilidad de la familia
y favorecer el trabajo social. Wang ha recalcado: “Ahora volvemos
a discutir esta idea en el marco de la adaptación al desarrollo
de la sociedad”.
En respuesta a la cuestión de si el hombre
y la mujer gozan del mismo status, Wang dijo: “La igualdad de
la posición social debe expresarse básicamente en
las posiciones moral, política, legal y económica,
y no en la situación laboral. Por supuesto, una mujer que
no tenga trabajo está en una posición de dependencia
económica, lo que alimenta el machismo de algunos hombres.
Sin embargo, este machismo, fundamentalmente erróneo, puede
corregirse poco a poco respetando la Ley de Matrimonio, en la
que se estipula que mientras dure la relación matrimonial,
los ingresos de cualquiera de los cónyuges son propiedad
común de ambos. La división racional del trabajo
entre hombres y mujeres es tan importante como la división
de misiones en un ejército, donde las victorias de las tropas
que luchan en el frente son inseparables de los servicios prestados
por las unidades de la retaguardia. Por esta razón, el
perfeccionamiento de la división del trabajo entre hombres
y mujeres significa un progreso social y una mejora de las condiciones
de vida y de producción.