Contenido de marzo del 2001
Enfocar APN y CCPPC
 


La Asamblea Popular Nacional: Retrospección y perspectivas

EN China se aplica el sistema de asamblea popular, el cual difiere tanto del sistema bicameral estadounidense como del sistema parlamentario de los países europeos. Todos los años, los diputados de la Asamblea Popular Nacional (en adelante, APN) procedentes de las diversas provincias, regiones autónomas y municipalidades se reúnen en Beijing para escuchar y estudiar los informes del Gobierno Central y el plan de desarrollo para los años venideros. Los debates que tienen lugar en las reuniones de la APN suelen centrarse en una serie de temas candentes, por lo que según los analistas políticos tales reuniones reflejan la tendencia general de las políticas chinas. Los temas de las diferentes épocas reflejan asimismo el modo de pensar de los ciudadanos en cada una de ellas.

Desplazamiento del foco de interés hacia la construcción económica

En los primeros años de la década de los 50, el poder político del Partido Comunista Chino aún no se había consolidado, puesto que llevaba poco tiempo en el poder. En consecuencia, su objetivo prioritario era la salvaguarda de los fundamentos del poder político, la lucha sin cuartel contra los sabotajes y la recuperación de la economía nacional. Durante un período bastante prolongado, los enfrentamientos ideológicos se erigieron en la tarea principal.

En 1978, un grupo formado por 18 familias campesinas de un equipo de producción de Fengyan, distrito de la provincia de Anhui, repartieron la tierra de la colectividad, exponiéndose con ello a ser encarcelados. Esta acción marcó el inicio del sistema de contrato por responsabilidad en las áreas rurales de China, la experiencia más exitosa de la reforma rural. Ese mismo año, se convocó la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del Partido Comunista Chino, en la que Deng Xiaoping presentó la idea de “permitir que una parte del pueblo sea la primera en prosperar”. 

Sin embargo, el objetivo fijado por la Asamblea Popular Nacional fue el de “sujetar el cabo en la administración de los asuntos estatales, con el fin de lograr grandes resultados en tres años, y conseguir que a finales de siglo China fuera una poderosa nación socialista”. En aquel entonces, nuestro país aún vacilaba ante la disyuntiva de volver a la lucha ideológica o convertir la construcción económica en la tarea principal. 

En una sesión de la APN celebrada en 1979, se proclamó que “la era en la que el objetivo principal era la lucha de clases” había terminado. En esa misma reunión se propuso el principio de “reajuste, reforma, rectificación y elevación de los estándares”. Ese año se promulgó y entró en vigor la Ley de Sociedades de Capital Riesgo Sino-Foráneas de la República Popular China”; y por lo que respecta a la inversión en capital productivo, las asignaciones financieras fueron sustituidas por créditos bancarios, sustitución que inyectó un nuevo vigor en la economía nacional.

En 1980 los políticos chinos se volvieron más pragmáticos. En el informe del Gobierno presentado en las reuniones de la APN se hablaba tanto de los logros como de los defectos, así como de importantes cifras incluidas en el plan, entre ellas las correspondientes a los déficit. Se abolió el sistema de dirigentes vitalicios y dio comienzo el proceso de supresión del culto a la personalidad. En las paredes de los estrados, el emblema del país reemplazó al retrato del líder. Algunos dirigentes participaron en los debates de las reuniones como diputados ordinarios y dejaron de “visitar a los diputados” a título de líderes. Todo ello hizo sentir a los diputados que los cambios ya habían empezado a producirse.

En 1981, en el informe presentado en la sesión de la APN se propuso el seguimiento de una nueva senda caracterizada por los buenos resultados económicos, para que los ciudadanos pudieran acceder a beneficios más prácticos. De acuerdo con este principio, y después de que China adoptara la política de reforma económica y apertura al mundo exterior, se estableció la primera empresa privada de nuestro país. Aparecieron numerosas “familias de 10.000 yuanes” y algunos ciudadanos comenzaron a dirigir sus propias empresas.

