La
Asamblea Popular Nacional: Retrospección y perspectivas
EN China se aplica el sistema de asamblea popular,
el cual difiere tanto del sistema bicameral estadounidense como
del sistema parlamentario de los países europeos. Todos los años,
los diputados de la Asamblea Popular Nacional (en adelante, APN)
procedentes de las diversas provincias, regiones autónomas y municipalidades
se reúnen en Beijing para escuchar y estudiar los informes del Gobierno
Central y el plan de desarrollo para los años venideros. Los debates
que tienen lugar en las reuniones de la APN suelen centrarse en
una serie de temas candentes, por lo que según los analistas políticos
tales reuniones reflejan la tendencia general de las políticas chinas.
Los temas de las diferentes épocas reflejan asimismo el modo de
pensar de los ciudadanos en cada una de ellas.
Desplazamiento del foco de interés hacia la
construcción económica
En
los primeros años de la década de los 50, el poder político del
Partido Comunista Chino aún no se había consolidado, puesto que
llevaba poco tiempo en el poder. En consecuencia, su objetivo prioritario
era la salvaguarda de los fundamentos del poder político, la lucha
sin cuartel contra los sabotajes y la recuperación de la economía
nacional. Durante un período bastante prolongado, los enfrentamientos
ideológicos se erigieron en la tarea principal.
En 1978, un grupo formado por 18 familias campesinas
de un equipo de producción de Fengyan, distrito de la provincia
de Anhui, repartieron la tierra de la colectividad, exponiéndose
con ello a ser encarcelados. Esta acción marcó el inicio del sistema
de contrato por responsabilidad en las áreas rurales de China, la
experiencia más exitosa de la reforma rural. Ese mismo año, se convocó
la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista
Chino, en la que Deng Xiaoping presentó la idea de “permitir que
una parte del pueblo sea la primera en prosperar”.
Sin embargo, el objetivo fijado por la Asamblea
Popular Nacional fue el de “sujetar el cabo en la administración
de los asuntos estatales, con el fin de lograr grandes resultados
en tres años, y conseguir que a finales de siglo China fuera una
poderosa nación socialista”. En aquel entonces, nuestro país aún
vacilaba ante la disyuntiva de volver a la lucha ideológica o convertir
la construcción económica en la tarea principal.
En
una sesión de la APN celebrada en 1979, se proclamó que “la era
en la que el objetivo principal era la lucha de clases” había terminado.
En esa misma reunión se propuso el principio de “reajuste, reforma,
rectificación y elevación de los estándares”. Ese año se promulgó
y entró en vigor la Ley de Sociedades de Capital Riesgo Sino-Foráneas
de la República Popular China”; y por lo que respecta a la inversión
en capital productivo, las asignaciones financieras fueron sustituidas
por créditos bancarios, sustitución que inyectó un nuevo vigor en
la economía nacional.
En 1980 los políticos chinos se volvieron más
pragmáticos. En el informe del Gobierno presentado en las reuniones
de la APN se hablaba tanto de los logros como de los defectos, así
como de importantes cifras incluidas en el plan, entre ellas las
correspondientes a los déficit. Se abolió el sistema de dirigentes
vitalicios y dio comienzo el proceso de supresión del culto a la
personalidad. En las paredes de los estrados, el emblema del país
reemplazó al retrato del líder. Algunos dirigentes participaron
en los debates de las reuniones como diputados ordinarios y dejaron
de “visitar a los diputados” a título de líderes. Todo ello hizo
sentir a los diputados que los cambios ya habían empezado a producirse.
En 1981, en el informe presentado en la sesión
de la APN se propuso el seguimiento de una nueva senda caracterizada
por los buenos resultados económicos, para que los ciudadanos pudieran
acceder a beneficios más prácticos. De acuerdo con este principio,
y después de que China adoptara la política de reforma económica
y apertura al mundo exterior, se estableció la primera empresa privada
de nuestro país. Aparecieron numerosas “familias de 10.000 yuanes”
y algunos ciudadanos comenzaron a dirigir sus propias empresas.