En 1982, los documentos de la APN incluyeron el objetivo en dos fases presentado por Deng Xiaoping dos años antes. El objetivo de la primera fase era conseguir que a finales de los años 80 el valor bruto de la producción industrial y agrícola doblara el de 1980; el objetivo de la segunda fase era cuadruplicar la cifra de 1980, es decir, lograr que de los 710.000 millones de yuanes de 1980 se pasase en 1999 a 2,8 billones de yuanes. La grandiosidad de este plan acrecentó la confianza del pueblo chino en la construcción económica y su determinación de llevarla a cabo. En el curso de esa sesión se examinó el plan quinquenal cotejándolo con dicho objetivo.

Al mismo tiempo, se revisó la Constitución de la República Popular China y se estableció como principio guía general la idea  de “una tarea central y dos puntos básicos”, siendo la construcción económica la primera; y los segundos, la adhesión a los cuatro principios cardinales y la adhesión a la reforma y la apertura. El emprender el camino de la construcción de un socialismo con características chinas se convirtió en la voluntad del Estado.

En 1988, la APN aprobó el establecimiento de la provincia de Hainan y designó esta isla zona económica especial. Ello permitió a Hainan dejar de ser una isla remota y transformarse en una nueva zona de desarrollo con un gran crecimiento económico y en un polo de atracción de personal de talento de la parte continental.

Tras 14 años de reforma y apertura el pueblo chino había alcanzado la madurez. En 1993, “la profundización de la reforma y la ampliación de la apertura” se convirtieron en los principios rectores del desarrollo económico y se propuso el establecimiento gradual de un sistema de mercado relativamente perfecto. Partiendo de la realidad objetiva de China, se decidió asimismo aplicar audazmente a la construcción de la economía de mercado nacional la experiencia foránea, especialmente la de los países económicamente desarrollados. Hubo un tiempo en que, debido a las diferencias ideológicas, China rehusó aceptar a Europa y a Estados Unidos. Tras 14 años de reforma y apertura, nuestro país terminó por reconocer los puntos fuertes de los demás y admitió sus propios defectos.

Entretanto, la APN aprobó las enmiendas de la Constitución, aprobó el plan de reforma del Consejo de Estado, convino en establecer el Comité Preparatorio de la Región Administrativa Especial de Hong Kong y adoptó la Ley Fundamental de la Futura Región Administrativa Especial de Macao.

En 1999, a pesar de que la crisis financiera del sudeste de Asia había llegado a su fin, en el pueblo chino quedó un residuo de temor. Habiendo adquirido conciencia de los riesgos inherentes al desarrollo económico, China empezó a comprender la necesidad de hacer de la expansión de la demanda interna el principal motor del desarrollo económico y a considerar la estabilización y consolidación de la agricultura como una garantía de la fortaleza económica. Simultáneamente, nuestro país puso en marcha su reforma financiera con el fin de prevenir y solucionar los riesgos financieros, reajustar la estructura económica y racionalizar el orden económico.

En esa sesión, las economías privada e individual, otrora consideradas complementarias de la economía socialista de propiedad pública, fueron redefinidas como “elementos importantes de la economía de mercado socialista”. La Constitución enmendada estipuló lo siguiente: “El Estado protege los derechos e intereses legítimos de las economías privada e individual; el Estado guía, supervisa y administra las economías privada e individual”. Con ello se reconoció su significativo papel dentro de la economía nacional, reconocimiento que, a su vez, allanó el camino para el desarrollo de las actividades empresariales.

Fortalecimiento de la democracia y del sistema jurídico

Cuando en 1978 la “revolución cultural” llegó a su fin, las deficiencias del sistema entonces vigente se hicieron más visibles. Algunos dirigentes abusaba de su poder, se aferraban a una manera de pensa rígida, actuaban de manera apática, irresponsable y arrogante, y falseaban la ley para favorecer a sus familiares y amigos. La concentración excesiva de poderes y el sistema patriarcal suscitaron el resentimiento del pueblo.