En 1982, los documentos de la APN incluyeron el
objetivo en dos fases presentado por Deng Xiaoping dos años antes.
El objetivo de la primera fase era conseguir que a finales de los
años 80 el valor bruto de la producción industrial y agrícola doblara
el de 1980; el objetivo de la segunda fase era cuadruplicar la cifra
de 1980, es decir, lograr que de los 710.000 millones de yuanes
de 1980 se pasase en 1999 a 2,8 billones de yuanes. La grandiosidad
de este plan acrecentó la confianza del pueblo chino en la construcción
económica y su determinación de llevarla a cabo. En el curso de
esa sesión se examinó el plan quinquenal cotejándolo con dicho objetivo.
Al mismo tiempo, se revisó la Constitución de
la República Popular China y se estableció como principio guía general
la idea de “una tarea central y dos puntos básicos”, siendo la
construcción económica la primera; y los segundos, la adhesión a
los cuatro principios cardinales y la adhesión a la reforma y la
apertura. El emprender el camino de la construcción de un socialismo
con características chinas se convirtió en la voluntad del Estado.
En 1988, la APN aprobó el establecimiento de la
provincia de Hainan y designó esta isla zona económica especial.
Ello permitió a Hainan dejar de ser una isla remota y transformarse
en una nueva zona de desarrollo con un gran crecimiento económico
y en un polo de atracción de personal de talento de la parte continental.
Tras
14 años de reforma y apertura el pueblo chino había alcanzado la
madurez. En 1993, “la profundización de la reforma y la ampliación
de la apertura” se convirtieron en los principios rectores del desarrollo
económico y se propuso el establecimiento gradual de un sistema
de mercado relativamente perfecto. Partiendo de la realidad objetiva
de China, se decidió asimismo aplicar audazmente a la construcción
de la economía de mercado nacional la experiencia foránea, especialmente
la de los países económicamente desarrollados. Hubo un tiempo en
que, debido a las diferencias ideológicas, China rehusó aceptar
a Europa y a Estados Unidos. Tras 14 años de reforma y apertura,
nuestro país terminó por reconocer los puntos fuertes de los demás
y admitió sus propios defectos.
Entretanto, la APN aprobó las enmiendas de la
Constitución, aprobó el plan de reforma del Consejo de Estado, convino
en establecer el Comité Preparatorio de la Región Administrativa
Especial de Hong Kong y adoptó la Ley Fundamental de la Futura Región
Administrativa Especial de Macao.
En 1999, a pesar de que la crisis financiera del
sudeste de Asia había llegado a su fin, en el pueblo chino quedó
un residuo de temor. Habiendo adquirido conciencia de los riesgos
inherentes al desarrollo económico, China empezó a comprender la
necesidad de hacer de la expansión de la demanda interna el principal
motor del desarrollo económico y a considerar la estabilización
y consolidación de la agricultura como una garantía de la fortaleza
económica. Simultáneamente, nuestro país puso en marcha su reforma
financiera con el fin de prevenir y solucionar los riesgos financieros,
reajustar la estructura económica y racionalizar el orden económico.
En esa sesión, las economías privada e individual,
otrora consideradas complementarias de la economía socialista de
propiedad pública, fueron redefinidas como “elementos importantes
de la economía de mercado socialista”. La Constitución enmendada
estipuló lo siguiente: “El Estado protege los derechos e intereses
legítimos de las economías privada e individual; el Estado guía,
supervisa y administra las economías privada e individual”. Con
ello se reconoció su significativo papel dentro de la economía nacional,
reconocimiento que, a su vez, allanó el camino para el desarrollo
de las actividades empresariales.
Fortalecimiento de la democracia y del sistema
jurídico
Cuando
en 1978 la “revolución cultural” llegó a su fin, las deficiencias
del sistema entonces vigente se hicieron más visibles. Algunos dirigentes
abusaba de su poder, se aferraban a una manera de pensa rígida,
actuaban de manera apática, irresponsable y arrogante, y falseaban
la ley para favorecer a sus familiares y amigos. La concentración
excesiva de poderes y el sistema patriarcal suscitaron el resentimiento
del pueblo.
La construcción de la democracia y del sistema
jurídico fue incluida en el orden del día, corroborándose y adoptándose
un plan para mejorar el sistema de la asamblea popular diferido
durante 22 años.
En julio de 1979, la II Sesión de la V Asamblea
Popular Nacional aprobó la Ley Orgánica de las Asambleas y los Gobiernos
Populares Locales de la República Popular China, así como varias
enmiendas de la Constitución. Se estipuló que las asambleas populares
locales de nivel superior al de distrito establecieran comités permanentes
y que tanto las asambleas populares de nivel provincial como sus
comités permanentes gozarán del derecho de promulgar leyes y estatutos
locales.
En el curso de la asamblea, los cambios introducidos,
cuyo objetivo era salvaguardar los derechos del pueblo como dueño
de la sociedad, encontraron su reflejo en el desarrollo de la democracia
socialista y el fortalecimiento del sistema jurídico socialista.
Los diputados se hicieron eco de las opiniones, las exigencias,
las críticas y las sugerencias de los ciudadanos de los diferentes
estratos y grupos étnicos. La APN creó una comisión encargada de
estudiar las mociones, procedimiento que había sido habitual antes
de la “revolución cultural”. Dicha comisión recibió más de mil mociones.
En sus discursos y en la presentación de sus mociones,
los diputados no sólo criticaron con dureza a los cuadros que codiciaban
privilegios personales, se procuraban ventajas por medio de las
influencias y anulaban la democracia, sino que mostraron su resentimiento
ante fenómenos como el estilo de trabajo burocrático y la ineficiencia.
También presentaron numerosas y excelentes propuestas sobre la conveniencia
de que los diputados del pueblo ejerciesen plenamente sus poderes
y sacasen el máximo partido de sus funciones. En esa sesión de la
APN se decidió que el sistema de las asambleas populares desempeñase
un papel de importancia creciente en la vida política china.
En 1982 se revisó la Constitución de la República
Popular China. En conformidad con la Constitución, la APN estableció
la Comisión de las Nacionalidades, la Comisión Jurídica, la Comisión
Económica y Financiera, la Comisión de Educación, Ciencia, Cultura
y Salud Pública, la Comisión de Asuntos Económicos, la Comisión
de Chinos Expatriados y otras comisiones especiales. El presidente,
el vicepresidente y secretario general del Comité Permanente se
reunieron para abordar asuntos importantes del trabajo cotidiano.
La asamblea celebrada en la primavera de 1987
obtuvo elogios unánimes tanto dentro como fuera de China, puesto
que en ella reinó una atmósfera democrática y aperturista sin precedentes.
Los diputados y miembros ratificaron plenamente los éxitos del Gobierno,
criticaron abiertamente sus defectos y presentaron múltiples propuestas
concretas sobre las políticas fundamentales. Por otra parte, atacaron
la inveterada negligencia existente en la sociedad y debatieron
numerosos “problemas delicados”, como la fijación de precios, la
educación, el estilo de trabajo del Partido y del Gobierno, y el
estado de ánimo general de la sociedad y los intelectuales.
El
“hablar sin reservas al debatir los asuntos del Estado” se puso
de moda entre los diputados y se reformó la información a través
de la prensa. A los periodistas extranjeros se les permitió asistir
a parte de los debates de los grupos y al día siguiente se publicaban
resúmenes de los discursos. Los telespectadores pudieron seguir
por la pequeña pantalla el proceso de la asamblea, en lugar de ver
sólo unas pocas escenas informativas acerca de la misma. Ello incrementó
la transparencia política y redujo la distancia entre la asamblea
y el conjunto de la población.