La construcción de la democracia y del sistema jurídico fue incluida en el orden del día, corroborándose y adoptándose un plan para mejorar el sistema de la asamblea popular diferido durante 22 años.

En julio de 1979, la II Sesión de la V Asamblea Popular Nacional aprobó la Ley Orgánica de las Asambleas y los Gobiernos Populares Locales de la República Popular China, así como varias enmiendas de la Constitución. Se estipuló que las asambleas populares locales de nivel superior al de distrito establecieran comités permanentes y que tanto las asambleas populares de nivel provincial como sus comités permanentes gozarán del derecho de promulgar leyes y estatutos locales.

En el curso de la asamblea, los cambios introducidos, cuyo objetivo era salvaguardar los derechos del pueblo como dueño de la sociedad, encontraron su reflejo en el desarrollo de la democracia socialista y el fortalecimiento del sistema jurídico socialista. Los diputados se hicieron eco de las opiniones, las exigencias, las críticas y las sugerencias de los ciudadanos de los diferentes estratos y grupos étnicos. La APN creó una comisión encargada de estudiar las mociones, procedimiento que había sido habitual antes de la “revolución cultural”. Dicha comisión recibió más de mil mociones.

En sus discursos y en la presentación de sus mociones, los diputados no sólo criticaron con dureza a los cuadros que codiciaban privilegios personales, se procuraban ventajas por medio de las influencias y anulaban la democracia, sino que mostraron su resentimiento ante fenómenos como el estilo de trabajo burocrático y la ineficiencia. También presentaron numerosas y excelentes propuestas sobre la conveniencia de que los diputados del pueblo ejerciesen plenamente sus poderes y sacasen el máximo partido de sus funciones. En esa sesión de la APN se decidió que el sistema de las asambleas populares desempeñase un papel de importancia creciente en la vida política china.

En 1982 se revisó la Constitución de la República Popular China. En conformidad con la Constitución, la APN estableció la Comisión de las Nacionalidades, la Comisión Jurídica, la Comisión Económica y Financiera, la Comisión de Educación, Ciencia, Cultura y Salud Pública, la Comisión de Asuntos Económicos, la Comisión de Chinos Expatriados y otras comisiones especiales. El presidente, el vicepresidente y secretario general del Comité Permanente se reunieron para abordar asuntos importantes del trabajo cotidiano.

La asamblea celebrada en la primavera de 1987 obtuvo elogios unánimes tanto dentro como fuera de China, puesto que en ella reinó una atmósfera democrática y aperturista sin precedentes. Los diputados y miembros ratificaron plenamente los éxitos del Gobierno, criticaron abiertamente sus defectos y presentaron múltiples propuestas concretas sobre las políticas fundamentales. Por otra parte, atacaron la inveterada negligencia existente en la sociedad y debatieron numerosos “problemas delicados”, como la fijación de precios, la educación, el estilo de trabajo del Partido y del Gobierno, y el estado de ánimo general de la sociedad y los intelectuales.

El “hablar sin reservas al debatir los asuntos del Estado” se puso de moda entre los diputados y se reformó la información a través de la prensa. A los periodistas extranjeros se les permitió asistir a parte de los debates de los grupos y al día siguiente se publicaban resúmenes de los discursos. Los telespectadores pudieron seguir por la pequeña pantalla el proceso de la asamblea, en lugar de ver sólo unas pocas escenas informativas acerca de la misma. Ello incrementó la transparencia política y redujo la distancia entre la asamblea y el conjunto de la población.