A consecuencia del desarrollo de la economía y
la democracia, el pueblo chino adquirió mayor conciencia de la importancia
de la ley. El jefe de una aldea de Heilongjiang trató de enriquecerse
abusando de su poder en la distribución de los fondos de ayuda a
las zonas afectadas por catástrofes. Los aldeanos, resentidos con
su proceder, se quejaron en vano al gobierno local. Pero por medio
de la televisión se enteraron de la entrada en vigor de la Ley Orgánica
de los Comités de Aldea de la República Popular China y eligieron
a un hombre más joven y capacitado como sustituto del jefe de la
aldea.
En 1986 entró en vigor la Ley de Quiebras de la
República Popular China. En Shenyang, ciudad del nordeste de China
con una importante industria pesada, una empresa colectiva cuyas
deudas superaban los dos tercios de sus activos y que llevaba diez
años sufriendo pérdidas se declaró en quiebra. Esta primera declaración
de quiebra tuvo un fuerte y amplio impacto.
Entre 1979 y el 2000, la APN formuló o revisó
370 leyes y decisiones legales, así como más de 800 estatutos administrativos.
Las principales leyes de la República Popular China elaboradas o
revisadas durante este período fueron las siguientes: el Código
Penal, la Ley Electoral de la Asamblea Popular Nacional y las Asambleas
Populares Locales, los Principios Generales del Código Civil, la
Ley del Profesorado, la Ley de Empresas de Capital Foráneo y la
Ley de Legislación. Las asambleas populares locales y sus comités
permanentes elaboraron más de 7.000 estatutos administrativos locales
y decenas de miles de reglamentos, formando de este modo un marco
local que abarca los derechos penal, administrativo y civil.
Por
lo que respecta a la economía, en este nuevo siglo el X Plan Quinquenal,
que ya figura en el orden del día, está llamado a convertirse en
la tarea principal de los años venideros. En el núcleo de dicho
plan se encuentra, además del desarrollo del oeste, el desarrollo
de la economía de propiedad no pública. China está actualmente reestructurando
su economía para abrir un vasto espacio al desarrollo de la economía
de propiedad no pública; por otra parte, la profundización de la
reforma del sistema económico de China y la incorporación de nuestro
país a la OMC han creado las condiciones favorables para el desarrollo
de la economía de propiedad no pública en pie de igualdad. Hoy en
día existen en China 1,5 millones de empresas privadas y 31 millones
de personas de negocios, siendo de 130 millones el número de empleados
en este tipo de economía. Aunque las inversiones de la economía
de propiedad no pública constituyen el 35 por ciento del total,
su contribución al crecimiento del PIB ya ha rebasado el 60 por
ciento. El Gobierno tomará medidas para animar a más empresas de
propiedad no pública a introducirse en el mercado internacional.
En el ámbito nacional, todas las actividades comerciales
que aceptan inversiones foráneas admitirán asimismo la entrada de
empresas de propiedad no pública. En cuanto al mercado de capitales,
se autorizará a las empresas de propiedad no pública a cotizar en
los mercados de valores tanto nacionales como foráneos. El mercado
de valores secundario se abrirá lo antes posible y se suavizarán
las condiciones relativas al capital exigidas a las empresas de
propiedad no pública de alta tecnología.
En
el ámbito jurídico, el objetivo de China para el año 2010 consiste
en la formación de un sistema jurídico socialista con características
chinas. Entre las leyes que deberán elaborarse o revisarse en los
próximos años figuran la Ley de Publicación, la Ley de Prensa, la
Ley Orgánica del Consejo de Estado y la Ley Orgánica de los Tribunales
Populares; en la esfera de la legislación civil, deberá procederse
urgentemente a la revisión de la Ley del Matrimonio, la Ley del
Mercado Laboral y la Ley de la Propiedad Intelectual; entre los
estatutos administrativos que deberán formularse se incluyen la
Ley de Prevención y Tratamiento de la Desertificación y la Ley de
Evaluación del Impacto Medioambiental; en el campo de la legislación
económica, se promulgarán la Ley de Control de Cambios y la Ley
de Fondos de Inversión; en resumen, en el futuro se formularán o
revisarán 100 leyes.
Por
nuestro reportero ZHANG XUEYING
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