A consecuencia del desarrollo de la economía y la democracia, el pueblo chino adquirió mayor conciencia de la importancia de la ley. El jefe de una aldea de Heilongjiang trató de enriquecerse abusando de su poder en la distribución de los fondos de ayuda a las zonas afectadas por catástrofes. Los aldeanos, resentidos con su proceder, se quejaron en vano al gobierno local. Pero por medio de la televisión se enteraron de la entrada en vigor de la Ley Orgánica de los Comités de Aldea de la República Popular China y eligieron a un hombre más joven y capacitado como sustituto del jefe de la aldea.

En 1986 entró en vigor la Ley de Quiebras de la República Popular China. En Shenyang, ciudad del nordeste de China con una importante industria pesada, una empresa colectiva cuyas deudas superaban los dos tercios de sus activos y que llevaba diez años sufriendo pérdidas se declaró en quiebra. Esta primera declaración de quiebra tuvo un fuerte y amplio impacto.

Entre 1979 y el 2000, la APN formuló o revisó 370 leyes y decisiones legales, así como más de 800 estatutos administrativos. Las principales leyes de la República Popular China elaboradas o revisadas durante este período fueron las siguientes: el Código Penal, la Ley Electoral de la Asamblea Popular Nacional y las Asambleas Populares Locales, los Principios Generales del Código Civil, la Ley del Profesorado, la Ley de Empresas de Capital Foráneo y la Ley de Legislación. Las asambleas populares locales y sus comités permanentes elaboraron más de 7.000 estatutos administrativos locales y decenas de miles de reglamentos, formando de este modo un marco local que abarca los derechos penal, administrativo y civil.

Por lo que respecta a la economía, en este nuevo siglo el X Plan Quinquenal, que ya figura en el orden del día, está llamado a convertirse en la tarea principal de los años venideros. En el núcleo de dicho plan se encuentra, además del desarrollo del oeste, el desarrollo de la economía de propiedad no pública. China está actualmente reestructurando su economía para abrir un vasto espacio al desarrollo de la economía de propiedad no pública; por otra parte, la profundización de la reforma del sistema económico de China y la incorporación de nuestro país a la OMC han creado las condiciones favorables para el desarrollo de la economía de propiedad no pública en pie de igualdad. Hoy en día existen en China 1,5 millones de empresas privadas y 31 millones de personas de negocios, siendo de 130 millones el número de empleados en este tipo de economía. Aunque las inversiones de la economía de propiedad no pública constituyen el 35 por ciento del total, su contribución al crecimiento del PIB ya ha rebasado el 60 por ciento. El Gobierno tomará medidas para animar a más empresas de propiedad no pública a introducirse en el mercado internacional.

En el ámbito nacional, todas las actividades comerciales que aceptan inversiones foráneas admitirán asimismo la entrada de empresas de propiedad no pública. En cuanto al mercado de capitales, se autorizará a las empresas de propiedad no pública a cotizar en los mercados de valores tanto nacionales como foráneos. El mercado de valores secundario se abrirá lo antes posible y se suavizarán las condiciones relativas al capital exigidas a las  empresas de propiedad no pública de alta tecnología.

En el ámbito jurídico, el objetivo de China para el año 2010 consiste en la formación de un sistema jurídico socialista con características chinas. Entre las leyes que deberán elaborarse o revisarse en los próximos años figuran la Ley de Publicación, la Ley de Prensa, la Ley Orgánica del Consejo de Estado y la Ley Orgánica de los Tribunales Populares; en la esfera de la legislación civil, deberá procederse urgentemente a la revisión de la Ley del Matrimonio, la Ley del Mercado Laboral y la Ley de la Propiedad Intelectual; entre los estatutos administrativos que deberán formularse se incluyen la Ley de Prevención y Tratamiento de la Desertificación y la Ley de Evaluación del Impacto Medioambiental; en el campo de la legislación económica, se promulgarán la Ley de Control de Cambios y la Ley de Fondos de Inversión; en resumen, en el futuro se formularán o revisarán 100 leyes.  

 Por nuestro reportero ZHANG XUEYING

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